No debe sorprendernos

El espionaje criollo.

EL problema que se suscitó en los Estados Unidos por cuenta de las revelaciones de Edward Snowden-a quien no consideran que sea espía-sobre la NSA, una entidad creada por el Gobierno americano para hacer espionaje electrónico, no fue porque se espiara a terceros, amigos y enemigos, sino porque se espiaba también a los ciudadanos gringos, aunque todo con autorización de una corte de bolsillo. Todos los gobiernos que luego se quejaron, sabían que la NSA espiaba a sus nacionales porque compartía con ellos la información. No les gustó saber que ellos mismos eran espiados.

El espionaje es tan viejo como la humanidad misma. Josué antes de entrar a la Tierra Prometida envió espías que luego volvieron y le informaron. El espionaje siempre ha sido ordenado por los Estados. James Bond nunca ha trabajado por cuenta propia.

Ahora tenemos un escándalo porque un particular tenía una oficina con muchos computadores, discos duros y memorias USB, y se resolvió acusarlo de espía en lo que es una comedia  de situaciones con los hilos movidos por el Fiscal General. Pero es también, un drama en el que no sólo se ha puesto en juego el buen nombre del detenido sino la campaña presidencial del que el Fiscal considera un adversario de su candidato predilecto.

No sé de dónde sacó el Fiscal la información para ordenar un allanamiento a las oficinas del implicado. Pero sí sé que él es un funcionario judicial que debe ser, por consiguiente, imparcial en sus procesos. Toda persona acusada se presume inocente hasta que un juez considere probado lo contrario. Pero aquí el Fiscal habla de espías porque cree que se afecta la seguridad del Estado, y condena al acusado que no ha sido oído y vencido en juicio. “Estaba obteniendo indebidamente (con un sesgo ideológico contra el proceso de paz) secretos de Estado”,  dijo inmediatamente después de la captura sin que un juez la hubiera legalizado y, por supuesto, sin que la información de los computadores hubiera sido analizada, proceso que gastará semanas. Es un “neofascista” agregó luego.

El espía espiaba, según dicen los medios de la mermelada que inmediatamente se alinearon con el Fiscal, los correos de los terroristas de las Farc en La Habana. Lo que debía estar haciendo el Estado que  se supone que debe vigilar a sus enemigos, que son los terroristas. Un periódico menciona varios documentos del hacker que tienen que ser una violación de la reserva del sumario.
Pero no debe sorprendernos. La Operación Andrómeda que era espionaje estatal y autorizado, costó la cabeza de varios generales. Es la banana republic en su máxima expresión.

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Coda. “La extrema derecha dice mentiras para envenenar al país” dijo Santos. El candidato no puede olvidar que es el Presidente de todos los colombianos, incluso de los que él llama la extrema derecha. Lo mismo vale para el Fiscal que en una entrevista da por sentado que el hacker y una campaña política de ultraderecha han cometido un delito.

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