Nueva derrota para el alcalde Gustavo Petro

El pasado 4 de febrero, la corte constitucional ratifico la sentencia T-296/13 conocida el 2 de septiembre del año anterior, por la cual se ordena la reapertura de la plaza de toros la Santamaría para espectáculos taurinos en 6 meses, resolviendo la nulidad presentada por la administración del Alcalde Petro, quien cerró el coso a mediados del 2012, dejando sin trabajo a miles de personas y desconociendo la constitución nacional, los convenios internacionales de la OIT y las convenciones de la UNESCO.

Este hecho indudablemente constituye una derrota para el Alcalde de Bogotá, que hasta ahora ha salido airoso con la destitución proferida por la procuraduría en diciembre del 2013, ya que el consejo de estado no se ha pronunciado sobre el particular, pues se acogieron las medidas cautelares de la comisión interamericana de derechos humanos (CIDH) que no son de obligatorio cumplimiento sino recomendaciones, así lo dejo claro el presidente del Ecuador Rafael Correa el 7 de agosto pasado, en una entrevista que le concedió al canal capital.

Con Petro no se ha cumplido lo ordenado por la procuraduría, acerca de la destitución, no propiamente por los elementos jurídicos, sino porque tan pronto se conoció la decisión del ministerio público, de inmediato el burgomaestre convoco manifestaciones a la plaza de Bolívar llevando miles de personas y, con eso impresiono, subrayando que Colombia no es un país de grandes movilizaciones como si ocurren en otras naciones del continente, sin embargo los mítines le sirvieron al alcalde para continuar en el cargo, pero cuando invito a manifestaciones para boicotear la huelga que hicieron los novilleros al frente de la Santamaría durante 117 días en el 2014, aquello le resulto a Petro un fiasco, ya que no asistían mas de 50 personas y quiso utilizar de manera oportunista el día de la protección animal en octubre, contando con toda la publicidad oficial, para realizar una “gran marcha” en contra de la protesta taurina y volvió a fracasar, ya que la concurrencia a la plaza de Bolívar estuvo bastante famélica y, eso que fue el domingo 5 de octubre.

Pero contrario a las convocatorias que hizo el Alcalde de Bogotá en contra de la huelga de los novilleros, el pasado 13 de noviembre dirigido por el matador Cesar Rincón y otras figuras mundiales del toreo, hubo un plantón con miles de personas en los alrededores de la Santamaría, defendiendo la libertad y el derecho al trabajo.

Gústenos o no la fiesta brava, es amparada por la ley de acuerdo al reglamento taurino, que reconoce al toreo como expresión artística del ser humano, recordándolo nuevamente la honorable corte constitucional en donde ratifica la sentencia anterior, además hay que agregar la convención de la UNESCO del 20 de octubre de 2005 que Colombia debe de cumplir rigurosamente, la cual manda respetar la protección y promoción de la diversidad de las expresiones culturales, a ello se suma la declaración de las Naciones Unidas aprobada por consenso en 1992, sobre las minorías culturales que los estados deben proteger, advirtiendo que para cerrar la plaza de Toros el alcalde Petro debió hacer en su momento una consulta previa con los sindicatos taurinos de acuerdo al convenio 169 de la OIT.

Tampoco se puede pasar por alto, que en el sur de Francia el toreo, fue declarado por la UNESCO, patrimonio cultural de la humanidad y que en España asisten a las corridas más de 60 millones de personas al año, siendo después del futbol el espectáculo más concurrido, por ello al ser reconocida la tauromaquia por la UNESCO, como expresión de una minoría cultural en algunos países, es absurdo pretender hacer una consulta popular para acabar con la fiesta brava, porque eso sería algo similar a impulsar un referendo en contra de otras minorías, como la indígena, afro o lgtb.

Los Sindicatos taurinos que están afiliados a la federación UTRECOL (unión de trabajadores colombianos del espectáculo y la comunicación) y a la CGT, deben exigirle a la administración de Bogotá, el cumplimiento de la sentencia de la corte en la parte donde declara la existencia de un daño consumado con relación a la temporada taurina, con lo cual se tendría que indemnizar a los matadores, novilleros, subalternos y otros, al habérseles vulnerado el derecho fundamental al trabajo; resaltando además que el Alcalde de Bogotá, dijo hace algunos meses que si el fallo de la corte le era adverso sobre la Santamaría, renunciaría al cargo, lo cual la ciudadanía espera que cumpla.

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