LA SEPARACIÓN DE PODERES

Tres temas aparentemente están desligados entre sí, son ajenos uno del otro: las declaraciones y conceptos del fiscal Montealegre, la condena en Venezuela del jefe de la oposición, Leopoldo López, y la contratación millonaria y abusiva con el Estado de la gran farsante, Natalia Lizarazo “Springer”. Pero sí se pueden ver como tres expresiones del mismo fenómeno: de los estragos y de la corrupción que representa en “mamertismo”.

Alguien insistirá en preguntar qué tiene que ver una cosa con la otra. Pues que el Fiscal General de la Nación, Montealegre, pertenece a la misma corriente política de los fiscales, jueces y la cúpula del gobierno de Venezuela, que son los que condenaron a Leopoldo López y que obran guiados por los mismos presupuestos doctrinarios, los mismos criterios y mantienen la misma actitud frente a lo que ellos llaman el enemigo. Y que Natalia Lizarazo “Springer” obra internacionalmente como la “gurú”, la doctrinera de esa corriente y por eso le pagan de manera tan esplendorosa y suntuosa.

Cuando me refiero a que pertenecen a la misma corriente o punto de vista, es porque el Fiscal se formó en el partido Comunista. Él en algún foro en el que también participaba Carlos Lozano -el director del periódico Voz- rememoró el hecho y se deshizo en elogios de su “maestro” Lozano. Pues el partido Comunista no es un partido democrático. Descree de la separación de poderes, lo que es la esencia de la democracia. Para los comunistas, el que el gobierno intervenga en la acusación y la condena de un ciudadano no es extraño. A ellos no los escandaliza eso. Es del abc de su comportamiento político y es lo normal. Por eso, entonces, digo que están vinculados los temas de la corrupción y de la politiquería mamerta del Fiscal de Colombia y la condena de Leopoldo López en Venezuela. Él fue procesado por un régimen donde no existe la separación de poderes. Allá el gobierno es el que realmente “acusa” y condena. Utiliza como un pretexto o mampara el código penal, a la Fiscalía y a unos jueces que dependen presupuestalmente del gobierno y reciben órdenes directas de él. Eso está demostrado en la práctica; no es una afirmación abstracta. En el libro 'Bumerang Chávez', un ex magistrado del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, Aponte, narra en detalle cómo el gobierno y los jueces se reunían en presencia del presidente del legislativo, Diosdado Cabello, todos los lunes, para preparar casos (acusaciones y procesamiento) contra dirigentes de la oposición, o, incluso contra amigos de su propio partido con quienes querían ajustar cuentas.

Pues de esa misma corriente doctrinaria y dispuesta a protagonizar esas mismas políticas es el Fiscal Montealegre. Por eso la sevicia contra todo lo que suene a uribismo y los procesos que montó para boicotear nuestra campaña presidencia; por eso las ideas de “leyes habilitantes” es decir, que convierten al jefe del ejecutivo en órgano legislativo y por eso la forma infame como traslada el presupuesto a los bolsillos de sus socios políticos y cómplices de maniobras, tales como la Lizarazo “Springer” y los ex magistrados de su cuerda de pensamiento y de acción. Y eso además explica por qué el señor Fiscal habla como habló ayer en el periódico El Tiempo y explica también por qué firma tales contratos: porque para él no existe la separación de poderes y un Estado de derecho. Él cree estar por encima de la ley, como sus correligionarios del partido comunista creen que pueden levantarse en armas, porque lo que valen son los propósitos: los de ellos son altruistas, los de los demás son criminales.

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