Me retracto

Hace algún tiempo escribí en uno de mis artículos “parece mentira que en Venezuela donde nació el libertador de cinco naciones no puedan sacarse de encima a un pendejo”.

Intentaba satirizar el hecho de que Nicolás Maduro parecía inamovible de su trono dictatorial. Hoy, tras los acontecimientos suscitados a partir del 12 de Febrero, tal aseveración mía corre el riesgo de suponer una ofensa a los millones de jóvenes y población civil que han puesto el pecho a las balas de la represión en Venezuela. No son entonces estas palabras dignas de volver a ser mencionadas después de los hechos; la sangre ofrecida como sacrificio a la libertad por los nuevos héroes y patriotas venezolanos Bassil da Costa y Roberto Redman quienes encabezan una larga lista de nuevos mártires, son aquellos cuyos rostros se erigirán en monumentos en las plazas y parques del futuro, y sus nombres serán inscritos en las nuevas columnas en honor a los próceres de estas gestas libertarias. Y es que nunca pensamos que en pleno siglo XXI tendríamos que volver a luchar por recuperar la libertad de nuestros pueblos, así como reza en los libros de historia que lo hicieron nuestros antepasados.

El dictador venezolano ha acusado al imperio de ser quien atiza las manifestaciones que piden su salida del poder, no ha advertido al asomarse a la ventana del palacio de Miraflores que en la calle no hay “gringos”, sino jóvenes de todo el país, mestizos, negros, mulatos, cholos e indígenas, y por ello ha ordenado dispararles y asesinarlos con el mismo odio que siente por el imperio. Pólvora que busca sostener lo insostenible y que para su contrariedad con cada gota de sangre derramada hace más fuerte e indetenible la rebelión. Ahora Maduro se enfrenta no solo a los mortales sino también a nuevas figuras inmortales, a las que ya sus balas no pueden volver a asesinar pero que ya son la inspiración de la revolución en su contra.

Aunque se decía hace mucho tiempo que la dictadura chavista no iba a supervivir bajo el mando del entenado heredero del extinto cáncer, parecía también que el grito de ¡ya basta! nunca llegaría, pues a pesar de la pobreza, escasez de víveres, déficit fiscal, desmedida alza del nivel inflacionario, devaluación de la moneda, escuálido poder adquisitivo, inseguridad y criminalidad propiciados por la imperante corrupción que ha demostrado que quince años de chavismo son suficiente para acabar con todo; no podrían los ciudadanos, que reclaman libertad, justicia y progreso, derrotar la propaganda, y, la esclavitud electorera de quienes viven de dadivas y comités chavistas plagados de la ignorancia de fanáticos que se han vuelto impensantes, lactantes de gotas del poder, cual limosnas, a cuenta gotas. Pero esta combinación: la mentira difundida con propulsión a chorro en medios estatales y la ignorancia, definitivamente no van a lograr perennizar ningún gobierno. No lo han logrado nunca. Prueba de ello es el bloqueo al internet, al twitter, a la señal de los medios internacionales y toda vía por donde pudieran difundirse imágenes o testimonios de como el pueblo venezolano se encuentra masivamente en las calles pidiendo la salida de Maduro del cargo mientras las fuerzas armadas, policías y fuerzas de choque chavistas inoculadas por agentes del gobierno de cuba asesinan, secuestran y desaparecen a los líderes manifestantes de la resistencia. Las millones de fotos que han inundado las redes sociales muestran una Venezuela incendiada y, el clamor de su gente pidiendo paz mediante el fin de la dictadura. Es así que, evidenciando su miedo, Maduro y sus pares del ALBA quienes se encuentran profundamente preocupados por la inminente caída del régimen que los parió (aunque pretendan ocultar dicha preocupación) la evidencian, pues se han enfilado a formar la "coalición" para defender al endeble régimen. Si: ¡A defenderlo de los jóvenes venezolanos! ¡Felicitaciones muchachos, lo hicieron bien!

La historia será el resultado de lo que emprendamos ahora, los historiadores del futuro no podrán obviar las imágenes de lo sucedido en Venezuela, tampoco de la evidencia de la decadencia de esta era, tampoco del escapismo y negación en el accionar de algunos organismos internacionales y medios de comunicación sobre lo que realmente se vivió.

Aquellos que hoy quieren hacer parecer a la disidencia como traición, son los mismos que traicionaron los principios para los cuales fueron elegidos y por ello están deslegitimados y sin tiempo extra.

Esa juventud que hoy hace sentir a los venezolanos dentro de Venezuela y fuera de ella, orgullosos, porque hay millones de valientes haciendo lo que era justo y necesario y que, no tuvieron miedo de disentir, unirse, asociarse y defender causas, hace que quienes vemos desde afuera su entereza nos inclinemos y rindamos homenaje a esa invaluable entrega y valentía. Y en el caso mío en particular, por lo expresado en aquella frase con la que comencé este escrito, me retracto y digo: “parece mentira, nunca pensó el dictador que le empezaría a llegar su hora forjada por las manos más limpias, incuestionables, inderrotables y rebeldes: la de los jóvenes.”

¡Ha despertado el león dormido!

Fernando Balda

Twitter: @fernandobalda

Ex Asambleísta Nacional del Ecuador (A).

Secuestrado y, preso político del gobierno de Rafael Correa.

Columnista de: Fundación Centro de Pensamiento Primero Colombia (Colombia), Periódico Debate (Colombia), Reporte Confidencial (Venezuela), Red Digital TV, (Venezuela), Venezuela Awareness (Venezuela), Nicaragua Hoy (Nicaragua), y varios medios internacionales más.

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