Hace 4 años se habló de austeridad, se ofrecieron miles de oportunidades para los colombianos: empleo, vivienda, educación, justicia, la necesidad de que los que más tengan se aprieten el cinturón, pero no se salva la distancia que va de las palabras a los hechos; le apretaron el cinturón a los más pobres y la situación se agrava, y el pueblo se olvidó y buena parte de ellos votaron por el mismo responsable de sus desgracias.

Teníamos casi 4 años de propaganda electoral desde el gobierno de manera abierta y descomedida, está a la vista lo gastado en diarias publicaciones en retratos, avisos, charlas, viajes, reuniones en La Habana, caravanas presidenciales por todo el interior del País, y ¿qué utilidad deviene para el pueblo que no tiene trabajo, que padece de hambre y no tiene con qué pagar su vivienda, el vestido, la escuela de sus hijos?  ¿Qué necesidad teníamos de tanto despilfarro de dinero en época de crisis?

La campaña electoral debe ser un ejemplo de civismo, de respeto mutuo, de decencia verbal, de exposición de las grandes líneas programáticas como lo hizo el ex-presidente y Senador: Álvaro Uribe y el Centro Democrático, con la presentación de nuestro candidato el Dr. Óscar Iván Zuluaga y los 5 pilares para recuperar el rumbo de Colombia, limitando los recursos económicos, y no como hizo Santos, una carnavalesca exhibición de fotografías y cuñas de T.V., un amplio y repetido abanico de promesas hechas 4 años atrás, que le sirvieron para arrancar aplausos en concentraciones manipuladas, pero con desmedro de las esperanzas que el pueblo abriga de gobernantes ya reconocidos y probados como demagogos y desleales con sus amigos y electores.

En esta campaña electoral el candidato Santos, recurrió a toda clase de escaramuzas, y sus argumentos en el debate en vez de educar al pueblo interesándolo en la vida del país, fue llevado al plano de la falsa paz y un claro irrespeto para las opiniones ajenas, fomentando la división de grupos, partidos políticos e individuos, por el solo hecho de no pertenecer a su gobierno, esto es lo más opuesto a la democracia que se basa precisamente en la pluralidad de opiniones y se afianza en el mutuo respeto a la libertad.

Señor Presidente sea justo, sea racional, sea cristiano. El derecho tiene sus límites, y el de un individuo termina donde comienza el derecho del otro, hace 4 años hizo usted promesas que no cumplió, que cayeron en el desierto, todo fue una mentira, esperamos que en este periodo que comienza las promesas no caigan en saco roto, esperamos exista un propósito de enmienda, porque ahora las circunstancias son peores, y los ojos del mundo libre están puestos sobre Colombia.