Un negro nubarron se ve…

Toda columna de opinión por lo regular es controvertida, es la forma como el columnista expresa el sentimiento de algunos sobre el acontecer social, económico, político, de seguridad y por supuesto de las diferentes administraciones -nacional, departamental o municipal-.

Hoy, con las facilidades de los diferentes medios electrónicos se posibilita la controversia, por eso debemos solicitar prudencia y respeto por los que nos han dado esa posibilidad de expresarnos por los medios escritos.

El país está polarizado, no solo en lo político, por el manejo en los acuerdos de La Habana, también por la forma discriminada de hacer justicia y más grave aún por la forma vengativa de diferentes personajes al legislar.

Qué lástima se siente al escuchar en debates parlamentarios, en medios de comunicación a esos áulicos que se suman al que gobierna, buscando beneficios o engolosinados con lo que hoy llaman mermelada, como defensores de oficio de los errores administrativos, hoy verdugos para o contra del que antes era su líder en el manejo del poder.

Las encuestas demuestran que no es golpeando al adversario como se capta el querer o el favor de la ciudadanía; basta observar los porcentajes a favor o en contra de los diferentes poderes, Ejecutivo, Legislativo y Judicial o de los diferentes personajes de la vida nacional.

Como decían los viejos “el palo no está para hacer cucharas”. Todos debemos bajar los espíritus para evitar seguirle haciendo daño a la patria, la polarización en que se encuentra el país no nos conduce a nada bueno y las consecuencias son demasiado costosas para la nación y las instituciones, hoy debilitadas, por un manejo soberbio, donde los áulicos de siempre no permiten dejar ver la realidad y ocultan lo que verdaderamente se siente o se vive en las diferentes regiones.

El país pasa por un momento difícil, consecuencia de la polarización, donde se aprueban leyes más con la pasión que con la razón.

Pobre país, como vamos, vamos mal; estamos regresando al abismo y 48 millones de colombianos, perplejos, vemos un país tomando decisiones trascendentales para el futuro a un grupo de senadores, no todos, y 6.000 guerrilleros terroristas desde Cuba, orientando a su amaño a Colombia. Así las cosas “un negro nubarrón se ve en el cielo”.

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