Las ‘Farúsugas’ o los ‘Usufarc’

"El 2 de abril millares convocadas por Uribe marcharon para protestar contra el mal gobierno."

El dos de abril millares de personas convocadas por Álvaro Uribe Vélez marcharon para protestar contra el mal gobierno de Santos.

El seis de abril, las Farc, actuales socios políticos de Santos, desestimaron la línea de respuesta a esa marcha trazada por su socio: en lugar de desconocerla o de enfrascarse en un debate sobre la mucha, baja o nula participación ciudadana en ella, las Farc pasaron a definirla como “la marcha del paramilitarismo”.

“Nadie en Colombia, dijeron, se traga el cuento de una casual coincidencia entre el paro paramilitar y el llamado de la ultraderecha a una marcha nacional contra el proceso de paz, sazonado además por el rechazo a la restitución de tierras. La comunidad internacional también ha sido testiga (sic) de la descarada amenaza criminal”.

Es decir, el comunicado de las Farc les sirvió para reclamar por ventanilla mayores beneficios y reconocimientos en la Mesa de La Habana; para valorizar sus activos. Sentaron la premisa de que “con paramilitarismo no habrá paz” (incluso así titularon su comunicado) y hasta se burlaron de los ingenuos que estuvieron esperando una firma de paz y el comienzo de su desmovilización para el 23 de marzo. ¿cómo vamos a firmar, si el tal paramilitarismo no “es un fantasma invocado por la insurgencia”? ¿Cómo vamos a firmar, si no es una “elucubración dilatoria para postergar la guerra”?

Es decir, la marcha ciudadana fue criminalmente asimilada por los criminales (el ladrón juzga por su condición), a un “paro armado” ordenado por la banda conocida como “Los Úsuga”. Y ambas cosas, el agua y el aceite, fueron juntadas y definidas arbitrariamente como “paramilitarismo”. Luego notificaron: “con paramilitarismo no habrá paz”. Es decir, volvieron a dejar a Santos y a sus socios mirando para el páramo. Porque, hoy, la única política de la que habla Santos y en la que concentra todas sus esperanzas de resurgir de las cenizas del descrédito, es la ansiada búsqueda de una firma en La Habana.

En la Cámara de Representantes, juicioso y sumiso a las directrices de sus jefes, un parlamentario, obrando como muñeco de ventriloquia de alias ‘Catatumbo’, repitió la declaración del secretariado. Los representantes del Centro Democrático le replicaron elocuente y oportunamente al majadero. Estas líneas son un complemento a esa respuesta.

Como el ladrón que huye gritando “cojan al ladrón”, las Farc (y el congresista de marras) insultaron a millares de ciudadanos, los marchantes del 2 de abril, diciéndoles cómplices de los peores narcotraficantes, extorsionistas y sicarios del mundo, los “Usuga”. Con ello quieren justificar la mamadera de gallo en La Habana y desviar la atención de un hecho que sí es evidente: que ellos, las Farc, son los socios de los “Úsuga”.

Tan evidente lo es, que medios de co

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