Lo que se nos viene

Hace años dije que se preparaba una trampa a los colombianos a manos del Gobierno y su aliado, el grupo narcoterrorista Farc. Como una farsa no puede representarse mejor que en un teatro, allí se firmó el perverso acuerdo maquillado de “nuevo”, sin cambios sustanciales a la amenaza institucional y existencial a la democracia que representaba el “pésimo” acuerdo inicial, que en el mejor de los casos pasó a “muy malo”, así los autores y promotores del primero ahora dicen que es mucho mejor. O son tontos o nos creen.

Aprobada la trampa por un golpe de Estado institucional dado por los congresistas enmermelados, se viene una época terrible para este país. La columna no alcanza para mencionarlo todo, pero destaco lo siguiente.

Como sectores mamertizados de la academia y la Iglesia disfrazaron a delincuentes de actores políticos, la gente parece haber olvidado con quiénes han pactado. Bandidos que aspiran a tomarse el poder por la vieja fórmula marxista-leninista de las armas en combinación con el deterioro institucional y económico del país.

Ahora este grupo criminal sin restricciones, libre de culpas, armado, inmensamente rico y con poder de cogobierno, así como suena, cogobierno, iniciará su camino al poder. ¿Y eso cómo se hace?

En los años que vienen hasta el 2026, cuando estén en condiciones de tomarse el poder, esto es lo que veremos. Además de tener los mecanismos para condicionar la política económica y social a sus intereses, todos los medios de protesta serán presas de las Farc. El Polo Democrático será tomado desde adentro porque una izquierda sensata no les sirve a los comunistas del siglo pasado. Los movimientos estudiantiles serán tomados, como ya viene sucediendo, pero ahora sin limitaciones.

Algunos empresarios, que por cómplices o por ingenuos han aplaudido esta inmundicia, no se imaginan lo que se les viene pierna arriba. Después de mucho tiempo y esfuerzo se ha logrado tener una relación mejor y más productiva con los sindicatos, pero de ahora en adelante estos también serán tomados desde adentro y radicalizados. Prepárense para las huelgas, daños y pérdidas económicas que se vienen, aunque sigan con una palomita en la solapa.

Si creen que habrá más inversión extranjera, desarrollo agrícola, carreteras, fábricas e hidroeléctricas en este país, mejor vuélvanse a acostar. Los movimientos de reivindicación popular, indígena o racial serán tomados por la fuerza y su agenda y recursos usados para impedirlo.

En las elecciones del 2018, con los billones de pesos que tienen, se van a tomar gran parte del poder político de la “periferia”, como fase inicial para la toma en el 2026. Las demás fuerzas políticas serán arrinconadas, especialmente la oposición, pues bandidos con cuerpos de seguridad intocables, compuestos por matones armados, caminando por los barrios donde vivimos todos y con acaudalados colectivos de abogados que inundarán con demandas a quienes les digan la más mínima cosa, la “neutralizarán”, para no decir eliminarán.

¡Bienvenidos al empobrecimiento planificado y a la dictadura!.

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar