Mejor Robocop

En pocas palabras, es un permiso de constitucionalidad prepago para lo que les dé por legislar.

Desentrañar las maromas que se han inventado en La Habana para que las Farc queden blindadas con el acuerdo de paz es complicadísimo. Más fácil de entender el blindaje de Robocop.

1) Le faltan en el Congreso dos debates al acto legislativo n.° 4/2015 Cámara y 157 /Senado, que servirá para que la aprobación de los acuerdos de paz de La Habana se aprueben en tiempo ‘flash’, en 3 debates y no en los 8 reglamentarios; y para aprobarle al Presidente unas facultades habilitantes que le permitan legislar a él también sobre el tema de la paz.

2) A este acto legislativo le colgarán en los dos últimos debates –de manera irreglamentaria y sin unidad de materia– un artículo transitorio que establecerá que los acuerdos de La Habana serán parte del bloque de constitucionalidad del país, llamándolos ‘Acuerdos Especiales’ de los contemplados en el artículo 3 de los Protocolos de Ginebra. Pero para el momento en que eso suceda, no sabremos todavía qué contendrá ese acuerdo especial, porque aún no se habrá firmado la paz.

3) Sí resulta extraño que hayan recurrido a esta figura del Derecho Internacional Humanitario. Los acuerdos especiales no se diseñaron para hacer la paz, sino la guerra, por horrible que suene: para humanizarla. Por fortuna, el Gobierno no siguió insistiendo en firmar un ‘tratado’ con las Farc, como quería el exfiscal Montealegre, que implicaría haberles dado tratamiento de Estado.

4) Pero, irónicamente, la paz que vamos a firmar con las Farc es mucho más importante que un acuerdo especial, que contempla protocolos para tratar a los enfermos y a los rehenes. Por lo tanto, en estricto sentido, llamar acuerdo especial a un documento en el que lo que se firma es una paz que acaba una guerra de 50 años minimiza su importancia.

5) Pero como aquí en Colombia las reformas constitucionales necesariamente tienen que ser aprobadas por el Congreso y revisadas por la Corte Constitucional, las Farc por fin entendieron que no bastaba con que el artículo del acuerdo especial hubiera sido redactado en La Habana. Tenía que cumplir esos dos requisitos. Por eso hay algunos celebrando que por primera vez en su historia las Farc reconozcan la institucionalidad del Congreso y de la Corte. ¿Pero no nos metimos acaso en el diseño de un aparato sofisticadísimo y costosísimo de justicia transicional, precisamente porque las Farc no creían en nuestras instituciones judiciales? Parece que para este blindaje de los acuerdos sí confían un poquito. Qué bueno.

6) Pero las maromas siguen. Una vez aprobado el acuerdo especial, el Gobierno y las Farc lo llevarán al Consejo Federal suizo, en Berna. Cuyos miembros, como depositantes de los acuerdos de Ginebra, se preguntarán qué rayos tienen que ver ellos con que unos señores que cometieron delitos horribles en Colombia tengan permiso para la actividad política y, en cambio de coca, comiencen dizque a sembrar papa.

7) Cuando ya esté firmada la paz y aprobado el plebiscito, el texto volverá al Congreso para que, por la vía exprés, este lo incorpore a la Constitución, ahora sí llamando acuerdo especial a lo acordado en La Habana, que al principio estaba vacío y solo tenía el cascarón. Tras una farragosa redacción, sus redactores sí se aseguraron de dejar protegidas las futuras normas que se dicten relacionadas con el acuerdo de paz, porque “el Acuerdo Especial tendrá que ser tenido en cuenta como parámetro de interpretación y referendo de desarrollo y validez de las normas y leyes de implementación y desarrollo del acuerdo final”. En pocas palabras, es un permiso de constitucionalidad prepago para lo que les dé por legislar en el futuro con base en el acuerdo de La Habana.

Si no entendieron la anterior explicación, me disculpo. Es el máximo esfuerzo que pude hacer para desentrañar este galimatías, porque los textos que vienen redactados desde La Habana tienen la característica de ser bien largos y enredados, para que los entienda la menor cantidad posible de colombianos. Más fácil explicar el blindaje de Robocop.

Entre tanto… Increíble que haya quienes defienden a Dilma porque no les parece grave que falsificara las cifras económicas del Gobierno.

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