¿Qué pasa aquí?. Que país tan traicionado es ahora el nuestro

Que país tan traicionado es ahora el nuestro, con un presidente que no gobierna por si solo, porque desde hace algún tiempo parece que se dejara manejar por mandatarios de otros países como si fuera un títere, y con leyes que nos rigen en la actualidad llenas de alcahuetería, tolerancia y contradicciones, que cada vez dejan maniatadas las autoridades que pretenden hacer cumplir al pié de la letra lo tratado en los códigos, que los magos de muchos entes judiciales a arreglan a su modo para beneficiar a unos pocos.

Y que decir de las instituciones gubernamentales, que deben agachar la cabeza ante los criterios de algunos organismos internacionales, que toman parte activa en la solución de los problemas en nuestro país tratando de solucionarlos, para así mostrarnos ante le mundo como un estado en el que predomina la incapacidad de algunas de nuestras autoridades, que ya ha sido demostrada en casos anteriores, como el robo de gran parte de nuestras costas marítimas en San Adres y providencia por un país centro americano, y todo quedo allí, sin que ningún gobierno posterior reclamara nuestros derechos.

Que mal obra la justicia de nuestra Colombia cuando permite que algunos de la clase alta abusen, apoyados en normas establecidas que fácilmente son cuestionadas por los altos mandos, para obtener dádivas y beneficios personales para los de arriba. Son muchos los ejemplos, como el del actual jefe de estado escudándose en los artículos de la constitución para hacer política, cuando ya faltan pocos días para las elecciones, en las que buscará el apoyo de sus seguidores para ser reelegido, y así continuar con sus falsos pronunciamientos, en los que deja ver la simpatía por algunos gobiernos vecinos. En épocas anteriores, los abuelos decían: Hay que orgullos nos sentimos de ser buenos colombianos, porque ellos si vivieron en un país con una mentalidad distinta, con dirigentes comprometidos en procura del bien común.

Hoy todo es tan distinto, porque muchos de los candidatos, solo muestran su interés por el conglomerado en tiempos previos a los comicios electorales, como dice la canción: van prometiendo escuelas y puentes donde no hay río, como lo hizo el actual, con tantos ofrecimientos hechos durante su campaña a los campesinos, que se los incumplió, motivo por el que se vieron obligados a salir en marchas, reclamando el cumplimiento de lo ofrecido por medio de un paro. Alguien decía: Como vamos, vamos mal.

Ojala el próximo presidente tenga en su agenda bien definido su programa de gobierno para corregir los errores cometido por el actual, y se de a la tarea de mejorar la situación del país, ejerciendo su mandato con energía, sin permitir la intromisión de los vecinos imponentes que pretenden influir en nuestras leyes. Un gobierno con autoridad para hacer cumplir las leyes, sin distingos de clases, y conciente del mandato que a la letra dice, que quien la hace la paga, para que sea quien sea responda por las faltas cometidas. Siempre se ha dicho que la esperanza es lo último que se pierde, razón para confiar en el próximo mandatario, de los nuevos no reelegido, y bien asesorado, para que pueda lograr el cambio que todos deseamos.

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