¿Vías para incomunicarse?

Es muy preocupante que exista incomunicación entre el alto Gobierno (léase Vicepresidente y Ministra de Transporte) y la Gobernación de Antioquia. El Presidente debe intervenir de inmediato.

Lo que venía perfilándose como un mal presagio entre parte importante de la dirigencia antioqueña, para pasar luego a ser un temor fundado, terminó siendo confirmado, palabra por palabra, por el propio Gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo (ver recuadro abajo).

Al recordar el seguimiento que, junto con el Gobierno Nacional, hacían mes a mes sobre el estado de la infraestructura vial en Antioquia, el gobernador Fajardo informó cómo articulaban un eficiente sistema de monitoreo con la anterior ministra de Transporte, Cecilia Álvarez-Correa, no solo en lo que tenía que ver con las vías nacionales, responsabilidad del gobierno central, sino con las vías departamentales y municipales.

Pero “ha habido un cambio en la forma de acercarse al territorio, por lo menos al departamento de Antioquia”, según corroboró el Gobernador. “Se cambió la forma de trabajar”, al punto de que no ha habido manera de que el Vicepresidente de la República, Germán Vargas Lleras, ni la ministra de Transporte, Natalia Abello Vives, hayan agendado una reunión con la Gobernación de Antioquia para hacer un repaso a las obras que, dice y promete el propio Gobierno desde la capital, significarán el salto más importante de este país en materia de infraestructura.

Al designarlo como fórmula vicepresidencial, el presidente Juan Manuel Santos confió al exministro Vargas Lleras las competencias en materia de infraestructura, vivienda y otras varias que representan la posibilidad más clara y soñada para un político de lucirse, al tener la posibilidad de permanente visibilidad pública en la entrega de resultados tangibles, al margen de asuntos políticos menos redituables electoralmente.

Hace apenas tres días, el presidente de la Cámara Colombiana de Infraestructura, Juan Martín Caicedo, se regocijaba por “la capacidad y el liderazgo” del vicepresidente para “destrabar y remover obstáculos” que impiden el avance de las obras públicas.

Pues hay que hacer un llamado de atención para que esa efectividad y capacidad que ponderan desde tantas otras zonas del país se vea aquí también. Entre otras cosas, porque persiste una visión equivocada al decir que “el 45 % de las megaobras irán para Antioquia”, como si fuera un regalo exclusivo y excluyente para esta región.

Nada de eso: las Autopistas de la Prosperidad cruzarán nuestro territorio para permitir la comunicación de las grandes troncales nacionales. Se abrirá la comunicación en Antioquia, por supuesto, pero lo hará, sobre todo, el resto del país. Nuestra geografía es una especie de tapón en el sistema vial nacional, que reclama a gritos entrar en el siglo XXI con buenas carreteras.

El gobierno Santos asumió el compromiso de superar el atraso. Aunque con escollos, parece ser un compromiso serio, y así lo ha sentido también el Gobernador de Antioquia. Si estos proyectos se cumplen y las Autopistas se construyen, nadie escatimará reconocer a esta Administración ser la forjadora de un avance cuyos beneficios nacionales son innegables.

Si hay incomunicación entre los responsables nacionales de la política de infraestructura y la Gobernación de Antioquia, atribúyase al origen que sea, pero que en todo caso es dañina, el presidente de la República debe intervenir para poner las cosas en orden. Algunos pensarán en votos para 2018. La ciudadanía, en cambio, piensa en las próximas generaciones.

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar