The Washington Post y la cocaína

Comienza afirmando el inquietante artículo publicado el pasado 10 de noviembre por el prestigioso diario estadounidense, The Washington Post, firmado por Nick Miroff, que “el incremento de los cultivos ilegales de cocaína en Colombia están borrando el mayor logro de la política contra los narcóticos de los Estados Unidos y que los amenazamos ahora con llenarlos de coca a través del tubo del contrabando”.

“En solo dos años pasó Colombia a ser el primer productor mundial, cultivando más coca ilegal que Perú y Bolivia sumados. En 2014, último año con estadísticas disponibles, Colombia plantó 44% más coca que en 2013… Lo cual se traduce en un incremento del 52% en la producción proyectada para 2015…. Un millón de colombianos de los 50 que censa el país viven del narcotráfico”.

“El mes pasado nos suspendió el gobierno colombiano las fumigaciones aéreas de los cultivos de coca con glifosato, invocando que este herbicida produce cáncer. Las fumigaciones eran el pilar del Plan Colombia, por medio del cual le suministramos a este país 9.000 millones de dólares desde el año 2000”. La comunidad europea acaba de publicar un informe negando la relación entre el cáncer y el glifosato.

“El presidente Juan Manuel Santos, aliado clave de los EE.UU, prometió lanzar una campaña masiva para sustituir los cultivos en caso de lograr un acuerdo con las Farc… El gobierno colombiano y las Farc acordaron en principio desarrollar un programa conjunto para persuadir a los campesinos de remplazar la coca por cultivos lícitos”.

El señor Jorgan Andrews, integrante de la embajada estadounidense en Bogotá, le afirmó al Washington Post “que el crecimiento de los cultivos en Colombia estaba ligado a las conversaciones de paz con las Farc, porque las expectativas de los subsidios esperados en los programas de sustitución, les asegurarán más beneficios a los que más coca cultiven y, si las conversaciones fracasan, pues más área cultivada poseen”.

Otro experto, Bo Mathiasen, les mencionó algo más esperanzador: “Los cultivos de coca no son lucrativos para los pequeños agricultores, lo cual permite vaticinar mayores éxitos con la sustitución de cultivos”: Otro experto le dijo al Washington: “la erradicación voluntaria no funciona, porque los ingresos son muy bajos, porque la sustitución debe llegar precedida de vías, acueductos, salud, educación”.

Y porque mientras existan cultivos ilícitos existirán grupos armados en los alrededores. “En Tierradentro, en el Nudo del Paramillo, confesaron los campesinos que la sustitución de la coca por bananos y cacao, les aportaba menos de un salario mínimo y menos de la tercera parte de lo que recibirían sembrando coca… Sin coca vivimos en paz, dormimos mejor; pero sin dinero”.

Conclusión: La comunidad internacional ya está comenzando a tomar nota sobre los resultados de la connivencia de la paz del presidente Santos con la producción de coca. Puede que Santos firme una paz, pero algo bien diferente será “garantizar la paz”, tras los errores cometidos con la suspensión de las fumigaciones, las zonas de reserva campesina en las regiones cocaleras, la sustitución de cultivos a cargo de la Farc…

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