SMARTMATIC: Asesino electrónico de la democracia venezolana

“Basta con il voto elettronico”. Con esta declaración del 29 de noviembre de 2006, el Ministro del Interior de Italia, Giuliano Amato [1] , dio por cancelada de manera definitiva toda posibilidad de que su país adoptara el sistema de votación electrónico, reconociendo, además, que la votación manual con respaldo físico era menos fácil de trampear porque “no se le puede conectar un software”. Y en Holanda –país pionero del voto electrónico- se acaba de tomar la decisión de abandonar el sistema electrónico y votar usando “papeletas y lápiz rojo”.

En abril del 2006, en la municipalidad de Cremona, Italia, se llevó a cabo el proyecto piloto de voto electrónico para un universo de 3.000 electores. En la prueba se usaron las máquinas de votar de la empresa holandesa NEDAP. Una empresa con 20 años de experiencia en sistemas de votación electrónica y cuyos clientes son los países bajos, Francia, Alemania, Irlanda, Polonia, Estados Unidos e Inglaterra. Fue el creciente cuestionamiento del sistema de NEDAP en su país de origen, Holanda, lo que condujo al gobierno italiano a descartarlo de una manera tan drástica.

Es importante destacar que en Italia no usaron en la prueba piloto las máquinas de OLIVETTI que son italianas, sencillamente porque OLIVETTI no es una compañía relacionada con la fabricación de máquinas de votación. Entonces, resulta absurdo que nosotros votemos en Venezuela con unas máquinas que no usan ni siquiera en su propio país.

Corte holandesa decertifica máquinas de votación.

El pasado 01 de octubre, la Corte de Alkmaar  en Holanda decertificó las máquinas de votación NEDAP, las cuales venían usando los holandeses desde mediados de la década de los 80. Es decir, no se usarán máquinas de votar en los próximos procesos electorales. La Corte aceptó los alegatos de la ONG “No confiamos en las máquinas de votación” (We don´t trust voting computers), formada por expertos en informática que desde octubre de 2006 había demostrado que las computadoras de votación “permitían hacer fraude en una escala espantosa”  y “emitían una señal electromagnética cuando la persona votaba” que hacía posible, usando ciertos dispositivos, saber a varios metros de distancia por quien había sufragado. Todo esto se podía hacer sin que votantes, ni oficiales electorales, se dieran cuenta.

Según Avi Rubin, Director del Instituto para la Seguridad Informática de la Universidad de John Hopkins y uno de los especialistas más reconocidos mundialmente, Estados Unidos "se desplazó hacia la votación electrónica en las elecciones públicas antes de que la tecnología estuviera lista". De manera que en los actuales momentos no existe ningún sistema de votación electrónica que sea confiable. En efecto, lo que está ocurriendo en Europa en este momento es una desbandada en el uso de los sistemas de votación electrónicos luego de haberse demostrado en Holanda que su sistema podía ser fácilmente intervenido y se podían alterar los resultados electorales y develar el secreto del voto. A raíz de la sentencia holandesa, los países bajos, Irlanda e Inglaterra, han suspendido la votación electrónica y los proyectos piloto que estaban en ejecución. Las decisiones tomadas en estos países contra el sistema electrónico de votación obligan a desecharlo en Venezuela.

En Venezuela, SMARTMATIC y el gobierno le confiscaron la soberanía al pueblo.

Al contrario de lo está sucediendo en Europa, en Venezuela continuamos con un sistema electrónico que le arrebató al pueblo el derecho a elegir al confiscarle el control sobre el proceso electoral. El sistema electoral venezolano ya no le pertenece ni lo controla el pueblo. Le pertenece a una empresa privada, SMARTMATIC, y al gobierno, y su control pasó a ser una cuestión de expertos. Por tanto, no existe ningún asunto que los venezolanos podamos dirimir a través del voto electrónico. La idea planteada en la nueva constitución de que la soberanía no reside en el voto, es un hecho vigente desde que el gobierno se la apropió a través de SMARTMATIC en el 2004.

Como todo sistema electrónico, el sistema es una caja negra para todos los electores venezolanos. Sólo si todos fuéramos ingenieros electrónicos o de sistemas podríamos saber si los resultados electorales reflejan fidedignamente la voluntad popular. Y aún así, no es fácil para los especialistas demostrar si un sistema ha sido “intervenido” para hacer fraude, pero lo que si saben los especialistas –como los de Holanda- es que es posible hacerlo.

SMARTMATIC ha dicho que su sistema es muy seguro. ¿Y quién va a creerle? Ni que los venezolanos fuéramos tontos. SMARTMATIC es una empresa contratista del gobierno. Una contratista privilegiada, ya que tiene contratados tres jugosos paquetes con el gobierno: el sistema de votación del CNE, el Sistema Unificado Automatizado de Seguridad y Salud (SUASS) de la Alcaldía Mayor y el sistema de inscripción de los militantes del PSUV [6] . Con razón dice el ex-residente del CNE Jorge Rodríguez que en este partido, que aún no nace, hay casi 6 millones de aspirantes a inscritos. ¡Debieran ser más de 10 millones!

No al voto electrónico.

El CNE comenzó las pruebas de ingeniería del sistema en el estado Aragua. ¿Pero quien hace las pruebas? el gobierno, es decir, el CNE, el Plan República, CANTV, CADAFE, la Zona Educativa y la contratista SMARTMATIC. Todos en un acto cerrado donde el gran ausente es el electorado venezolano. Luego la presidenta del CNE reporta que la prueba de automatización resultó un éxito. Pero, quién va a confiar en este sistema para decidir sobre la nueva constitución? Nadie.

Es muy razonable, entonces, que haya una gran desconfianza en el sistema electrónico de votación. Sin ser especialistas la gente sabe lo que pasa desde hace tiempo. La desconfianza se expresa en el imaginario colectivo con frases como “¡esas máquinas están puyadas!”. Además, ahora la situación es peor, porque el gobierno controla la CANTV y el pueblo sabe que le puso la mano a esta empresa justamente para no dejar cabos sueltos en la transmisión de los "votos virtuales".

Cometería un suicidio el pueblo venezolano acudiendo a votar en el referendum aprobatorio. El Gobierno y el sector de la oposición colaboracionista necesitan movilizarnos a hacer bulto en las colas para consumar el fraude con las máquinas asignándole una abrumadora mayoría al “Si”. Todo para  imponernos la mezcla de neoliberalismo con socialismo, o totalitarismo del siglo XXI, que poderosos factores de poder del mundo globalizado (George Soros, Jimmy Carter, el partido demócrata del Imperio, etc.) aliados a Chávez adelantan en nuestro país y que tiene entre sus componentes socio-políticos perpetuar a éste en el poder.

A dichos factores no les importa la suerte de nuestro pueblo, como tampoco les ha importado la del pueblo cubano. Están al tanto que desde antes del Referéndum Revocatorio Chávez es minoría, lo cual explica que hayan venido justificando el sistema de fraude electoral existente en el país y, por supuesto, el papel clave que en éste cumple el asesino electrónico de la democracia venezolana: SMARTMATIC.

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