Mi pobre angelito

Que un Presidente desconozca el mandato del pueblo en las urnas; que el Congreso suplante a todos los colombianos en sus decisiones; que digan que toda la implementación de los acuerdos se van a hacer a la brava y sin discusiones, no tiene nombre… Pero, que los principales voceros del secretariado de las Farc digan que no han hecho nada ilegal y que los están prejuzgando injustamente, definitivamente no tiene precio.

Lo anterior no pretende emular un comercial ni arrebatar sonoras carcajadas. No. Se trata de demostrar que Colombia está en el peor de los escenarios, donde los principios se invirtieron y el puñado de subversivos, que tanto lastimaron al país por más de medio siglo, son los buenos y el resto… los malos.

Un ejemplo de ello fue la reciente entrevista que hizo el director de Caracol Noticias, Juan Roberto Vargas al guerrillero Julián Gallo Cubillos, conocido con el alias de ‘Carlos Antonio Lozada’.

En el diálogo con el subversivo, Vargas le dijo que los colombianos no entienden cómo unos guerrilleros que cometieron delitos atroces vayan a hacer política.

La respuesta de Lozada fue como lo hace en el monte, un ataque. “¿Qué delito atroz conoce usted que me sindican a mí?”.

A lo que Vargas le aseguró: “a ver, delitos de tomas guerrilleras, secuestros, es decir, si quiere entremos en esa discusión”.

De inmediato el jefe guerrillero ripostó que “no, pero es que usted está haciendo una aseveración, y más que una aseveración usted me está haciendo una acusación” y añadió: “Yo creo que nosotros tenemos derechos que tienen todos los colombianos. Mientras no se nos condene y no se nos venza en un juicio, a que se nos reconozca… nosotros somos rebeldes que nos levantamos en armas, pero eso no le da derecho a nadie, absolutamente a nadie, incluidos los periodistas que se nos sindique sin tener pruebas de ningún delito”.

No obstante a las apreciaciones de Lozada, bueno es recordar quién es este ‘negociador’ de la guerrilla.

A este señor se le sindica:

– Ser el responsable de la instalación del carro bomba en la Escuela Superior de Guerra en 2006.

– De los atentados contra el actual vicepresidente, Germán Vargas Lleras en 2002 y 2005.

– La activación de una cicla-bomba en una sede de la Policía en el barrio Fátima de Bogotá, en 2002. 

– Es acusado de controlar la producción, manufactura y distribución de cientos de toneladas de cocaína a los EEUU y el mundo. De hecho, el Departamento de Estados de los Estados Unidos tiene vigente una solicitud de la justicia por haber participado en delitos de narcotráfico que le redundó en una Circular Azul de la Interpol y una recompensa de hasta 2.5 millones de dólares por su captura.

Según la entrevista a Lozada, él ni los del secretariado de la guerrilla deben ser ‘oprimidos’ en sus derechos políticos. Sin embargo, informes de medios dan cuenta que solo el secretariado de las Farc acumulan 56 sentencias que suman en total 1.629 años de cárcel.

Según documentos oficiales, estas son las penas que tienen algunos de los miembros de esta guerrilla: 

Iván Márquez tiene 23 fallos en su contra que suman 760 años de prisión. 

Timochenko cuenta con sentencias por 452 años de cárcel.

Joaquín Gómez suma 333 años.

Pablo Catatumbo, 84 años de cárcel. 

En total, según los mismos documentos, se determinan más de 184 asesinatos, 129 heridos, 198 secuestros, más de 827 mil millones de pesos en multas para reparar a las víctimas, entre otros cargos.

No obstante, Lozada advierte que la justicia del posconflicto juzgará, los insurgentes y “también los militares, pero también los presidentes que han sido parte del conflicto, los senadores, las Cortes, los empresarios y absolutamente todos los sectores incluso los medios de comunicación que también han participado en este conflicto atizando odios” y remata: “Entonces dese cuenta que la esa Jurisdicción Especial para la Paz allá vamos a tener que ir todos los colombianos”.

En últimas, según el negociador y guerrillero de las Farc, todos los colombianos deberán responder por cuenta del conflicto armado que ellos protagonizaron y que han mantenido a Colombia sumida en la violencia más larga que haya memoria en la historia universal.

Que Dios no coja confesados… reza el adagio popular.

 

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