La llave de la paz

El poder de manipulación mediática del presidente Santos, ya no rinde más frutos, porque nadie le cree sus reiteradas mentiras. Al posesionarse aseguró al pueblo colombiano que tenía la llave para encender el motor de la paz, pero se la entregó a Chávez que es ahora el que tiene la clave del éxito de esta negociación, pero éste se la prestó a Ortega  que para que resolviera el problema limítrofe a su favor.

 

La corrupción mayúscula propiciada por Juan Manuel Santos, ha sido el mecanismo por excelencia de todo su andamiaje político maquiavélico que tenía en mente hacía muchos años, convertido para la gente honorable de  esta nación en un territorio casi inhabitable, al arrodillarse ante los narcoterroristas permitiendo la entrega de la aguas a Nicaragua y luego pretenderá entregar el territorio colombiano a la Farc.

 

Hace falta una “llave”: la de la humildad. Santos demuestra su comodidad, formando parte de esa nebulosa situada justo a la izquierda terrorista, en donde las palabras ampulosas son más importantes que los hechos de paz, porque Venezuela es la retaguardia de las Farc y allí actúan con total complicidad del gobierno. Entonces la llave de la paz está más perdida que embolatada; esa llave que nos permitiría poner en práctica, los valores que nos legaron nuestros progenitores con verdadero sentido de responsabilidad, interpretando los acontecimientos con la clave de la esperanza.

 

La semana pasada hubo una reunión con diferentes sectores que dicen representar la mayor parte del “pueblo caqueteño", para hablar de paz, en donde lucieron obnubilados en conceptualizaciones la alcaldesa y su jefe el parlamentario, pretendiendo justificar su déficit mental para administrar a Florencia; cuando lo indispensable es priorizar la presencia en la Habana de los familiares de las víctimas, porque la situación que vive el país y especialmente Florencia y el Caquetá, no está para seguirle el jueguito a la politiquería barata de esta administración; el pueblo tiene legítimo derecho en conocer el resultado de las conversaciones con los narcoterroristas de las Farc, que desde hace dos años en forma secreta  se vienen realizando en la Habana, y que le permitan a los familiares de las víctimas, saber qué fue lo que en realidad pasó con los secuestrados que no aparecen.

 

El país vive días difíciles y no abrigamos grandes esperanzas de paz, ya que los cinco puntos a tratar en la Habana, por la arrogancia de las Farc, provocan un mal indicio por el irrespeto con su discurso trasnochado desde Oslo.

 

El despertar de la conciencia ciudadana parece ser el preludio de la transformación de la vida pública y de la desaparición de la “autocracia” en que ha derivado el sueño político Juan Manuel Santos, quien tendrá que olvidarse de su reelección.

 

El cese al fuego unilateral anunciado por la Farc, es una estrategia de estos farc-sinerosos asesinos, porque están en el paraíso del terrorismo que es Cuba, utilizando siempre la puñalada trapera para impresionar al mundo. ¡Amanecerá y veremos!

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