LA PAZ EN MEDIO DE LA CALUMNIA Y EL RUMOR

La calumnia siempre es sencilla y verosímil.

Bertrand Russell (1872-1970)

Este escrito pretende develar la comprensión del rumor como estrategia política manipulada por especialistas para producir el descalabro del contrario. En nuestro caso colombiano, La mezcla de la importancia de la paz, con la incertidumbre de la justicia, produce el rumor que, adobado con la calumnia, socava nuestro sistema destruyendo la credibilidad de la democracia, pues se utiliza para todo: parapolítica, corrupción, falsos positivos, Palacio de Justicia, Procuraduría, Contraloría, etc. Aquí aprenderemos cómo se han mezclado ciertos elementos para intoxicar nuestra comprensión con el ‘coctel Cuba Libre.’

La manipulación de la paz como rumor. Desde La Habana se presenta la paz como un dogmapara ser creído por lo que se transmite por medios políticamente interesados sin que existan datos para comprobar la veracidad de la intenciónde los negociadores, por lo que sus especulaciones acerca de problemas fundamentales del país, avaladas por la prensa, se toman por verdaderas, condicionando de esa manera el comportamiento de la opinión pública, por encima de la información objetiva y veraz. Al no poder conocer esa información pues no se difunde de forma abierta, impide el consenso social; por eso las conversaciones de La Habana no han podido generar un acuerdo social positivo, debatiéndose en el pantano de los rumores. El rumor divide, la verdad, la certeza cohesionan, legítimamente, a favor o en contra de pretensiones políticas. Con la verdad se toman decisiones contundentes; con el rumor se divide para perpetuar un estado de conveniencias. En ese escenario pretendemos comprender la ley básica del rumor, descubierta por Allport y Postman, para entender lo que pasa en La Habana de manera científica y no política.

Establecieron Allport y Postman una ley básica, según la cual, las dos condiciones básicas para que se expanda el rumor son la importancia y la ambigüedad. La ley de Allport y Postman se expresaría de esta forma: R = I x A (Rumor es igual a Importancia por Ambigüedad); si uno de los dos factores falta, no hay rumor. Por lo tanto, si aplicáramos esta fórmula para entender los encuentros y desencuentros alrededor del llamado ‘proceso de paz’ tendríamos que el proceso se convierte en RUMOR en la medida en que su IMPORTANCIA está multiplicada por diferentes factores de AMBIGÚEDAD. Ejemplo: Si nos dicen que posiblemente (ambigüedad) el famoso empresario X (importancia) es gay, el rumor se difunde; si le añadimos que el vecino es su amante, pero no está confirmado, se difunde más. Eso contrasta con fulanito (FALTA DE IMPORTANCIA) es gay (CERTEZA) que a nadie le importa: no es importante y hay certeza, luego no hay rumor. En La Habana un primer paso público ha sido crear un falso escenario de Relatividad Política sobre los actos de las Farc para destruir la certeza criminal y terrorista del grupo con lo que se pretende crear el factor de ambigüedad de uno de los negociadores para generar el interés del rumor cuya manipulación posiciona políticamente.

¿Por qué la paz se comporta como rumor? Porque se sabe que hay conversaciones, (Importancia) pero se ignora el contenido. (Ambigüedad) ¿Por qué las noticias o rumores sobre la paz son importantes? Porque su motivación, la esperanza, está en la base de los rumores optimistas. ¿Por qué el proceso es ambiguo? Porque comenzó de manera oculta, de espaldas al país, con un interlocutor desconfiable y en medio de intereses políticos por una reelección.

¿Cómo se nos manipula desde La Habana? Cuando se les permite a los voceros de las Farc crear la confrontación que genera el rumor mediante ambigüedad y la importancia, al decir públicamente que no pagarán cárcel, que no les importan las víctimas, justificando crímenes de guerra; cuando denigran de personas que han mostrado su compromiso con el país, cuando el presidente le cierra las puertas a la CPI, etc., (Importancia ética de los temas y ambigüedad) se promueve el sentimiento primario de odio con la manipulación de la culpa estimulada por el presidente con el calificativo de ‘enemigos de la paz’; con esa mentira (ambigüedad e impotencia) pretenden someternos sicológicamente para nuestra condición de supuestas víctimas futuras que solo puede desembocar en lucha política.

Por otra parte, los que están en el círculo de simpatías, favorecimientos, coincidencias políticas del gobierno y la izquierda, (¿certezas?) la condición del ‘rumor’ de la esperanza de la paz les permite justificar aquellos estados de ánimo esperanzados ante la propia conciencia, explicando al otro, escribiendo, diciendo discursos sobre la paz, Santos, etc. En ambos casos se discute sobre una condición social que se comporta como ‘rumor’, dando lugar a las pasiones políticas o ideológicas, en contravía de la discusión inteligente que debe ser sobre certezas; el 97% del pueblo colombiano tiene certezas sobre las Farc, pero esas certezas pretenden trastocarlas por una ambigua esperanza basada en una condición social (que se comporta como rumor) estructurada por las Farc y Santos que no es sino una MANIPULACIÓN.

Históricamente vemos cómo se utiliza ese método. La segunda guerra mundial cogió desprevenida militarmente a Francia porque su estrategia política con respecto a Hitler se basaba en la esperanza de que una guerra sería una temeridad y en los rumores de la conducta del tirano que no evaluaron sus verdaderas intenciones.

Pasemos ahora a los medios. Un ejemplo comprobable de la teoría. Después de cuatro meses en los que a pesar de que la destitución de Petro era una decisión clara, una certeza de la Procuraduría, (Importancia y certeza) circunstancias de todos conocidas, convirtieron el desenlace final en ambigüedad que se convirtió en un negocio noticioso (Rumor). El sábado 23 de marzo Petro no era noticia, no era negocio, no era rumor, pues desaparecida la importancia y la ambigüedad, pasó al nivel del comentario de coctel, a la cuarta página, a la letra pequeña.

¿Cómo se mantiene la importancia del tema de la paz? Interpretando los diferentes pronunciamientos de los actores, relacionando la noticia, descontextualizando, con la orientación de las caricaturas, moviendo los interruptores noticiosos sobre militares, corrupción, terrorismo, la no información de los opositores o información falsa, con inclusión o exclusión de la primera página, tamaño de letra, fotos, etc. ¿Para qué? Para que llegado el momento de decidir, la opinión pública no haya profundizado sobre el verdadero tema: la certeza de la paz. ¿Cómo podemos prepararnos? Contestando estas preguntas: ¿Negociaría usted con alguien que le ha ‘vendido el alma al diablo’; es decir, que no tiene nada que perder? Pregúntese: ¿Es justo que la esperanza de un pueblo dependa del rumor y la ambigüedad? ¿Qué clase de ambigüedad ofrecen las Farc? ¿Qué clase de certezas? ¿Es importante dilucidarlo?

Cuando a una persona le ofrecen dos opciones lógicas y comprobadas, en las cuales la opción A muestra claramente los beneficios y la opción B muestra los perjuicios y NO LE IMPORTA CUÁL ESCOGER, esa persona ha perdido contacto con su capacidad de supervivencia; cuando lo hace de forma pasiva es una víctima, cuando lo hace de forma activa es un loco sociópata. Miremos las conductas de los negociadores y preguntémonos si es sano apostar el futuro contra una situación de incertidumbre.

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