¿La Cumbre de la discordia?

Ya es sabido que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, hará un encendido discurso antiestadounidense en la Cumbre de las Américas de este fin de semana en Panamá, pero una copia del borrador de la declaración final de la cumbre que llegó a mis manos muestra que el gobernante está intentando mucho más: una condena formal regional a Estados Unidos.

Es poco probable que Maduro se salga con la suya, pero la gran pregunta es si conseguirá un lenguaje lo suficientemente explícito en la declaración final de la cumbre que le permita regresar a casa aduciendo una victoria, y pudiendo ufanarse de haber derrotado diplomáticamente al presidente Barack Obama en la mega cumbre de más de 30 jefes de Estado.

El actual borrador de la declaración final de la cumbre, titulado “Prosperidad con Equidad: El desafío de la cooperación en las Américas,” fue acordado preliminarmente el 31 de marzo tras cuatro sesiones de negociación por representantes de todos los gobiernos participantes. Casi todos los párrafos del documento han sido aprobados, a excepción de tres temas propuestos por Venezuela y Nicaragua.

Una sección de tres párrafos en el preámbulo del documento, propuesta por Venezuela, busca "rechazar la imposición de medidas unilaterales coercitivas" que interfieren en los asuntos internos de los países, "tal como es el caso del Decreto Ejecutivo del 9 de marzo de 2015 en contra de la Republica Bolivariana de Venezuela impuesto por los Estados Unidos de América".

El párrafo se refiere al reciente decreto de Obama para negar visas ​​de entrada a los Estados Unidos y congelar los fondos bancarios de siete figuras del gobierno venezolano acusados ​​de actos de corrupción masivos y abusos contra los derechos humanos.

Maduro ha caracterizado a la medida como “una agresión contra Venezuela”, y está recolectando millones de firmas pidiendo su derogación, que espera presentar a Obama durante la cumbre. Funcionarios estadounidenses dicen que las afirmaciones de Maduro son una tontería, porque las sanciones de Estados Unidos están limitadas a siete funcionarios corruptos y violadores de derechos humanos, y no perjudican a la población venezolana.

Pero, a menos que el gobernante cubano Raúl Castro logre convencer a Maduro de retirar estos párrafos por completo, para no eclipsar la esperada fiesta de reconciliación entre Cuba y Estados Unidos después de cinco décadas de hostilidad, Venezuela podría lograr que los países de la región apoyen una condena tácita contra “medidas coercitivas unilaterales”, sin nombrar a los Estados Unidos. Eso le bastaría a Maduro para regresar a casa clamando victoria.

Además de esos párrafos en el preámbulo, hay otras dos cláusulas, introducidas por Venezuela y Nicaragua, que difícilmente serán aceptadas por los Estados Unidos, y que podrían hacer que la cumbre concluya sin emitir una declaración final.

Una de ellas es una propuesta venezolana-nicaragüense conjunta para incorporar formalmente las “Cumbres de los Pueblos” — una serie de reuniones de grupos radicales de izquierda financiadas por Venezuela — para participar formalmente en futuras Cumbres de las Américas. La otra cláusula contenciosa es una propuesta de Nicaragua para invitar a un representante del movimiento independentista puertorriqueño a participar en la reunión de los jefes de Estado en las Cumbres de las Américas.

El resto del borrador de la declaración final es una serie de propuestas para mejorar los estándares de educación — incluyendo la creación de una “Agenda Educativa Interamericana” —, salud, cooperación energética, migración, seguridad y gobernabilidad democrática.

Mi opinión: si Venezuela logra meter en la declaración final sus párrafos criticando a Estados Unidos por haberle negado la visa de entrada a siete figuras del gobierno venezolano acusadas ​​de abusos contra los derechos humanos y corrupción, el documento debería también criticar a otros países como Ecuador, Venezuela y Cuba por sus propias “medidas unilaerales coercitivas”.

Ecuador recientemente le negó visas de entrada a una delegación de legisladores alemanes que iban a visitar a comunidades de ambientalistas en la reserva amazónica del Yasuni. Y Cuba y Venezuela sistemáticamente niegan visas ​​de entrada a los funcionarios de las organizaciones de derechos humanos, a políticos y a periodistas.

De lo contrario, dudo que se llegue a un acuerdo para aprobar una declaración final. No sería la primera vez que una de estas cumbres termina sin una declaración final — sucedió en la Cumbre de las Américas del 2012 en Cartagena, Colombia, que pasó a la historia principalmente por el escándalo del servicio secreto estadounidense con prostitutas locales — y no sería ninguna tragedia.

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