La paz, la guerra y la justicia entre el saber y la comprensión

Lo que no estamos dispuestos es a renunciar a nuestras ideas, a nuestro ideario político, a la concepción que tenemos del mundo, de la vida. Timochenko

Este es un ejercicio parcial de comprensión de cierto modo de ‘pensar’ o reaccionar que es el que provoca las guerras del ‘hombre máquina’ que no puede cambiar. Hay enseñanzas que se lanzan como semillas, por parte de hombres conscientes, para dar un fruto específico, algo vivo que nutre y transforma, pero se vuelven adornos intelectuales, vanagloria, por lo que son descartadas como ejercicio de transformación por parte de la humanidad dormida; pasan de moda, aunque tengan vigencia perenne porque son sabias.

Una de esas semillas es el socrático “Solo sé que nada sé”; otras, de mayor tiraje logran sobrevivir, pues tienen una ‘fuerza’ especial en su origen: “pero del árbol de la ciencia del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás.”Esa es una semilla para rumiar por mucho rato. De ahí que algunos intuitivos se esfuercen en renovar la ‘chispa de la vida’ con hallazgos como: “Yo soy cuando comprendo,” dicen los sufís.

Hay una diferencia importante entre saber y comprender. Podríamos definir el saber al conjunto de conocimientos amplios y profundos que se adquieren mediante el estudio o la experiencia. Generalmente se considera ese conjunto como objetivo. En cambio la comprensión implica no solamente el saber, sino el hacerlo en CONTEXTO, con INTELIGENCIA, OBJETIVIDAD para determinar las hondas implicaciones de lo que se sabe. Esto implica que nuestra actitud sea la de querer conocer algo A FONDO y CON RESPONSABILIDAD. En nuestra relación moral con los otros la comprensión nos permite ser pacientes, tolerantes, condescendientes.

Tenemos entonces que en relación con la paz, la guerra y la justicia, una cosa es saber de esos escenarios y otra comprenderlos. Por lo que me atrevería a decir que COMPRENDER implica niveles de conciencia de algo que prueba su verdad en la medida en que ‘ese algo’ mío armoniza con el del otro y su contexto. ¿Armonizan las Farc y el gobierno con el contexto?

Yo puedo saber de ‘paz’ y venderla. ¿Pero…puedo comprender cómo ‘mi’ paz, la verdaderamente vendible porque se demuestra en todo momento por lo que hago, se armoniza con la necesidad del otro para que me la compre? Para ello tengo que comprender, desde la hondura de mi ser, cómo logré que algo llamado paz pudiera morar en mí, después de haber trabajado para que se formara de tal forma que , como cualquier producto, pueda venderla, pues uno no puede vender de lo que no tiene.

En el mundo natural un ejemplo de la paz tangible serían las abejas que saben y comprenden todo sobre la miel y el panal y eso les permite vivir en armonía; pero ni saben o comprenden ese ‘algo’ extraño que negocia con su producto. Por eso lo atacan. Nuestro modo ‘artificial’ de entender la vida, fuera de contexto, nos impide comprender a las abejas; no podemos ver las cosas como son. Para las abejas existen las condiciones de panal, miel y existencia, entrelazadas como algo necesario para su supervivencia lo que les proporciona ‘paz’; no ‘entienden’ de negocios. El sol alumbra sobre buenos y malos; escogemos estar a sol o sombra para sentir el beneficio que necesitamos en ese momento. Por lo que si hay nubes de lluvia y humedad podemos concluir que, de acuerdo con las leyes naturales, lloverá para el beneficio de la tierra; pero no ocurre. ¿Por qué? Ah…por el Niño. Es decir, en la Escuela Tierra hay suficientes leyes objetivas para ilustrar por copia, inferencia, deducción y aplicación las conductas que nos pueden llevar a vivir en armonía o en contravía. Cuando eso no ocurre, algo sabemos; pero no comprendemos, que una cierta ‘lógica humana’, dormida, maquinal, creó una condición que rompió ese equilibrio.

Por otra parte, no se nos ocurre ir más allá para descubrir qué es lo que le pasa a esa lógica humana para saber por qué lo que estamos haciendo con el clima lo podríamos estar haciendo con la paz o cualquier otra necesidad política. Esa pregunta creativa no se nos ocurre porque la comprensión está embolatada por los compartimentos del ‘saber’; en ese esquema la política nada tiene que ver con el clima, las nubes, ni el viento. De ahí que, si como los sufís dijera, “uno es cuando comprende”, (que implica contexto y profundidad en diferentes dimensiones del ser) no cuando sabe, muchos no entenderían por qué el Génesis dice que él sólo saber nos trae la muerte. Sabemos fabricar bombas atómicas, pero no sabemos controlar la mente que puede destruirnos. Por eso jugamos con el ´reloj del apocalipsis’ como si fuera noticia y no la comprobación de una gran tristeza que ni siquiera nos produce culpa.

Un personaje muy conocido de la tradición sufí es Nasrudín, alguien muy peculiar, quien en su aparente ingenuidad transmite poderosas enseñanzas a la mente atenta. Unos cuentos hacen ‘clic’ en la comprensión de algunos, otros en pocos, y en los ‘dormidos’ son tonterías. Aquí les propongo una situación de sabiduría, no un cuento, adaptada a nuestro escenario político que ilustra la ‘lógica dormida’’ con la que creemos manejar una realidad que nos sobrepasa.

Nasrudín podría ser uno de los mejores consejeros sufís para La Habana, en cuanto al proceso. Otra cosa es que haga clic. Un día, Santos le pidió a Nasrudín que le ayudara a resolver el problema legal sobre la verdad de la justicia transicional y sus mentirosos difamadores.

– ¿Cómo me sugerirías que se conozca la verdad sobre la justicia transicional? Le preguntó a Nasrudín muy diplomáticamente como suele hacerlo. Sonrió el viejo sabio, como lo hace Santos, y le respondió:

-Córtales la lengua a todos, pero a todos los mentirosos de cualquier lado. Al mulá no lo volvieron a invitar a La Habana. Pareciera que la lengua veraz y la justicia van de la mano, pero es una especie en extinción.

Otro ejemplo de esa ‘lógica mecánica’ la vemos en Timochenko que no ve sus propias contradicciones, pero aspira a impartir una cátedra de sentido; por lo que, quizá, podríamos entender lo que nos pasa con las Farc.

En entrevista publicada en la edición 1761 de febrero, Semana despliega en la portada: “Vamos a hacer política sin armas.” Ante la pregunta de si no cree que la guerra deshumaniza, responde: “Nosotros trabajamos mucho el elemento político para no deshumanizarnos.” ‘Su lógica’ no entiende que no existe un crimen altruista como la guerra. "No matarás” es un absoluto. Cuando matas al otro, matas la ESENCIA de tu propia alma que Dios infunde en el acto de concepción que nos hace humanos. No hay ninguna política que pueda remediar el desastre de la involución humana que significa matar. Ninguna política evita las pesadillas, la enfermedad mental, la dureza de carácter, de los que asesinan. Timochenko no ‘comprende’ porque le falta ‘senso conciencia multidimensional’ porque está dormido para esa posibilidad; ‘libre o ignorantemente’ cerró esa puerta de aprendizaje y solo opera en las tres dimensiones conocidas; sabe de política marxista, pero ignora que esa política, como cualquier otra, está regida por ‘leyes’ que van más allá de la dialéctica. Cuando Jesús caminó sobre las aguas, no hizo un milagro, sino que era consciente de leyes desconocidas por el hombre reactivo, el hombre masa como lo llamaba José Ortega y Gasset, el unidimensional de Marcuse o el ‘hombre máquina’ de Gurdjieff. Y lo hacía para indicarnos que había posibilidades para salir del ‘infierno’ del hombre mecánico y demostró que decía la verdad, pues sus discípulos fueron capaces de reproducir sus mismas acciones milagrosas porque dominaban otro tipo de conciencia nacida del cumplimiento de las leyes de la ‘filiación espiritual’, consciente, no mecánica.

Continúa Timochenko. Dice “vivir en función del colectivo y el colectivo vive en función de uno.” Suprime la mente individual que es la célula interna de la humanidad, la que tiene la posibilidad de hacer el esfuerzo especial para cambiar. Cuando se le confronta con los actos terroristas, responde: “Yo no quiero hablar de cosas puntuales de lo que ha sucedido.” Evade la responsabilidad individual. Él quiere escenarios colectivos, la fuerza mecánica del número mayor, la algarabía democrática, el linchamiento.

Cuando se le pide cuentas del arrepentimiento por los crímenes cometidos, responde que esos crímenes son “un método de financiación que se justificó en determinado momento.” Elude el momento de la verdad de la confrontación individual con la conciencia moral. Cuando Pastor Alape lo hizo en Bojayá, SUS MANOS LE TEMBLABAN porque ahí estaba operando la ‘ley de la verdad insoslayable’: es un terrorista, no un político; no ha cometido errores, sino crímenes de guerra. Timochenko quiere camuflar su culpa en un escenario arreglado de ‘arrepentimiento nacional.’ No DISCIERNE que el día que se muera, él solito se muere, no el colectivo. Y no puede cambiar la condición de que la conciencia sobrevive la disolución del cerebro como lo está comprobando la ciencia positiva.

Ante la pregunta de qué reflexión le mereció la marcha de cinco millones de colombianos en rechazo de las Farc, respondió: “Reflexión, sí; uno (pronombre impersonal) reflexiona. Señala una función como: ‘el estómago digiere.’ Y como la ‘reflexión’ de su respuesta no es sobre sí mismo a donde apunta la pregunta, responde eludiendo: “cómo son capaces de construir en el imaginario de la gente a partir de medias verdades.” Es decir, cinco millones de colombianos estaban engañados. Y el hecho de que los de las Farc no puedan engañar a los colombianos, Timochenko lo llama ‘desventaja.’ ¡Mamola! Diría Serpa. Y las siguientes respuestas son perlas de ‘iluminación’ sobre el pensamiento del ‘dirigente’ de las Farc.

¿Por qué acudieron al secuestro y no a otras opciones como el narcotráfico?

T.: No es el escenario para profundizar un tema tan sensible. Nosotros lo hemos reconocido y si decidimos suspenderlo es porque tenía un costo político muy grave, pero, además, era una acción inhumana. Usted me dice el narcotráfico, pero entonces nos estigmatizan. Nosotros nos hemos financiado de donde hay: de la ganadería, del café, donde hay plata ahí tratamos de buscar.

Traduciendo al pensamiento conceptual objetivo, tenemos:

1. Ellos escogen los escenarios para tratar las cosas sensibles. No entiendo cómo quieren ser parte de un ESCENARIO PÚBLICO como es la política, siendo ‘sensibles’ para unas cosas, pero no para otras; son sensibles cuando se les señala, pero son insensibles cuando matan; entonces ese escenario tendrá que ser selectivo, según su criterio. Por ese motivo, para Timochenko, el ‘pedir perdón’ no tiene por qué ser público, según sus reglas. Pero la ETIQUETA UNIVERSAL DICE: Si una falta se comete en privado, se pide perdón en privado; si se hace en público, el reclamo de perdón debe ser público.

2. Reconocen y ‘suspenden’ (no se arrepienten) un crimen, porque tiene un costo político.

3. Veamos ahora sus categorías de inhumano que no incluye el robo, ni la explotación. Es inhumano secuestrar, pero no lo es robar a los ganaderos, el café; o donde haya plata, como en la minería ilegal, el chantajear a las petroleras, reclutar niños, obligar al aborto, violar, matar soldados indefensos, etc.

4. “Nosotros nunca desarrollamos la guerra para generar terror a la población, a la sociedad; nosotros desarrollamos la guerra como un objetivo político.” Es decir, el RESULTADO TANGIBLE de la guerra, tiene que ser sustituido por un IDEALISMO IMAGINADO. ¿Está loco? A las personas cuerdas nos condenan por lo que hacemos, no por lo que imaginamos; luego Timochenko sería inimputable. ¿Cómo pretende participar en política?

5. “Nosotros nos consideramos una organización profundamente democrática, a pesar de ser una organización militar.” Son ‘democráticos’, pero fusilan sin juicio, hacen abortar sin consentimiento, reclutan a menores, bombardean poblaciones, trafican drogas, etc. Creo que hay una GRAN DIFERENCIA entre lo que ellos entienden por democracia y lo que piensan y sienten 47 millones de colombianos. ¿Estaremos equivocados?

6. “La lucha armada como instrumento de la lucha popular es válida cuando las circunstancias la obligan porque se impone. La lucha armada no es válida cuando es uno el que la traslada artificialmente.” Es decir, en las Farc no hay INDIVIDUOS; su accionar es UN REACTIVO a las circunstancias. ¿En dónde está la libertad individual para decidir, pensar? Pero la lógica objetiva, no la amañada lógica marxista, se impone: Si la lucha armada es un crimen colectivo ¿por qué se acepta una selección individual para comparecer ante la justicia y por qué se juzgan diferentes tipos de crímenes y responsabilidades?

7. ¿Cómo convence usted a esa sociedad que hoy todavía no les cree? Nosotros desde el principio dijimos aquí venimos a construir un acuerdo que nos permita comenzar a trabajar por la paz en Colombia y nos permita hacer política dejando las armas a un lado. Es un compromiso que asumimos y lo vamos a cumplir.

Si analizamos el pensamiento de Timochenko, en líneas generales destruye la confianza en la verdad o confiabilidad de su persona, las Farc y las ideas o cosas que exponen. No hay evidencias que nos permitan confiar. Dice que fueron a construir un acuerdo, pero un acuerdo no es una evidencia tangible; sí lo es, la manera como se comporta en relación con el acuerdo, lo que dice, lo que exige; por lo que es INEVITABLE que él y los negociadores hayan contribuido a crear un conjunto de creencias negativas sobre ellos y el proceso. Las causas por las cuales las personas se convencen de la confiabilidad de una manera de pensar depende de la veracidad de los enunciados en los cuales las personas pueden creer. Aquí hemos analizado algunos de los muchos que se exhiben en la entrevista y sus enunciados no merecen la confianza que no puede ocupar el mismo lugar de la desconfianza. Es una simple ley de física. Pues uno no apoya los pies en un terreno que no lo va a sostener; el terreno de la dialéctica marxista no puede ser el fundamento de una sociedad que aspire a durar, sobre todo cuando esa dialéctica ha mostrado su fracaso.

Lo que sí es una EVIDENCIA TANGIBLE es el miedo de Timochenko que así queda expuesto y que vale la pena analizar.

SEMANA: ¿Qué miedos tienen hoy de lo que se venga después de la firma del acuerdo?

T.: El miedo permanente que lo acompaña a uno en esta etapa es que nos vayamos a equivocar, ese es el miedo. Y no logremos un acuerdo que quede bien blindado, y que ponga en riesgo la implementación de los acuerdos. Y los temores normales de cualquier persona es llegar a un escenario distinto. Independientemente que nuestra actividad siempre ha sido política, pero siempre circunscrita a la selva, en la montaña. Siempre he pensado que lo importante es que acertemos en las decisiones que tomemos. Ese es como el temor principal. Porque bueno, el temor de que de pronto lo maten a uno, ese temor es de todo el mundo.

A Timochenko lo acompaña un miedo permanente. Analicémoslo. Quiere acertar, un deseo legítimo, pero tiene MIEDO de equivocarse. Sin embargo, el mamífero humano tiene otros deseos; esos no los expone. Tiene el deseo de llegar al poder; sin embargo, como sabe que ese deseo es ILEGÍTIMO por su condición de terrorista, (un escenario distinto) su instinto de conservación se traduce en MIEDO. A un depredador le produce MIEDO un depredador más grande; en el caso de Timochenko es una bomba; no es la democracia, a la que se puede engañar o manipular. El MIEDO del atracador, que es la salvaguarda de la persona decente, lo produce la policía, no el ciudadano. A veces el único freno para el criminal es el castigo divino; por eso el marxismo es convenientemente ateo. En el escenario político el MIEDO, surge debido a FRENOS externos o internos. Por ahora solo conocemos la eficacia de los frenos externos de las Farc. En La Habana hemos visto que dicen lo que se les da la gana en contravía de lo que hablan o acuerdan. El acuerdo de paz como lo conocemos no es un freno legal ni moral para las Farc, sino un blindaje contra los otros; añadidas las ventajas políticas a las que aspiran y las concesiones territoriales han resultado en una percepción de ENTREGA que es, más bien, UN DESEQUILIBRIO DE MEDIOS COMPETITI VOS DENTRO DE LA DEMOCRACIA, lo que es una inequidad más de la que nos quejaremos.

Otro FRENO para el control de la conducta es la vergüenza. A nosotros nos causa vergüenza robar, chantajear, secuestrar, violar, etc. A las Farc, no. Se las causa, QUIZÁ, ser despreciados, ridiculizados; por lo que el castigo no es la cárcel, ni el tiro de fusil, sino la humillación, una sanción moral. Y quieren entrar al campo político en donde la HUMILLACIÓN es el castigo. ¿ES PELIGROSO UN HUMILLADO? Vean a Maduro.

Ahora a algunos pacifistas se les ha ocurrido que las Farc se sometan a un castigo más sofisticado que la vergüenza que es la culpa. Muchos usan esa palabra, pero no comprenden su verdadero significado, su vivencia. La culpa es posible como una capacidad superior de la psiquis de ponerse realmente en el lugar del otro. Los egoístas pura sangre que matan, roban, secuestran, no tienen esa capacidad, o está obnubilada por otras ‘recompensas’ y, por consiguiente, no sienten culpa. Nada impide, sin embargo, que usen la expresión: “Estoy arrepentido de lo que sucedió”. No basta con decirlo. Es preciso actuar en concordancia. Debemos guiarnos más por las acciones que por las palabras de esas personas.

Si Timochenko se colocara en el lugar del “otro” y percibiera lo que sufre, sentiría pena y no necesitaría de un ‘acuerdo’ que garantizara no repetición. Pero como la ‘revolución’ no es mala, según el marxismo que la inventa y dirige, la pena no tiene la posibilidad de transformarse en tristeza profunda. A esa emoción la denominaríamos culpa. Por su estructura moral e ideológica las Farc no tienen la capacidad de sentir culpa con los que no son de su clase, por lo tanto no pueden arrepentirse. La culpa que es el mayor freno social, un freno interno poderosísimo, deja de ser eficaz cuando se la clasifica por estratos o clases, justificada por la revolución, lo que convierte el delito universal en una falsa equivocación, defendible como delito. El ‘ethos’ de una revolución es válido cuando triunfa, porque cambia las costumbres, y aun así persiste una ley natural, universal de respeto de muchas tradiciones, valores y principios. En Colombia no ha triunfado ningún ‘ethos’ revolucionario; no tiene vigencia, sino en el reducidísimo grupo de las Farc. Por lo que las falsas justificaciones de una supuesta justicia, serán falsas, no importa qué se firme, porque su ética es falsa. La ‘Teología’ de la liberación o la de los pobres del Papa Francisco pretende ser utilizada para darle pábulo a una ética cristiana que justifique la revolución. Pero Jesucristo vino a salvar el ALMA DE LOS PECADORES que comprende a gente de todos los estratos y países. Ese es el discurso actual de las Farc con el que pretenden justificar lo injustificable.

Si fueran ‘humanos’, sencillamente, sin clase ni estratos sociales o militares, tendrían la capacidad de imaginar, vivir y sufrir los diferentes escenarios de tortura moral y física como el secuestro, el reclutamiento de niños, la violación, el aborto forzado, el robo, el engaño, la ejecución de gente indefensa, etc. Porque al sufrir genuinamente con el otro, el abuso se paraliza. Vivenciar el papel de la víctima frena la acción violenta. Por eso es una INEFICAZ PANTOMIMA EL PRETENDER QUE CONFRONTAR A LAS FARC CON LAS VÍCTIMAS CAMBIE LA NATURALEZA DEL HOMBRE VIOLENTO. Para el violento el ‘arrepentimiento’, el pedir perdón, es HUMILLACIÓN; para el SER HUMANO es TRISTEZA ACRISOLADA, PURIFICADA, POR EL AMOR DEL ARRPENTIMIENTO. En vez de tristeza y humillación el autocontrol del arrepentimiento propicia alegría.

Desgraciadamente, a veces la EXIGENCIA DE ARREPENTIMIENTO sin discernir y enfatizar que se tiene derecho a la defensa, NOS HACE SENTIR CULPA y pasamos a ser los VICTIMARIOS en los que nos quieren convertir las Farc. Aquí, el freno de la culpa es un puñal de doble filo que puede perjudicar a las personas más sensibles, pero sin capacidad de DISCERNIMIENTO; y no sabiendo por qué no pueden experimentar la verdadera culpa, porque no son victimarios reales, se enredan en las equivocaciones de las justificaciones circunstanciales que es lo que aprovechan las Farc y algunos corruptos colaboradores de la justicia para amenazar y chantajear.

Comprender entonces el pensamiento de Timochenko, como una muestra de campo, para discernir la verdadera capacidad de paz de las Farc debe servirnos para orientar nuestras decisiones al enfrentarlos en el debate público que Santos les está creando. Hay que COMPRENDER para DESENMASCARAR la estructura engañosa de su discurso y quienes lo apoyan.

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