Prometo y no cumplo

Si no lo ha dicho así, es por su misma conciencia que no le permite decir la verdad.

Así es nuestro llamado presidente, desde un principio nos debíamos haber dado cuenta. Somos tan inocentes y tan bobos, empezando por mí, que le creímos en su primera campaña. En la segunda fueron los áulicos o enmermelados que, sin creer, sacrificaron su conciencia a cambio de mermelada y dádivas.

Muchas promesas hechas y las mismas incumplidas: “seguiré con la política de la seguridad democrática”, una vez posesionado se encontró con Chávez para iniciar la entrega de Colombia a los amigos de este último. Fue cuando lo llamó “mi nuevo mejor amigo”. Mentiras, mejor amigo sí, pero lo de nuevo nadie se lo cree.

Prohibió los bombardeos a los campamentos de las Farc, fundamento de la seguridad democrática. Suspendió la fumigación aérea con glifosato para darles gusto a los amigos de sus amigos (Farc y Chávez). Negación de la seguridad democrática.

Si es necesario le firmo en piedra, o si quiere en mármol, que no haré reforma tributaria, le dijo a Antanas Mockus. Es como si hubiera firmado en agua, esa promesa desapareció. Varias reformas se han aprobado después de esa afirmación.

El candidato Oscar Iván Zuluaga, ganador en la primera vuelta en el 2014, fue acusado de haber contratado un hacker para que interceptara las conversaciones de entrega en la Habana. Escándalo, señalamientos al candidato, a su hijo y a sus asesores. Pero antes se había equivocado, intervinieron un organismo de inteligencia oficial y luego montaron lo del supuesto hacker. Resulta ahora que nada tenía que ver el candidato Zuluaga y seguramente pasará lo mismo con los otros supuestos implicados.

“Yo soy el peor enemigo de las Farc”. Se equivocó y dijo una verdad que todos sabemos. El peor enemigo es malo como enemigo, es decir, es amigo. Planteando la frase al contrario, para entender, si se dijera soy el peor amigo quiere decir que es un enemigo, que es malo como amigo. Por decir una mentira, que es lo que le gusta, dijo una verdad y les entregó el país a sus amigos.

Convocó el plebiscito, bajó el umbral hasta el punto donde suponía que sería un triunfo seguro, dijo que respetaría el resultado “democrático” en las votaciones. Perdió en sus pretensiones y ganó con sus falsedades. Mentiras, no hubo ningún respeto por el resultado democrático en las urnas, venció la mentira del mandatario.

No nos sentaremos a la mesa de diálogo con el ELN si no entregan al secuestrado Odín Sánchez, están dialogando en Quito y Odín en la selva.

Ha afirmado que en su gobierno no se ha presentado la corrupción de gobiernos anteriores, lo dijo en el discurso en la posesión del nuevo Procurador. No habló de la mermelada (corrupción), de la promesa en Barranquilla de cambio de votos por obras (propuesta corrupta). De las encuestas que dicen que la corrupción ha aumentado. La voz del pueblo.

Pero, hablando de encuestas, qué se podrá esperar de un mandatario que no llega al treinta por ciento en opinión favorable. Qué podrá pasar en un país que no cree en ninguno de los tres poderes. Que los tres poderes públicos están al nivel de las Farc y del gobierno venezolano.

¡Que Dios tenga compasión de nosotros!.

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