Timochenko y el general Giap

En días pasados los medios publicaron unos correos interceptados en donde la cabeza de las Farc, Rodrigo Londoño Echeverri, alias Timochenko, les increpa a sus tropas el no seguir los lineamientos del general vietnamita Vo Nguyen Giap, “el cerebro militar que se valió de ingeniosas tácticas para expulsar a los franceses de Vietnam y combatió a los estadounidenses que trataban de acabar con el comunismo en el país”. Giap era un “autodidacta que derrotó a los ejércitos de Francia y Estados Unidos con sus guerrillas inspiradas en técnicas maoístas, que subrayaban la necesidad de un apoyo popular, el valor de los ataques seguidos inmediatamente por la fuga y la voluntad de llevar a cabo una guerra prolongada”.

Las guerrillas del Viet Cong —bastante más competentes y preparadas que los narcoterroristas de las Farc— bajo la batuta ideológica de Ho Chi Minh y las directrices bélicas de Giap fueron sorprendentemente exitosas. Pero la gran diferencia entre el Viet Cong y las Farc es que los primeros, aparte de contar con decenas de miles de insurgentes y el apoyo de buena parte de la población civil, se dedicaban principalmente a combatir, subsistiendo por meses enteros con unas pocas libras de arroz. La narcoguerrilla de las Farc, con escasos 6.000 efectivos, no sólo no cuentan con el respaldo del pueblo, sino que se dedican casi de manera exclusiva al narcotráfico, a la extorsión y al secuestro. Su actividad bélica se circunscribe a actos terroristas contra la población civil.

Por lo visto Timochenko algo conoce del general Giap. Es una lástima que Timochenko no esté enterado sobre el Vietnam de hoy, que en nada se parece al paraíso comunista que Ho Chi Minh y Giap creyeron haber impuesto. Del comunismo en Vietnam sólo quedan unos cursis y horribles monumentos como el mausoleo del ‘Tío Ho’ en Hanoi; y una burocracia tan parasitaria como asfixiante.

Después de haber ensayado durante tres lustros el marxismo, los líderes vietnamitas se dieron cuenta de que el socialismo jamás los iba a sacar de la pobreza. Entendieron a cabalidad la sentencia de Churchill: “El socialismo es la filosofía del fracaso, el credo a la ignorancia, la prédica a la envidia. Su virtud inherente es la distribución igualitaria de la miseria”.

Hoy impera en el Vietnam una economía mixta denominada ‘sistema socialista de mercado’ que asume una alta inflación crónica con salarios moderados. Se efectuó una vertiginosa privatización de empresas estatales y se dio entrada al capital extranjero. Este audaz ‘giro capitalista’ quedó respaldado por dos factores: primero, el final del embargo norteamericano en 1994; y después, el ingreso de Vietnam en la Organización Internacional del Comercio en 2007. Vietnam presume de haberse convertido en la segunda economía más dinámica de Asia. En café pronto desplazará a Colombia como productor de arábicas. Y se enorgullece de la reducción de la pobreza a menos del 12% de la población (con un 2% de pobreza extrema), mientras que en 1994 alcanzaba a un 60%. Es decir, el capitalismo en el plazo de tan sólo 20 años ha mejorado sustancialmente la calidad de vida de 25 millones de vietnamitas.

Los vietnamitas ríen cuando alguien les pregunta: ¿fueron Ho Chi Minh y el general Giap quienes ganaron la guerra? ¡Obviamente no! A la postre la guerra de Vietnam no la ganó el comunismo totalitario sino el capitalismo democrático. ¿Tendrá alguien la caridad de explicarle esto a Timochenko?

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