¿Qué diferencia hay?

A altos oficiales del Ejército los tienen en la cárcel por negligencia, al no haber enviado tropas con la debida rapidez para repeler el ataque, siempre traicionero, de la guerrilla de las Farc al cerro de Patascoy.

Ahora el presidente Juanpa (como le gusta que le digamos) fue más allá, preparó todo para que la guerrilla narcotraficante de las Farc pudiera obrar con absoluta libertad, al prohibir el uso del arma más temida por esa guerrilla. Prohibió el uso de la Fuerza Aérea, para bombardear, inicialmente por un mes y, a pesar de que se habían producido ataques al Ejército y a la población civil durante ese período, prorrogó la medida por otro mes como para que en ese nuevo plazo sí pudieran aprovecharlo con contundencia. Y lo hicieron con el ataque alevoso y sobreseguro a las tropas mientras descansaban en Buenos Aires, Cauca.

Si los oficiales están en la cárcel por no haber mandado tropas a tiempo para defender a otros miembros de la Fuerza Pública atacados por la guerrilla de las Farc, ¿cómo se podrá calificar la responsabilidad de quien, no solo no las mandó sino que dio todas las facilidades para este ataque con alevosía y con la seguridad de que las fuerzas del Estado no podían responder por la orden dada por el jefe supremo de las Fuerzas Armadas?

No entiendo que ahora se critique al comandante de la Fuerza Aérea por cumplir la orden dada por su jefe supremo, él, el general Guillermo León León, fiel a su juramento de obedecer a su jefe, no podía incumplir la orden de no atacar a los angelitos amigos de Juanpa (como le gusta que le digamos). La responsabilidad es toda y solo del presidente débil y amigo de los amigos de su nuevo mejor amigo.

Es que el general tenía que recordar que en este país se cumple el dicho de “militar acusado, militar condenado”.

Con la orden de no bombardear, se les entregó a los guerrilleros parte del territorio colombiano. La parte donde las Farc hacen presencia es intocable para las fuerzas del orden. Hay que respetárselas para no molestarlos, ni desobedecer al jefe supremo. Lo que estamos viviendo es producto de la debilidad, incapacidad y, me temo, deseos de Juanpa (como le gusta que le digamos). Si va a entregar el país, como se ve hasta este momento, que lo haga de una vez y nos evitemos más muertes de gente inocente.

La situación se ha tornado desesperante, no tenemos gobierno, no tenemos justicia, no tenemos Legislativo. Las fuerzas del orden son disciplinadas, deben obedecer a sus superiores, así lo han demostrado y lo demostró con consecuencias graves el general León León. Esto tiene que cambiar y el cambio lo tiene que hacer el pueblo, cuando las cosas se vuelven intolerables. Hemos llegado a ese punto. Si las Fuerzas Armadas no pueden desobedecer, el pueblo sí lo puede y lo debe hacer cuando la situación llega a sus límites. En ese límite estamos.

¿Solución? Desobediencia civil.

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