Maduro debe parar la represión

Al fin el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha reconocido que la mitad de la población no está de acuerdo con sus políticas ni con el socialismo del siglo XXI y se ha sentado a conversar con la oposición.

El propio Maduro dijo antes de la reunión con los opositores que se trata de un encuentro entre dos modelos: “el del socialismo bolivariano del siglo XXI y el modelo que representa la oposición venezolana”.

El debate del viernes por la noche abrió las puertas a un diálogo que ambas partes esperan que sea constructivo. Un intento por poner fin a la aguda crisis que sufre Venezuela y a la extrema polarización de su sociedad.

Ahora bien, las protestas callejeras persisten, y el jueves alcanzaron algunos barrios pobres de Caracas, que se habían mantenido en calma hasta ese día. Y ha habido más muertes.

Las protestas y la violencia indican que aún falta mucho para resolver la crispación que sufre Venezuela. Las políticas de Maduro han causado una inflación descontrolada y una escasez de productos de consumo básicos, al mismo tiempo que el gobierno se ha mostrado incapaz de reducir el alto índice de crímenes que sufren los venezolanos y que ha convertido a Caracas en una de las ciudades más peligrosas del planeta. Esa crisis es insoportable y requiere una solución urgente.

Al inicio de la reunión con la oposición, Maduro dijo que “el primer llamado es a reconocernos, a respetarnos”. Pues bien, con ese espíritu, y si de verdad desea que el diálogo fructifique, puede tomar medidas que reducirían la tensión. Entre ellas: poner en libertad inmediatamente al líder opositor Leopoldo López, encarcelado desde febrero y todavía sin haber ido a juicio, y a los estudiantes presos; detener la represión violenta contra los manifestantes, y poner freno a los “colectivos” de motorizados armados que han agredido a los opositores.

No puede haber un diálogo real si se encierra en la cárcel a personas que no siguen la línea oficialista y solo quieren mejorar el país. Tampoco puede haber una conversación positiva si las autoridades siguen reprimiendo las protestas pacíficas. Por eso una parte de la oposición no ha acudido al llamamiento de Maduro al diálogo y mantiene su clamor de libertad en la calle.

El primer paso debe ser detener la violencia y la represión sin más dilaciones. Maduro puede hacerlo. Está en sus manos crear el clima de reconocimiento y respeto mutuo que él mismo ha pedido.

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