Las mentiras del Ministro del Interior

“Nunca se miente más que después de una cacería, durante una guerra y antes de las elecciones.” Otto Von Bismarck

En un reportaje casi clandestino con Yamid Amat y publicado por el periódico El Tiempo el domingo 13 de octubre el señor Aurelio Iragorri Valencia, Ministro del Interior, sin inmutarse siquiera, miente varias veces.

Refiriéndose al Presidente Uribe y al Centro Democrático respecto de las negociaciones de La Habana afirma que “La posición de ellos es no al diálogo y sí a la guerra, y así lo han manifestado.”

Por si no lo sabía señor Ministro, la política de Seguridad Democrática no es un simple manual de recetas castrenses para obtener triunfos militares. Su Presidente Juan Manuel Santos sabe, por haber sido Ministro de Defensa en el exitoso periodo de gobierno de Álvaro Uribe, que ésta es una estrategia político-militar para restablecer el monopolio legítimo de la fuerza y devolver la paz y la tranquilidad a un país que lleva decenas de años cargando con la cruz de la violencia.

Esta política hace parte del conjunto de políticas y estrategias necesarias para restablecer la institucionalidad democrática que devuelva la confianza a los colombianos. Por supuesto que una parte fundamental de la seguridad democrática es el diálogo. Pero bajo ¿qué condiciones y circunstancias? No es un diálogo para devolverle gratuitamente a la guerrilla un espacio nacional e internacional cuando el cerco militar y la recuperación del territorio estaban por encima del 80%. Bajo estas condiciones de avance militar solo se dialoga para acordar los términos de la reinserción y el sometimiento a la Constitución y la ley. Como sucedió con los paramilitares con quienes se definió los términos de su sometimiento, siempre preservando la recuperación de la institucionalidad y del monopolio legítimo de la fuerza.

El diálogo es lo que debe permitir cerrar el ciclo de la violencia guerrillera pero para que prevalezcan las reglas del juego en que han desenvuelto sus vidas la gran mayoría de los colombianos. No al contrario como ha hecho Juan Manuel Santos, buscando hacer concesiones sobre aspectos cruciales de la vida nacional y sin que se sometan a un mínimo de justicia por los graves delitos de lesa humanidad. En el Centro Democrático somos amigos de un diálogo que garantice los derechos de las víctimas y de todos los colombianos.

Sin rubor alguno el Ministro asegura que “La posición del Presidente (Santos) se la ganó con el apoyo popular más grande en la historia de Colombia y está dedicado a cumplir con los compromisos que adquirió con el pueblo. Uno de ellos es lograr la paz para Colombia.” Se necesita ser un verdadero farsante para intentar engañar, contra la evidencia, a los nueve y medio millones de votantes que eligieron a Juan Manuel Santos confiados en que profundizaría y consolidaría la política de seguridad democrática.

El mandato que le dieron los colombianos (“el apoyo popular más grande en la historia de Colombia”) no fue para claudicar ante la guerrilla ni para que impunemente, dilapidando miles de millones de pesos en acosadoras campañas de propaganda, se intentara persuadir a la opinión pública de que el acuerdo con las FARC estaba a la vuelta de la esquina. Así lo confiesa el Ministro mentiroso en esa misma entrevista cuando sostiene que “La paz no resiste más retórica.”

Al Ministro del Interior le queda a la medida la frase que Mateo Alemán, escritor de la picaresca española del siglo XVI, acuñó para desenmascarar a los mentirosos de todos los pelambres, “quien quiere mentir, engaña y el que quiere engañar, miente.”

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