Réplica a William Calderón

Leyva Durán intenta una vez más de dividir al país, unánime hoy y desde hace décadas contra la barbarie de las Farc.

Lamento mucho que tu, William Calderón, querido colega, te pongas, a estas horas de la vida, a hacerle eco a los  cuentos de Álvaro Leyva Durán, ese gran orquestador de “escenarios” que le han hecho tanto daño a Colombia.

Lo que él dice acerca de la “guerra de estratos bajos para que vivan bien los estratos bien”, lo que él insinúa sobre la guerra “a punta de sangre de estratos uno y dos para que los estratos 5 y 6 logren ir a la zona T y G de Bogotá y sus similares en otras ciudades” es una manipulación monstruosa  y tú lo sabes.

Las víctimas de las Farc se cuentan en todos los estratos de la sociedad colombiana, sin excepción. No hay jóvenes ni viejos “de estratos 5 y 6” (esa clasificación colombiana es detestable)  que vivan seguros en el país. Todos los habitantes de Colombia, sin distingos de “estrato”, clase,  sexo, nacionalidad, religión, ideas políticas, etc. viven en peligro y somos víctimas potenciales o de hecho del fascismo-comunismo de las Farc.

Leyva intenta negar otra evidencia: el carácter multiclasista y democrático de la fuerza pública colombiana, donde se encuentran los hijos de todos los sectores que componen la nación colombiana. ¿No hay en estos días hasta un hijo del presidente Santos prestando su servicio militar?

Lo que pretende Leyva es que digas en tu columna que la defensa del país no vale la pena, que hay que desmoralizar aún más a los uniformados, a los patriotas que están dispuestos y que están dando su vida  por el país, y que lo hacen sin los infames cálculos que hace Leyva. El quiere que digas que los militares y policías están defendiendo los malos intereses, los intereses “de los otros”, sólo de los “ricos” y que es preferible cesar ese esfuerzo histórico y vital de defensa, y paralizar  toda la fuerza pública (mediante la engañosa “tregua-bilateral-supervisada-por-países-amigos” es decir por Cuba, Venezuela y no se sabe qué otra entidad terrorista) para  terminar  rindiéndonos ante el narco-terrorismo pues hay sectores de la sociedad que no merecen, según Leyva, que los soldados de la patria luchen por ellos.  

“Hay que parar el desangre nacional”, estima Leyva. Muy bien. ¿Por qué no le dice él eso mismo a las Farc, los únicos responsables de ese desangre, quienes insisten en continuar ese desangre y llevarlo hasta las últimas consecuencias, quienes exigen que se les premie y que no se les haga justicia por ese desangre?

Leyva Durán intenta una vez más de dividir al país, unánime hoy y desde hace décadas contra la barbarie de las Farc. Lo que te dice Leyva tampoco es original. Es lo que el mamertismo criollo, desde los tiempos de María Cano, Gilberto Vieira, Manuel Cepeda, entre otros, trata de hacer: contaminar las conciencias con el odio de clase para debilitar al Estado y avasallar a la ciudadanía.

Perdóname William pero no sé qué es peor en La Barca de Calderón que acabas de enviar: si la ingenuidad de tu postura o la impostura perversa que intenta inocular Leyva a través de tus líneas.

París, 18 de febrero de 2013.

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar