«La paz: un yate y una moto»

Él, alejó el habano de su boca con la elegancia característica de quienes están acostumbrados a disfrutar de un buen tabaco. Intentó de forma graciosa y mesurada, al exaltar, hacer círculos de humo en el aire, pero el viento del mar Caribe y la velocidad del yate se lo impedían, para lo que no hubo problema fue para la degustación holgada de cuanta cerveza alemana y norteamericana bien fría hubiera en la hielera. El bote de trescientos mil dólares ya estaba volviendo a la bahía, atracó en el muelle y el marinero desde el timonel avisó que ya se podía desembarcar.

Con la agilidad de un brinca charcos selvático el personaje de esta historia saltó del borde de la cubierta hasta las tablas sobre tierra firme, caminó unos cincuenta metros hasta donde había dejado parqueada su motocicleta Harley Davidson de treinta mil dólares, se montó en ella y condujo bajo el resplandeciente sol de La Habana hasta el hotel cinco estrellas. Al pasar por el lobby le obsequió a uno de los botones un billete de veinte dólares que le debía desde la noche anterior por un "pequeño favor" impago, y, cuyo fruto aún le esperaba en la habitación. Subió hasta la suite imperial. Entró: -pensé que me habías olvidado- dijo ella, quien estaba totalmente vestida solo con su piel; él posó sus manos sobre aquellas curvas redentoras de la belleza de la mujer cubana, y, mientras ambos se deslizaban hasta el lugar cómodo más próximo, también iban rodando por el suelo del mármol espejiso las botas Timberland, los pantalones Levi's, la camisa Yves Saint Laurent, los boxer Christian Dior, unos calcetines Guy Laroche, ¡ah! Y una gorra Adidas. La gloria duró lo que sonaron en un iPOD con amplifidores BOSS: Always On My Mind de Elvis Presley, La isla bonita de Madonna, y un par de Justin Bieber. Él se recostó a un lado y murmuró: -esto es vida, hay que celebrar- entonces tomó el teléfono y marcó el 01, inmediatamente una voz femenina contestó: -Gracias por llamar al lounch-bar, ¿en qué le puedo servir?. -Favor me envía una botella de Dom Perignon Blanc- la voz del bar le respondió muy cortésmente -¿A nombre de quien caballero?-, -Luciano Marín- respondió; -Lo siento pero no hay nadie registrado con ese nombre- dijo la chica. Tras un par de segundos de reflexión silenciosa, él le dice -¡Oh! mil disculpas, tal vez estoy como Iván Márquez de la delegación de las FARC-; -¡Ah ya! señor, Claro que sí. Mil disculpas a Usted, enseguida le envío el champaña-. Diligentemente dijo ella y cerró el teléfono.

De esta historia solo la escena del yate en el mar de La Habana y la de la moto, se refieren a acontecimientos reales protagonizados por el personaje en cuestión, el resto, admito, es puro producto de la imaginación del autor, sin embargo, creo, que ni el mismo alias "Iván Márquez" negaría esta historia, por prudencia a que esto no haya sido solo producto de mi imaginación sino de la información proporcionada por algún paparazzi. Así que mejor sería admitirlo todo, como ya lo hizo, cuando salieron a la luz hace pocos días las fotografías de él, junto a Jesús Santrich, Andrés París y Laura Villa también miembros del secretariado de las FARC en el lujoso yate, las cuales fueron publicadas en la web de la Fundación Centro de Pensamiento Primero Colombia. En todo caso, el cabecilla de las FARC ya ha empezado a adecuar su discurso acorde a las reveladas imágenes: "tenemos derecho a un descanso" dijo, lo que sorprende es que, este descanso no guarde sindéresis con sus proclamas marxistas-leninistas, que odian los lujos y a los ricos, a la influencia burguesa y capitalina. ¿O será que así siempre han sido los descansos de los cabecillas de las FARC y recién nos estamos enterando?

¿Cual si fueran una tregua con el placer y las vanidades?Así se entendería en algo cómo es que ha podido ser llevadera la vida de quienes son socios del narcotráfico pero que supuestamente viven y duermen en el lodo de la selva. Raro se me hacía que habiendo estado lamiendo la opulencia de los lujos entre los que acostumbran a vivir los narcotraficantes (sus socios) por tanto tiempo, los cabecillas de las FARC no hayan probado el sabor del chocolate. Y es que hay varias muestras de ello: Ya otros "revolucionarios" han derrochado en el pasado sin reparo; las hijas de Hugo Chávez exhibieron en su Facebook fotos de como disfrutan, de langosta, caviar y champaña, y, hasta de cuando asistieron a un concierto de Madonna en Francia. El dictador que gobierna mi país envía a su esposa e hija a Miami y New York bajo total hermetismo, sus hijos practican equitación en finos caballos, él usa gafas de tres mil dólares y gusta de la amistad del más opulento Presidente ruso de todos los tiempos Vladímir Putin quien usa relojes de quinientos mil dólares.

Por otro lado, y no a mucha distancia "ideológica"; en la tropa de las FARC, los milicianos Wilsón, Hemeregildo y Ermegenes, lo mejor que han probado en sus vidas, es lechona o carne a la llanera, con su cuarto y quinto grado de primaria conocen solo lo suficiente que deben conocer para que Marulanda, Cano y Reyes sean el centro de sus conversaciones y repitan sus frases así como los ciudadanos del mundo recuerdan las palabras de sus próceres. Wilson tiene un brazo herido y casi inservible, Hemeregildo ha perdido a sus dos hermanos en combate y Ermegenes acaba de ser capturado y condenado por delitos de lesa humanidad y, posible, y, literalmente se pudra en la cárcel. Los tres no tienen claro aún si valió la pena haber empezado de raspachín de coca y ascendido hasta miliciano. Pues, aunque este grupo terrorista ha invadido tantas tierras en Colombia no les han regalado a ninguno de estos miembros de sus filas ni una sola hectárea. Aunque guardan caletas con millones de dólares enterrados no le han dado a Wilson para una prótesis. Ni a las cuñadas viudas de Hemeregildo una indemnización para mantener a sus hijos a quienes en poco tiempo reclutarán para que mueran al igual que sus padres. Sin embargo, el difunto Marulanda alias "tiro fijo", en vida demostró cómo se puede ser opulento incluso en plena selva, en videos lo grabaron para la posteridad, protegido pretorianamente y bailando en medio de un festín con abundante comida, vino y mujeres fue documentada una de sus tantas jornadas. Márquez, Jesús Santrich, Andrés París y Laura Villa, sus dignos discípulos, han demostrado también, a propósito del supuesto objetivo de su estadía en la isla caribeña que "si pueden lograr la paz" por lo menos entre ratos, pero, sobre la cubierta de un bote de cientos de miles de dólares, frente al inmenso océano, sintiendo la brisa del mar, y bajo el efecto placentero de la buena cerveza y los habanos que seguro Fidel les obsequió, y, que; si se puede ser "revolucionario" sin coherencia, al puro estilo "contrarevolucionario" burgués y capitalino, mientras los más pendejos comen mierda.

Fernando Balda

Ex Asambleísta Nacional del Ecuador (A).

Secuestrado y, preso político del gobierno de Rafael Correa.

Columnista de: Fundación Centro de Pensamiento Primero Colombia, (Colombia) Periódico Debate (Colombia), Reporte Confidencial (México), Red Digital TV, (Venezuela) Venezuela Awareness (Venezuela) Nicaragua Hoy (Nicaragua), y varios medios internacionales más.

Twitter: @fernandobalda

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