Las mañas de Gaviria

Quizá ahora empiecen a comprender por qué era necesario que el voto en blanco ganara. Había que gritarles a todos, sin excepción, que su forma de manejar a Colombia alimenta el lodazal de los corruptos. Dan pena.

¿Es este el país que queremos? ¿El que nos venden la clase dirigente y sus politiqueros? ¿El que apesta? Todo lo que envuelve la elección de Contralor evidencia su convencimiento de que Colombia es su finca y nosotros, sus sumisos jornaleros.

La pelea por el suculento botín es más torcida que la torre de Pisa. Gaviria y Santos están dando un espectáculo deplorable. El Presidente, sin pudor alguno, apoya a Edgardo Maya, que reúne todos los requisitos para desprestigiar al organismo que supervisa las cuentas públicas embadurnadas de corrupción.

Nunca respondió por ‘parapolítica’, pero algún día debería hacerlo. Siendo Procurador General, en pleno imperio paramilitar en la Costa Caribe, ‘Jorge 40’ impuso la candidatura única en la gobernación del Cesar de su aliado, Hernando Molina Araújo. El hijastro del Procurador casi pierde porque los cesarenses se rebelaron y votaron por el voto en blanco –mister White–, como lo bautizaron.

¿Qué hizo Maya? Cubrir de impunidad al aspirante de los ‘paracos’. Cada vez que un periodista le preguntaba sobre la candidatura única, explicaba que el pueblo quiso rendir un homenaje a la Cacica, su esposa, asesinada por las Farc. Razón, aducía Maya, que aconsejó a los demás candidatos a retirarse de manera voluntaria. Si yo, que vivo en Bogotá, sabía cómo era la vuelta y lo denuncié varias veces, Maya, que es de la región y veía al hijastro seguir instrucciones de ‘Jorge 40’, ¿era inocente?

No fue lo único que tapó. Su hermano Ángel fue director del Hospital Rosario Pumarejo de López, de Valledupar, que puso a disposición de las Auc. El Procurador, tan acucioso a la hora de perseguir enemigos políticos, ¿nunca supo?

Tampoco se enteró jamás de que su otro hermano, Jaime Blanco, fue cómplice del crimen de tres sindicalistas a manos de los ‘paracos’.

Obvio que a Santos no le preocupa ese pasado turbio. Está impulsando a Maya pese a que tendrá que jubilarse en año y medio. ¿Con qué ocultos fines se toma tantas molestias?

Enfrente hay un señor que es el capataz del expresidente Gaviria. El tal Rondón tampoco es que esconda a quien responderá en su trabajo. “Soy del Partido Liberal”, afirmó rotundo el martes pasado en una entrevista radial, y agregó: “Soy de la Unidad Nacional”. La confesión no tuvo importancia para mis colegas, interesados en que admitiera si se había reunido o no con el Centro Democrático. “La casa Gaviria”, que no se molesta en disimular sus turbias jugadas, se la está metiendo toda al excongresista liberal. Si lo escogen, no nos podremos llamar a engaños. Estará en la Contraloría para seguir al pie de la letra las instrucciones del expresidente, que se quedaría con un botín para asustar enemigos y ayudar a los amigos, además de burocracia a la lata.

El tercero, que no tiene chance aunque al tratarse de una elección tan turbia todo es posible, es más de lo mismo, otra desgracia. Ardila es esbirro de Cambio Radical y pasó por el Congreso con una gestión más que debatible.

Quizá ahora empiecen a comprender por qué era necesario que el voto en blanco ganara. Había que gritarles a todos, sin excepción, que su forma de manejar a Colombia alimenta el lodazal de los corruptos. Dan pena.

NOTA: Otro ejemplo de que Santos sigue en su burbuja es su designación del Ministro de Ambiente, un NN sin mando ni prestigio en el área. En su primer gobierno cambió cuatro veces de ministro. Ahora hará otro tanto. Son fusibles de mínimo voltaje. Para él, la Naturaleza empieza y termina en su finca de Anapoima. Por cierto, ¿no hay un solo negro que pueda ser su ministro?

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