Venezuela, los mexicanos estamos contigo

El mayor fracaso social, económico y político en el hemisferio occidental es el socialismo del siglo XXI, o revolución bolivariana, un experimento fallido que ha hundido a millones de cubanos y venezolanos en la miseria, además de afectar a diferentes escalas en otros países donde también se ha intentado imponer y ha generado cualquier cantidad de daños y secuelas.

La gran mayoría de los países en la región y en otros continentes ha sumado voces y todo tipo de ayuda humanitaria para exigir el regreso de la libertad y el restablecimiento de la democracia en Venezuela, así como aliviar el hambre y sufrimiento de millones de venezolanos a los que el dictador Maduro asfixia de múltiples formas.

Al mundo civilizado le cuesta entender, ¿quién puede callar ante la barbarie de quienes queman ayuda humanitaria cuyo único propósito es salvar vidas? ¿Quién puede permanecer indiferente frente a un pueblo que se muere de hambre y de enfermedades por falta de alimentos y medicinas y que hace mucho dejó de ser libre? El gobierno de México.

No es un secreto para nadie que el presidente mexicano y un grupo importante de Morena ven en Maduro un ejemplo a seguir, al mismo tiempo que temen que, algún día, esa misma comunidad internacional que hoy condena al dictador venezolano, los termine condenando a ellos.

Ante la tibieza y neutralidad del gobierno de México, somos millones los mexicanos que sentimos absoluta empatía con nuestros hermanos venezolanos y les expresamos todo nuestro apoyo y solidaridad en estas horas decisivas en las que están muy cerca de reconquistar su libertad. La indiferencia del gobierno no nos representa.

“Es ahora o nunca”, gritan los venezolanos estos días. Su voz no sólo es la expresión de un pueblo desesperado por recuperar su libertad, también es el llamado de una generación que entiende y entendemos que ha llegado el momento de recuperar lo que nos pertenece, las riendas de nuestra propia vida, de nuestro presente y nuestro futuro. Porque podemos y queremos elegir quién queremos ser, qué queremos hacer, qué queremos tener y todos merecemos estar en condiciones de lograrlo. Eso es vivir en libertad.

La neutralidad del gobierno de México ante la tiranía es sinónimo de complicidad. El silencio ante el dolor que padecen millones de venezolanos contrasta con las voces que nos unimos hoy y siempre para defender la causa de la libertad en cualquier país, en cualquier rincón del mundo.

Los mexicanos tenemos la doble tarea de no callar ante el sufrimiento ajeno y, sobre todo, alzar la voz frente a cualquier amenaza que apunte en esa dirección. Amigos venezolanos, estamos con ustedes y, desde ya, también los necesitamos.

Hoy por ustedes, mañana por nosotros.

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