La soledad de Colombia en la región

Es normal que cuando un país tiene problemas con otro país vecino, acuda a la solidaridad de la región para buscar una solución que permita calmar los ánimos y evitar futuras confrontaciones que podrían terminar costando pérdidas humanas.

Por tanto es lógico que Colombia haya buscado el apoyo de los países que conforman la Organización de Estados Americanos – OEA, para que mediaran en el diferendo colombo-venezolano, quienes mayoritariamente decidieron, a través del voto de sus embajadores, no intervenir.

¿Falta de solidaridad? ¿Primaron intereses particulares? Puede ser, sin embargo, es necesario tener en cuenta una cosa: Colombia tampoco se ha portado muy bien con la región, en este caso, con los países de América del Sur y América Central, lo que hace pensar que a nuestro país le ha llegado el momento de replantear un poco más su trato con la comunidad vecina y de cambiar su estrategia, con la que desde tiempo atrás ha concentrado su atención en las relaciones con los Estados Unidos y la comunidad europea.

No se le puede pedir, por ejemplo, al Ecuador solidaridad y respaldo a Colombia, cuando el presidente Rafael Correa tiene muy presente el bombardeo de tropas colombianas a su territorio, con Juan Manuel Santos como ministro de Defensa. Tampoco se le puede pedir a Argentina su apoyo, cuando en la Cumbre de las Américas en Cartagena en 2012, el presidente Santos en su discurso no tuvo en cuenta la reclamación del país gaucho por las islas Malvinas.

Tampoco se puede pedir solidaridad, cuando en medio de un fuerte debate entre Colombia y Venezuela, Álvaro Uribe como primer mandatario, viola su soberanía secuestrando a Rodrigo Granda para traerlo a territorio colombiano y así capturarle.

Mucho menos se puede pedir apoyo a la comunidad vecina, cuando Colombia amenaza con declarar a Panamá “Paraíso Fiscal”. Todos estos errores en la manera como nuestro país ha manejado las relaciones con los países de América, han hecho que hoy por hoy, cuando se requiere la solidaridad internacional, las naciones de al lado nos pasen la cuenta de cobro e interpongan sus intereses particulares, por encima de lo que ocurre en la frontera colombo-venezolana.

Es cierto, a Colombia le ha llegado el momento de replantear la manera como tradicionalmente ha menospreciado las relaciones con los países de América del Sur, y se ha dedicado a complacer a los Estados Unidos buscando el sueño americano, sin importarle que este último lo tome como su patio trasero.

Este reclamo constantemente le han hecho sus vecinos, y hoy por hoy se lo están haciendo sentir, y no les importa que de por medio estén las violaciones a los derechos humanos a las que han sido sometidas cientos de personas en la frontera entre Colombia y Venezuela, como consecuencia de las irracionales actuaciones de Nicolás Maduro.

Si de verdad nuestro país desea salir de la soledad en la que se encuentra, realidad innegable de la que hasta hoy cae en cuenta, es necesario que replantee la manera en cómo está tratando a los demás países en el continente americano, donde Venezuela le ha ganado ventaja, demostrándole que sin el apoyo de los Estados Unidos, tiene la sartén por el mango.

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar