Largo y culebrero

¿Aprobarán los colombianos en referendo que 'Timochenko' y sus secuaces no paguen cárcel?

Indigna que un asesino de la calaña del paramilitar Úber Bánquez, alias Juancho Dique, goce desde la semana pasada de libertad condicional con apenas ocho años en la cárcel. Alegan varias de sus víctimas, con comprensible ira, que no ha contado toda la verdad sobre sus crímenes. Esa justísima indignación es apenas un anticipo de la que producirá que criminales de la talla de ‘Timochenko’, ‘Romaña’ o ‘Catatumbo’ no pasen un solo día tras las rejas, como ocurrirá si Gobierno y Farc llegan a un acuerdo en La Habana.

No parece que semejantes angelitos vayan a ser extraditados a los Estados Unidos, como sucedió con los doce más importantes jefes del paramilitarismo que Álvaro Uribe embarcó, en el 2008, rumbo a las severas cárceles del Tío Sam. Aunque los vientos cambian, así que quién sabe…

En cualquier caso, y después de más de un año de parálisis, la mesa de La Habana registra avances importantes. Está cerca un acuerdo sobre justicia transicional en que los jefes de las Farc recibirán penas alternativas a la cárcel. ‘Iván Márquez’ dijo el jueves que en la mesa están “a las puertas de un entendimiento” sobre este tema. “Estamos listos –agregó– a abordar y discutir los procedimientos para el tránsito de organización alzada en armas a movimiento político abierto”, incluida su decisión de dejar las armas, algo inimaginable hace poco.

¿Está el acuerdo definitivo a la vuelta de la esquina? A pesar de los avances y de una reducción notable de los ataques que convierten al 2015, hasta ahora, en el año de más baja intensidad del conflicto con las Farc en 35 años, según Cerac y el Mindefensa, falta mucho por recorrer.

Primero porque, como también lo recordó ‘Márquez’, hay una larga lista de pendientes en los puntos de la agenda ya evacuados, como el de tierras. Y, segundo, porque el proceso para la desmovilización y desmonte de las Farc aún no está claro. El periodista Enrique Santos, hermano del Presidente y cercano a las negociaciones, reveló el viernes en Blu Radio que, para la etapa intermedia de concentración de sus tropas, las Farc piden 50 zonas y el Gobierno ofrece “cinco o seis máximo”.

Aun si esos contenciosos son resueltos en pocos meses y el acuerdo definitivo queda firmado en el primer trimestre del año entrante, la puesta en marcha tomará su tiempo. El Gobierno presentó al Congreso un paquete de normas para agilizar el desarrollo legislativo de algunos aspectos de lo pactado. Pero el presidente Juan Manuel Santos dijo que eso solo ocurrirá una vez los colombianos “hayan refrendado” el acuerdo.

Un referendo, aun por la vía rápida que establezcan las reformas propuestas por el Gobierno al Congreso, tardaría en hacerse realidad entre seis meses y un año después de la firma del acuerdo. Y nada indica que los colombianos vayan a votar a favor de que ‘Timochenko’ y sus secuaces, autores, junto con los paramilitares, de los peores crímenes de la historia del país, se libren de la cárcel. Los avances de la mesa de La Habana son innegables. Pero el camino que falta es largo y culebrero.

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Papayazo. Es inaceptable el tono agresivo, y descalificador en el terreno personal, usado por el fiscal Eduardo Montealegre para atacar a colegas como María Isabel Rueda, Vicky Dávila y María Jimena Duzán, que han cuestionado los multimillonarios contratos de la Fiscalía, así como a todo un sector político –el uribismo–, a muchos de cuyos dirigentes esta Fiscalía ha procesado. Aparte de lo mal que le queda al Fiscal una actitud que desdice de la ecuanimidad que su poderoso cargo lo obliga a mantener, le da al uribismo un papayazo gigante para decir que Montealegre, sus subalternos y sus asesores –incluida la contratista Natalia Springer, cuyas explicaciones poco convencen– carecen de la más mínima objetividad para investigarlos.

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