Negocio redondo

Para nadie es nuevo que el gobierno, al precio que sea, quiere acabar con Fedegán, uno de los pocos gremios que le han hablado duro y sin rodeos a Santos, particularmente en lo que tiene que ver con el proceso de paz de La Habana.

El presidente es una persona totalmente reactiva a las críticas. Quien no está de acuerdo con él, de manera inmediata pasa a engrosar la lista de los indeseables. Y eso ha experimentado el gremio de los ganaderos, quienes, de lejos, han sido los que más han sufrido los rigores de la violencia en el campo colombiano, razón por la que no han ocultado su temor y desconfianza frente a los acuerdos con las Farc.

Santos es un hombre al que le gusta el desquite. Desde hace muchos meses ha venido buscando la manera de propiciarle una severa atonía al músculo de Fedegán. Y la mejor manera para lograrlo consistió en meterle un implacable latigazo a las finanzas del gremio arrebatándole, a través de un decreto firmado en la noche del 29 de diciembre pasado, el control del “Fondo Nacional del Ganado”.

El ministro Iragorri no ha ahorrado esfuerzos para debilitar a Fedegán. Tras bambalinas, ha movido los hilos para empoderar a una disidencia gremial llamada “Demogán”, una organización integrada por un reducido pero poderoso grupo de industriales ganaderos que se han dado a la tarea de desprestigiar en diferentes escenarios la gestión de Fedegán frente al “Fondo Nacional del Ganado”.

Para entender bien el asunto, aquel fondo administra todos los ingresos que por concepto de impuestos parafiscales pagan los más de 400 mil ganaderos que hay en Colombia. Números más, números menos, estamos hablando de cerca de 100 mil millones de pesos al año que desde 1993 administraba Fedegán con lujo de competencia y  profesionalismo.

Por supuesto, Fedegán cobraba unos honorarios por dicha labor, que por cierto se constituían en una importante fuente de ingresos para el gremio. Pero el gobierno no estaba dispuesto a tolerar las críticas que ellos le han hecho al proceso de paz. La revancha se produjo a través del malhadado decreto por medio del cual, se les quitó a los ganaderos el manejo del millonario fondo.

Entre los activos que tiene el “Fondo Nacional del Ganado”, está la empresa Friogán, integrada por 5 frigoríficos ubicados en diferentes regiones del país: Villavicencio, Cúcuta, Corozal, La Pintada y La Dorada. Una vez el ministro Iragorri le arrebató el control del fondo a los ganaderos, hizo un anuncio que los dejó perplejos: el gobierno va a enajenar a Friogán, para efectos de hacerle una inyección de capital al fondo.

La empresa de frigoríficos ha arrojado pérdidas en los últimos años, razón por la que Fedegán ha pretendido implementar un plan de reorganización empresarial. Resulta bastante curioso que el ministerio de agricultura, que ahora es el amo y señor del “Fondo Nacional del Ganado”, esté dándole largas a dicha reestructuración e insista en su venta.

Por elemental sentido común, sacar a la venta una empresa con problemas administrativos y financieros, significa que su precio será dramáticamente menor del que tendría si su situación estuviera normalizada.

¿Cuál es, entonces, el interés del ministro Iragorri de vender rápidamente a Friogán, haciendo oídos sordos del clamor de los ganaderos que han solicitado de todas las formas posibles que la compañía sea sometida a una reestructuración empresarial?

La explicación es sencilla: Iragorri ya le tiene cliente a Friogán. Se trata de la comercializadora de carne brasilera, Minerva Foods, empresa que exporta a más de 100 países. Lo curioso es que los representantes de Minerva ya están llamando a los proveedores de Friogán a advertirles que ellos serán los próximos dueños de la red de frigoríficos.

Sospechosa la actitud del ministro Iragorri que está actuando como un voraz hombre de negocios. Primero, le arrebata el control del “Fondo Nacional del Ganado” a Fedegán, cuando el país estaba en la plenitud de las vacaciones decembrinas. Luego, ordena suspender el proceso de reestructuración organizacional, financiera y administrativa de Friogán, empresa estratégica y fundamental para el fondo y, finalmente, nos enteramos que, sin que hubiera una oferta pública ni un proceso transparente, una empresa brasilera ya está anunciando que será la próxima propietaria de los frigoríficos. Los señores de Minerva podrán quedarse con Friogán a un precio risible, gracias a la decisión de Iragorri de no reestructurarla antes de sacarla al mercado.

Hábil el ministro de agricultura. Matará dos pájaros con un solo tiro. En una misma jugada logrará debilitar y posiblemente aniquilar al gremio de los ganaderos y, además, cerrar un jugosísimo negocio en el que claramente la beneficiada será una empresa brasilera, en detrimento de los intereses de los colombianos.

@ernestoyamhure

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