LA DESLEALTAD ES EL PEGAMENTO DE LA U

"Hay dos clases de lealtad, la de los que son leales de corazón al Movimiento y los que son leales cuando no les conviene ser desleales. Con ambos hay que contar: usando a los primeros sin reservas y utilizando a los segundos, a condición de colocarlos en una situación en la que no les convenga defeccionar". John William Cooke

El presidente-candidato del partido que hizo una "U" en sus principios, no tiene que declararse oficialmente como seguidor del marxismo-leninismo cubano, aunque unos de sus mejores aliados políticos y los de su hermano están en la isla cárcel de cuenta nuestra, para pensar y ejercer la política como el revolucionario comunista argentino John William Cooke.

El presidente que hace días se quejaba de la falta de lealtad en la política, y en eso hay que creerle, pues ha dado muestras de su experiencia en ello, terminó de configurar el ADN de su movimiento político con la elección de alguien que en el peor de los casos lo iguala en cuanto al uso de las herramientas que él ha usado para llegar al poder en su carrera política.

Los dos que ahora hacen fórmula para la reelección son el uno para el otro, una simbiótica relación temporal de dos políticos en el que sus historiales demuestran que la lealtad no es precisamente una de sus virtudes y que no la consideran como una condición para el ejercicio político, cosa muy común por cierto, y que por lo mismo cualesquiera de ellos puede ser materia prima del otro si es necesario. Por ahora los veremos intrigando en estéreo, pero cada uno durmiendo con solo un ojo para no ser emboscado por el otro.

No ha empezado realmente la campaña presidencial y ya están mostrando las garras con propuestas politiqueras, tipo Chávez, como comprar a los alcaldes y gobernadores con la propuesta de aumentar sus períodos de gobierno y modificar el período presidencial para sus propios fines. La única ventaja de que presenten estas propuestas ahora, es que al menos en esta ocasión esperamos que digan todo lo que piensan hacer antes de que se vote por ellos, y no que ganen con los votos de otros y con las ideas de otros, y luego en el poder inicien una agenda secreta que solo ellos conocían, como sucedió con las negociaciones secretas de paz del presidente Santos y las Farc, y la amistad repentina con el difunto dictador de Venezuela, a quien había atacado desde años supuestamente por cuestión de principios.

Confiemos que este país no termine en las manos de esta dupla bogotanesca que poco sabe de lo que sucede más allá de Anapoima y que por eso no le da temor entregarle territorios a la guerrilla, con la figura de las reservas campesinas, siempre y cuando estén lejos de sus fincas de descanso. La provincia es sacrificable.

Mientras tanto votemos masivamente este domingo por todos los partidos que no hacen parte de la mermelada santista y elijamos gente decente y preparada, antes de que este gobierno llene el Congreso con los cabecillas del cartel narcotraficante con que "negocia al país" en La Habana, no en la búsqueda de la paz, sino de su reelección y de un premio Nobel.

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