Santos y sus amigos europeos

Por activa y por pasiva desde la cabina de mandos de la Casa de Nariño, sede de la Presidencia de Colombia, se nos ha transmitido reiteradamente el profundo apoyo de los países que componen la Europa comunitaria a un hipotético postconflicto, dentro de este entramado confuso y pleno de oscurantismo, del cual poco o casi nada se conoce que es el proceso de paz que se está acometiendo con las FARC en La Habana.

De la existencia de una propuesta del Gobierno español de Rajoy de la futura constitución a nivel europeo del llamado Fondo Fiduciario para la construcción de una nueva Colombia, tras la firma del proceso de Paz, de lo que no se ha vuelto a saber nada mas, es de la escasa información que en materia de apoyo financiero ha trascendido.

A la fecha nada sabemos de la estructuración de ese fondo, ni de su diseño y mucho menos de la cuantía del mismo, solo tenemos noticia de las tradicionales aportaciones para la cooperación al desarrollo que siempre han existido y que siempre son de agradecer,que pasaban habitualmente hasta la fecha  desapercibidas en cuanto a su notoriedad pública y que el Gobierno Santos, tan amigo del marketing, de dar pávulo a las fachadas y no a los contenidos, de vender así sea la inversión por el país europeo de turno en cuadernos y esferos en un colegio como un tremendo apoyo al Proceso de Paz, lo ha dado a conocer como algo extraordinario, cuando desde hace muchos años y en gobiernos previos al santista eran ya una realidad.

Pero hete aquí que llega Maduro y provoca el éxodo a la fecha de más de 7.000 colombianos residentes en Venezuela, que han sido arrasados por la fuerza de su doctrina chavista, teóricamente protectora de los más débiles, provocando la crisis humanitaria más importante de la historia en el cono sur latinoamericano, de los últimos tiempos.

Y yo me pregunto, dónde está esa Europa, tan amiga de Santos, tierra promisoria de fondos para rehabilitar y reinsertar terroristas. Dónde está ese apoyo en lo político de Merkel, Rajoy, Hollande, Cameron y de los dirigentes de los países nórdicos auspiciadores de los Premios Nobel a Santos ante los ataques a Colombia y a sus gentes más humildes, indefensas y sencillas, por un Maduro que de forma injusta, despiadada, viola sin contemplaciones los derechos humanos más elementales al estilo de actitudes fascistas y radicales de la Europa de mediados del siglo pasado.

¿ Por qué esos silencios de los dirigentes europeos ?

¿ A quién no quieren molestar ?

A estas alturas ignoro si se pueden creer las palabras que venían de Europa sobre la constitución de esos fondos para el postconflicto en cuantías billonarias, cuándo sus economías locales siguen maltrechas y algunos países a duras penas están tratando salir de la crisis económica, pues bastante tienen con los rescates a Grecia. La crisis humanitaria que están viviendo miles de familias colombianas en la frontera con Venezuela constituye una magnífica prueba de fuego de qué tan ciertos son esos ofrecimientos para la reconstrucción de una Colombia “post Habana”, pues si va a existir apoyo para reinsertar terroristas mediante fondos de Cooperación para que los dirigentes de FARC teóricamente paguen en granjas trabajando sus penas de cárcel (?),tal como adelantó el asesor jurídico de las FARC, el español Enrique Santiago, en estos momentos tan delicados y con una economía, la colombiana, que no está tan fuerte como nos daba a entender Santos, la gente humilde y sencilla, que ha perdido todo, echa de menos no solo un apoyo en lo económico o en lo social para reiniciar su vida sino también unas palabras de aliento en lo institucional desde esferas internacionales ante el tamaño de la injusticia vivida y de los atropellos sufridos.

¿ Qué temen de Maduro, que los poderosos países europeos no condenan sus actos inhumanos contra colombianos ?

En Colombia, Santos curiosamente lo único en que aprobaba en las encuestas era en relaciones internacionales, el episodio fronterizo ha puesto “boca arriba” las profundas carencias diplomáticas y sus “hipotecas” con Maduro y lo que es peor la falta de apoyo ante la crisis diplomática con Venezuela, de aquellos que Juan Manuel Santos decía ser sus aliados, los dirigentes de la Europa continental.

El Ex Presidente Uribe, como era de esperar, ha antepuesto su profundo sentido del Estado y altura de miras, frente a intereses partidistas y no ha dejado sólo al igual que el resto de partidos al actual mandatario colombiano, a pesar de las profundas diferencias existentes, el cual debería analizar en qué ha quedado, tras este lamentable episodio, su política diplomática.

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