A Juanpa (como le gusta que le digamos) le produce risa la recolección de firmas por parte de un pueblo que no lo quiere, que no acepta su manejo de la economía, que no cree en su política internacional, que no acepta la entrega de Colombia a los grupos subversivos que han asesinado a ese pueblo. A él le da risa y dice que lo que pedimos es que siga la guerra, que sigan los asesinatos del pueblo colombiano por parte de sus nuevos mejores amigos y que da más risa saber que con las firmas contra la entrega del país habrá más víctimas. De verdad no entendí, como no he entendido nada de este desgobierno, que le dé risa que haya más víctimas en Colombia, no por las firmas sino por su incompetencia.

Con risitas ha tratado de minimizar lo que ocurre, con risita dijo “el tal paro no existe” y el tal paro existió y continuó por el incumplimiento del Gobierno y esta es la hora en que nada se ha resuelto y se promete que con la reunión planeada en Bogotá el tal paro sí se solucionará.

Razón tiene el exfiscal Montealegre al decir que: “El Gobierno está acostumbrado a pedir respaldo a sus tesis jurídicas para luego tirar a los amigos al circo romano”. El doctor Montealegre tiene toda la autoridad para emitir este concepto de jurista; cuánta metida de pata jurídica de Juanpa (como le gusta que le digamos) salía a la opinión pública, el fiscal de la época tenía que salir a dar las forzadas explicaciones para sacarlo del atolladero. Era el salvavidas de un gobierno de improvisaciones y de mentiras como buen jugador de póker. Montealegre lo conoció tarde, ahora, desde la arena del circo, se arrepiente de haber colaborado con este Gobierno que merece la desconfianza y descalificación del pueblo.

“Gobierno de doble moral y de mucha mermelada”. Otra opinión del doctor Montealegre que nos confirma la apreciación que la mayoría del pueblo colombiano tiene de su gobernante incapaz y entreguista a quienes sí lo alaban pero con el mismo interés traicionero que le han aprendido. Para corroborar lo que afirma sobre la doble moral del mandatario, dice el señor fiscal saliente: “De día le dan estocadas a las altas cortes y de noche le están pidiendo apoyo al proceso de paz, doble moral”.

Del gobierno en general opina el doctor Montealegre que “saben mucho de mermelada y no conocen la palabra lealtad”. Los colombianos supimos de esa condición humana del mandatario, desde el mismo día de su posesión cuando en forma pública traicionó a quien de su mano lo llevó a la presidencia.

Cuando se conozcan los resultados de las firmas, si no se producen triquiñuelas como las saben hacer los áulicos de este gobierno, estoy seguro de que le dará de verdad una gran risa, nerviosa sí, pero risa al fin y al cabo.

Pobre país, ¿quién podrá salvarnos? Hay que firmar para que con una risita fingida, por fin, se dé cuenta de que el pueblo colombiano, el mismo pueblo que lo eligió, no lo quiere más en la presidencia.