Cuando en segunda vuelta elijamos presidente de Colombia el domingo 15 de junio, decidiremos entre dos opciones muy diferentes: “más de lo mismo” con Santos o “cambiar para mejorar” con Zuluaga.

El candidato reeleccionista ha tomado la paZ como bandera única y lo importante es firmarla ¡a cualquier precio!, en representación de 45 millones de colombianos con máximo 25 mil guerrilleros de las Farc y el Eln, en igualdad de condiciones y tiempo indefinido.

De romperse el diálogo se le achacará al triunfo de Oscar Iván Zuluaga o de lograrse el exiguo triunfo santista sería resultado de la inocultable presión y chantaje del gobierno sobre contratistas y funcionarios, empleados públicos y sus familiares como condición para garantizarles  su continuidad comercial o laboral en la nación, departamentos y municipios.

Revisando los documentos que constituyen los informes conjuntos de la mesa de conversaciones se concluye que es solo el Estado quien adquiere deberes y compromisos y que Santos olvida mencionar a propósito, que son seis los temas acordados de la agenda.

Aún faltan varios subtemas que fueron dejados para discutirlos al final, lo que quiere decir que  resta mucho tiempo más de discusión al eterno ritmo fariano.

Quedan por discutirse cómo se les va a resarcir a las víctimas, sus derechos y la verdad. En lo pertinente a la Implementación, verificación y refrendación se discutirían los mecanismos y sistemas a aplicar, dándole especial importancia a las regiones.

Faltarían también conformarse las comisiones de seguimiento y verificación, así como definirse los mecanismos de resolución de diferencias que tendrán capacidad y poder de ejecución, conformándose con representantes de las partes y de la sociedad, según el caso.

Después se definiría el acompañamiento internacional, el cronograma, presupuesto (¡$!), las herramientas de difusión y comunicación así como los mecanismos de refrendación de los acuerdos (¿consulta popular o constituyente?).

Zuluaga, en lo relacionado con el tema de paZ (no es el único de su propuesta programática porque también comprende educación, salud, empleo, economía, inclusión y equidad social y seguridad ciudadana), luego del acuerdo del “Pacto por Colombia” suscrito con la candidata Marta Lucía Ramírez y su partido conservador, como hombre de palabra que honra sus compromisos decidió que no interrumpirá el diálogo para lograr una paz digna, estable y duradera basada en la negociación.

De obtener el triunfo electoral por los colombianos, solicitará copia textual de los acuerdos logrados y exigirá de la guerrilla la inmediata terminación del reclutamiento a menores; acabar la colocación de minas antipersonales y entregar al gobierno los mapas de campos minados para iniciar pronta desactivación. También exigirá finalizar los atentados terroristas contra la población y la infraestructura, así como a los crímenes de guerra.

Resultado de la primera votación que se ratificará en la segunda, a Santos se le acabó el tiempo para lograr la paZ y Colombia requiere enderezar y definir condiciones y términos con quien como presidente sí puede garantizar un acuerdo real de paZ, es decir, con Oscar Iván Zuluaga, quien tendrá mayoritaria, descontaminada y silenciosa votación.  ¡PaZ se escribe con “Z” de Zuluaga!.