Proceso inacabable

Ahora sí estamos lejos

El logro de un acuerdo de paz con las guerrillas se aleja cada vez más. No bien se anuncia un acuerdo con el Eln para iniciar negociaciones de paz públicas, cuando esta facción empieza a hacer exigencias. Ahora quiere que el grupo de países “garantes”, en sí bastante amplio (Venezuela, Ecuador, Cuba, Chile, Brasil y Noruega) se amplíe con otros, entre ellos “Suiza, como uno de ellos.” Esta será una negociación multitudinaria, multinacional e itinerante, con dos mil bandidos, en cuyo desarrollo los negociadores se estarán desplazando entre seis países. Se convino que las negociaciones comprenderán, entre otros temas, “participación de la sociedad en la construcción de la paz; democracia para la paz; transformaciones para la paz.”

Podemos imaginar a que aspirará esta guerrilla ideológicamente dogmática, cuáles serán las transformaciones que pretenden para construir la paz y “democratizar” al país y el tiempo que tomarán estas negociaciones. ¿Qué llaman participación de la sociedad en el proceso? ¿Las negociaciones serán una especie de foro abierto para que los diferentes temas se discutan con “representantes” de los grupos que el ELN designe? ¿Se referirán a la que ellos llaman Convención Nacional y en la que insisten hace muchos años?

De otro lado, es obvio que el Eln tomará como base de partida lo que se convenga finalmente con las Farc. En otras palabras, mientras no finalicen las negociaciones con las Farc, lo cual no es para mañana (tanto que Santos dice que no se les puede poner fecha de finalización) no comenzarán realmente los verdaderos debates con el Eln, aunque, probablemente, se fusionarán ambas negociaciones pues las Farc no querrán cerrar un acuerdo que termine siendo menos favorable que el del Eln.

Como las Farc, quiere también el ELN que se conforme una asamblea constituyente para refrendar los posibles acuerdos, a lo cual el presidente Santos se ha opuesto, con toda razón, pues lo que buscan las organizaciones subversivas es que esta constituyente, con amplia participación de miembros guerrilleros designados por ellos, modifique los sistemas político y económico del país. Una vez instalada una asamblea constituyente, no tiene limitaciones en cuanto a su competencia, como pasó en 1991.

En definitiva, el proceso de negociación con las Farc se va a alterar gravemente con la apertura del proceso con el Eln y una paz, que Santos veía hace cuatro años a la vuelta de unos cuantos meses, se alejará más allá de su mandato, si es que el proceso no se rompe antes. Ocho mil guerrilleros, 6.000 de las Farc y dos mil del ELN, que militarmente estaban derrotados, están logrando que un gobierno ansioso de lograr un acuerdo a cualquier precio, les permita modificar las instituciones del país según sus deseos.

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