Una economía en manos de publicistas

¿La religión es el opio del pueblo? No, es la publicidad estatal, y esto preocupa por lo que está sucediendo con nuestra economía, cada vez más maquillada con consignas mediáticas y menos acciones efectivas para evitar su mayor deterioro.

Así, ante el colapso del actual modelo económico, basado en el petróleo y el carbón, que dejaron relegados y de rodillas a la manufactura y al sector agropecuario, ahora el señor Mauricio Cárdenas, como ministro de Hacienda, anuncia su nuevo paradigma: la “nueva economía”. Política vacía. Acaso, ¿pretende que el país olvide que él, junto con su jefe, el presidente Santos, han sido los ministros de las carteras económicas y los protagonistas de la “vieja economía” en los últimos veinticinco años? ¿Acaso se podría cambiar la orientación de política económica sin cambiar a los que han fracasado en su dirección? Eso de la nueva economía no es más que un eslogan publicitario vacío y sin efecto, para detener una inminente rebaja de la calificación de riesgo de la Nación por los mercados internacionales.

Y por el lado del Departamento de Planeación Nacional, también son los publicistas quienes manejan las cuerdas, pues ante la debilidad técnica de su director, el señor Simón Gaviria, lo pusieron a exponer una “encuesta de la felicidad”, la cual representaba sólo el 5 % de un cuestionario más amplio sobre el bienestar de la población y en el que queda desnudada esa “vieja economía” de la que ahora reniega el Gobierno, pues estos “ciudadanos felices” también dejaron constancia de su frustración por falta de alcantarillado, agua potable, salud, educación de calidad y crecientes necesidades básicas insatisfechas.

Mientras tanto, la ministra de Comercio Exterior, la señora Claudia Lacouture, promete compensar el desplome de la renta petrolera con la exportación de uchuvas y reencauchando el valido discurso de las cadenas de valor, de la regionalización de estrategias comerciales y de los clusters, pero que nunca ejecutó en su largo pero inútil paso por Procolombia, como lo deja en evidencia la fuerte caída de las exportaciones no tradicionales, a pesar de la fuerte devaluación del peso.

Ojalá el país entienda que no puede esperar una nueva economía, ni un nuevo país, si sigue eligiendo y nombrando a los mismos, pues a este paso los únicos prósperos serán los publicistas del Gobierno.

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