La pesca milagrosa

Amable lector. Hace algunos días el presidente Santos afirmó que los candidatos a la presidencia pueden construir su programa de gobierno con la Constitución Colombiana, pero en su criterio, la Biblia resulta más poderosa e inspiradora para gobernar.

Sin ser ningún experto en los textos bíblicos estoy seguro que el doctor Juan Manuel, no entendió nada de los Libros Sagrados, que contienen duros mensajes para los gobernantes que no cumplen con sus deberes. En el libro de la sabiduría está escrito: “Amad la justicia los que gobernáis la tierra, pensad del Señor con rectitud”.

Fue el abuelo cuando éramos niños que en palabras simples, nos contó varios pasajes de los evangelios. Estaba Jesús ante una multitud que lo escuchaba, como la gente sentía hambre, les pidió a sus discípulos darles de comer. Había una cesta con cinco panes y dos pescados, todos comieron hasta saciarse y sobró para el siguiente día.

Escuchando las promesas de los candidatos a la presidencia, es casi seguro que se repita el milagro de los panes y los peces. Además de pan, habrá salud, educación, casa propia y entretenimiento para todos.

Si alguien mira la cesta del Estado, que se conoce como la Hacienda Pública, se dará cuenta que hay muy poco y peor aún que existe una enorme deuda, que será difícil de pagar. A lo anterior se agrega que cada vez los ricos se afligen hasta el infinito cuando les hablan del pago de impuestos, pero que gracias a algunas almas piadosas, asesores, al final resultan eximidos de tan dura cruz; por todo ello la situación es más critica.

De otra parte, cuando se miran los ingresos que aportan los contribuyentes, más del 50 % se destina para el pago de las pensiones y los intereses de la deuda pública. Al final queda muy poco para atender el funcionamiento del Estado y hacer milagros. Este gobierno ha derrochado a manos llenas lo que debió ser para las personas que carecen de casi todo. Un buen cristiano debería temer más al juicio del Señor que al de su pueblo.

Quien ocupe el trono de Nariño, no debe olvidar que muchos de los empleados públicos, incluyendo jueces y maestros, padecen una enfermedad que se conoce como desidia, pereza o modorra, que es más difícil de curar que el cáncer o la diabetes.

Volviendo a los evangelios, la gente quedaría agradecida de saber que no se repetirá La Pesca Milagrosa, que en términos coloquiales, se refiere a personajes como el Ñoño, Musa Besaile, Kiko, Samuel, Oneida, Moreno, Malo y cientos más, que como las langostas del viejo Egipto, arrasaron con lo poco que había en las arcas públicas.

Para concluir, si la cesta oficial se sigue llenando con recursos de préstamos, al final se revienta. El ministro Cárdenas Santamaría será recordado, entre otras cosas, por su habilidad para conseguir plata que más tarde habrá que pagar.

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