El país necesita crear líderes de primer nivel para evitar la concentración excesiva en dos o tres figuras que no le hace bien a la democracia colombiana. De ahí que un buen prospecto para llegar a ese nivel es Óscar Iván Zuluaga, quien lleva ya toda una vida dedicada a la política y se ha hecho quemando las etapas indispensables para poder coronar una carrera política exitosa. Fue un gran ministro de Hacienda y lo hemos visto en los debates con la solvencia suficiente como para aspirar a la presidencia y ser un buen presidente. Ahora lo importante es apostar por su autonomía, para que sea él el verdadero Presidente y no se convierta en un títere del expresidente Uribe. Por lo tanto, esa es mi apuesta y mi voto por él. Se trata pues de un voto de confianza en una personalidad que está cuajando a nivel nacional y que en sus manos está escalar el sitio que le corresponde para entrar por derecho propio a la historia nacional.. De ahí que un voto de esta naturaleza no indica entrar al uribismo ni votar por el mismo, sino con el contenido expreso de que se hace intuitu personae, para decirlo en latinajo clásico.
De otra parte, no es bueno para la democracia la reelección si nos referimos al presidente Santos. Ya la historia se ha encargado de enseñarnos esta conclusión lo mismo que Cervantes cuando decía que nunca segundas partes fueron buenas. Y eso no obstante el loable propósito de alcanzar la paz, que por cierto se desvaloriza con tantas promesas y tantos señuelos que suenan a simple melodía electoral. En el proceso de paz, como se han encargado de señalarlo sus auspiciadores, nada está acordado hasta que todo esté acordado. Luego lo que se ha adelantado hasta ahora pende de un hilo que se puede romper en cualquier momento. Y el país necesita de una contraparte de la guerrilla menos permisiva buscando la amnistía total. ¿Para qué entonces se creó la Corte Penal Internacional y el expresidente Pastrana retrasó el ingreso a su jurisdicción precisamente para que las Farc se beneficiaran de una amnistía? Esta coyuntura no fue aprovechada por la guerrilla. La interferencia del Fiscal se ha encargado de levantar sospechas sobre el verdadero propósito de algunos de llegar hasta la impunidad total, cosa que la sociedad colombiana no está en capacidad de aceptar y asimilar.
