Tan de malas los pobres

De malas. ¿Qué pueden pensar los papás cuando ven que mientras otros estudian, sus hijos no? Son residuos del sistema educativo, sobrantes, ciudadanos de segunda.

Quién los mandó a ser pobres. Sí, mijo, no hay nada qué hacer: le tocó estudiar en un colegio malo o hacer al año a los trancazos. Y aunque quizás no lo entiendan del todo ahora, comenzarán a estar en desventaja para el resto de su vida frente a quienes pudieron ir a uno mejor y a tiempo. Nivelarse será tarea imposible para la gran mayoría. El círculo de la pobreza perpetuado.

Cerca de 15.000 niños en Medellín quedaron en veremos al comenzar el año escolar a la espera de la contratación de la cobertura educativa, figura que nos recuerda que el Estado no ha podido dar en sus aulas la educación para todos y debe pagarles a privados, mientras se gasta miles de millones en pesos para nuevas aulas de jornada única.

Muchos de estos colegios son malos y aunque se retiraron algunos del servicio, no se garantiza mejor nivel.

En Antioquia hasta comienzos del mes más de 14.000 jóvenes esperaban comenzar curso, y dirán los funcionarios que el tiempo se recuperará. Justificación para incautos. Resulta imposible brindar los mismos contenidos a pesar de que se recorten vacaciones y se extienda la jornada, lo que para ser realistas no se da con frecuencia.

Muchos de los niños fueron reubicados, con los inconvenientes que eso trae y, en distintos casos, con el hacinamiento que se traduce en menores resultados.

Pero la Ministra de Educación y el Alcalde de Medellín aparecían sonrientes en la foto firmando un convenio para mejorar la calidad y con orgullo porque la ciudad aporta más jóvenes al programa de los ‘Pilos’.

Una evaluación de la OCDE mostró que en Colombia solo 23 de cada 100 estudiantes superan el promedio de rendimiento de esa organización. En matemáticas, el 73,8 % está por debajo del promedio de rendimiento. En lectura, la mitad, y eso también es grave.

La OCDE sugiere crear “entornos de aprendizaje exigentes”, entre otras soluciones, casi un insulto a lo que les ha tocado a miles de estudiantes y sus familias por estos días.

¿No hubo forma de evitar el daño que se les hizo? ¿Cómo a estas alturas se dieron cuenta de que había colegios de cobertura malos? ¿Cómo no estaba lista la contratación?

Así los Pilos que hoy enorgullecen seguirán siendo Pilos, mientras otros son sobrantes del sistema educativo.

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