No sé el nombre del autor. No conozco el país, y, por ende, el lugar del país en donde fue escrita. Tampoco sé la época de su composición. Incluso ni sé si llegó a nosotros por vía oral o fue compuesta por un escritor que la vertió en pergamino, en papel o la escribió en un computador. Sé que llegó a mí por obra y gracia del internet. Alguien, generoso, depositó esa pequeña obra de arte en ese mundo infinito que es lo que llamamos La Red y yo la recogí.
La pieza tiene un título que conturba, aunque, también, digámoslo, es consigna: ¡VOLAR ALTO!
Cuenta que después de la Segunda Guerra Mundial, un joven piloto inglés decidió “dar la vuelta al mundo” en un frágil avión monomotor y había llegado hasta la India saltando de pequeños aeródromos a improvisados campos de aterrizaje en los lugares más recónditos e incómodos para la operación.
Después de decolar de un campo de arroz -en el que consiguió alimento para él y combustible para su nave-, oyó un ruido extraño, persistente, y, ¡claro!, preocupante: una rata había abordado el avioncito, y roía, diligente, su cobertura de lona. Si el joven no actuaba bien y pronto, en unas horas el roedor haría estrellar la nave.
El piloto, en lugar de regresar a tierra y perder un tiempo precioso, optó por lo contrario: ganar altura. Si la vida de las ratas transcurre en las alcantarillas, se dijo, las alturas deberán ser su infierno. Y así fue. Voló y voló cada vez más alto, hasta que la rata no aguantó más y murió.
No es difícil adivinar la moraleja que trae el anónimo.
Cuando la envidia, la calumnia, la maledicencia amenacen destruirte, VUELA MÁS ALTO.
Cuando estés agobiado por la crítica injusta y negativa, VUELA MÁS ALTO.
Ante los injustos, VUELA MÁS Y MÁS… ALTO.
Porque, recuerda siempre, LAS RATAS NO RESISTEN LAS GRANDES ALTURAS…
Ahí, para mi gusto, podría haber terminado la fábula. El autor, parece, era amigo de la redundancia, y no puso punto final, sino que trajo otras recomendaciones. Ten siempre el coraje de levantar vuelo y volar siempre alto, muy alto, con la cabeza en las nubes y con los pies bien fijos en el suelo; cuando estés volando, dijo también, se mirar para abajo y ver que existen criaturas mucho más pequeñas que tú y recuerda cuán grande e importante eres delante de ellas… En fin, esto que leí en la Red es lo que quise compartir con ustedes.