Los diálogos de paz. Dicen las malas lenguas que cuando se siente que un gobierno es inseguro, indolente e inepto los ciudadanos comienzan a reaccionar haciendo chistes hirientes, o hablando con ironía cuando se encuentren dos o más parroquianos. En este país del carajo, estamos en esa situación desde hace más de seis años y vamos empeorando. Y las cosas no serían tan graves, si no fuera porque en esta ocasión nos estamos jugando la vida democrática ante unos enemigos que no dan ninguna tregua, y por el contrario han logrado arrodillar al gobierno ante sus exigencias, oscureciendo cada vez más el panorama que nos espera. La inestabilidad jurídica e institucional nos tiene colgados de la brocha. Las encuestas recientes sobre las tendencias a la opinión sobre la forma como el gobierno está manejando todo este gigantesco asunto de la paz, demuestran la incertidumbre que nos rodea y la "abundancia de escasez" de programas de la administración para enfrentar el deterioro que por años hemos tenido que soportar. Estamos hasta la coronilla de tanta maldad, tanto secuestro y tantas masacres, y las esperanzas de cambio se van diluyendo en la medida en que los bandidos cogen fuerza hasta ir acorralando a una democracia que está ya al borde del abismo, y que, como dice el chascarrillo, ya está dando un paso adelante.

La Reforma Tributaria. Esta semana, como ya es una cosa infaltable en cada gobierno, el susto que nos metieron corrió a cargo del ministro de Hacienda al lanzar una advertencia sobre otra reforma fiscal, de esas que dentro de la demagogia preelectoral de todos los políticos prometen, inclusive haciendo que les leamos los labios, y jurando de rodillas que nunca en sus mandatos van a empeorar, ya que nunca han mejorado la situación de los pobres y por el contrario, más nos ha puesto contra la pared. Afortunadamente hubo reacción y aprovechando la improvisación del proyecto, el señor Cárdenas tuvo que modificar el principal artículo volviendo a lo que ya existía en lo referente a las bases de cobro de los impuestos. Pequeño ejemplo de que muy poco se les puede creer a los sabios, que para agrandar los déficits presupuestarios en más de 12 billones de pesos lo hacen de manera casi festiva, aunque no les dé pena tener que recular en menos de una semana.

Deportación vergonzosa. Lo que está sucediendo con un par de muchachos venezolanos, revoltosos como toda la juventud, quienes por simple hecho de protestar contra la asquerosa dictadura del chafarote Maduro y su corte de tiranuelos, fueron deportados por el "democrático" gobierno Santos y su oligarca canciller, sin que hubiera mediado una razón justificable, es vergonzoso. Parece que nos estamos acercando a pasos agigantados, Dios no lo quiera, a un estado muy parecido al chavismo. Hagamos un examen de conciencia y veremos que aunque todavía estamos lejos de esa tiranía, si no frenamos a Santos, pronto veremos las cadenas de las que hablaba el Tribuno del Pueblo, José Acevedo y Gómez, en los tiempos de la Independencia.

P.D.: Solo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y no estoy seguro de lo primero.