Salud: en cuidados intensivos

La aguda crisis de liquidez de los hospitales ha obligado al Gobierno a adoptar un plan de choque que solvente la situación. Se requiere concretar las acciones, asegurar los recursos y actuar con eficacia.

Como la expresión de un problema recurrente al que no se le encuentra solución definitiva, el sistema de salud del país nuevamente enfrenta dificultades financieras que han llevado a una parte importante de los hospitales a situaciones de iliquidez.

Como lo informara este diario, según la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas (ACHC), la deuda que a finales de 2014 tenían las EPS, los entes territoriales y otras entidades del Estado con los hospitales públicos ascendía a los 5,3 billones de pesos.

De otra parte, el déficit de los 14 hospitales más importantes de la capital antioqueña suma 1 billón 474 mil millones de pesos en cuentas que llevan más de 200 días en mora.

Para algunos de los actores del sistema, lo que está pasando en los hospitales es un asunto crónico que tiende a agudizarse y el cual demanda de una pronta solución.

El ministro de Salud, Alejandro Gaviria, aunque reconoce que el sector atraviesa por un problema de liquidez de corto plazo, también señala que hay problemas más estructurales. En particular, asimila la problemática que enfrentan los hospitales públicos a “los de las loterías o licoreras: empresas de entidad territorial víctimas de corrupción y clientelismo”.

En este sentido no deja de ser extraño que a pesar de que recientemente el sector ha recibido del Gobierno y del Congreso de la República atención especial (como la recién aprobada reforma a la salud, las normas expedidas en la Ley del Plan de Desarrollo y los recursos adicionales destinados a la salud en las últimas reformas tributarias) el sistema enfrente, de nuevo, un problema financiero que lo tiene al borde de la parálisis.

Para aliviar de manera temporal el problema de liquidez de los hospitales, el martes pasado el Gobierno, a través del Ministerio de Salud, adoptó un plan de choque que comprende siete medidas con las cuales se espera inyectarle al sistema 1,5 billones de pesos adicionales durante los próximos meses.

El ministro Gaviria enfatizó que las medidas no constituyen un salvavidas para las EPS. Asimismo, dejó en claro que lo que finalmente se busca es evitar que los pacientes terminen siendo los más afectados.

Entre las medidas adoptadas están el otorgamiento de créditos blandos (por valor de un billón de pesos) a las EPS para que cubran sus deudas con los hospitales. También se destinarán 100.000 millones de pesos para la compra de cartera a las EPS y se les facilitará a las cajas de compensación el uso de unos recursos que estas tienen congelados para el pago de deudas con el sistema.

Algunos de los dirigentes de las principales organizaciones gremiales del sector salud celebraron la adopción del plan de choque, aunque reconocen que la solución constituye un alivio temporal, y que para nada es definitivo.

Para garantizar que las medidas anunciadas se concreten (y no se queden en meros anuncios) se requiere que el Gobierno, en cabeza del Ministerio de Salud, actúe con celeridad y eficacia. Ello es importante en momentos en que la situación fiscal del país produce un manto de duda sobre la capacidad efectiva de asegurar los recursos.

Simultáneamente, la cartera de salud deberá mantener activa su agenda de trabajo con el propósito de resolver los problemas estructurales que afectan al sector y así evitar que se repita una nueva crisis como la que hoy se vive.

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