VÍCTIMAS DEL AGENTE PROVOCADOR

Fiore define al agente provocador como, “aquel que induce a otro al delito para asegurarse con mayor facilidad y seguridad la prueba, sorprenderle en flagrante delito y hacerlo castigar.”

Fiore, “Il reato impossible,” Napoli, Jovena, 1959, pág. 116

Justiniano Torres es un colombiano olvidado, víctima de un complot orquestado por miembros del Estado alemán en connivencia con los servicios secretos de Rusia e Israel para probar las falencias de seguridad del Estado alemán en caso de un ataque terrorista con armas nucleares. Se le puso un señuelo económico, se le siguió y filmó durante meses, se le hizo creer que por 5.000 dólares había adquirido doscientos gramos de plutonio 239, para transportarlos de Rusia a Múnich, en donde serían entregados a un agente israelí. Obviamente en el aeropuerto fue capturado, reseñado, encarcelado. Los servicios secretos probaron que se podía contrabandear un material letal para la seguridad, pero el Estado perdió, pues la defensa de Torres apeló a la figura del ‘agente provocador’ para probar que un Estado no puede inducir al crimen a un ciudadano a pesar de que el objetivo sea loable, pues la base ética del Estado y la justicia es practicar el bien y difundir la verdad. Es la misma exigencia ética de los medios de comunicación. Es decir, la captura y encarcelación de Torres fue un ‘falso positivo’ de la justicia que le destruyó su vida y de los medios que coadyuvaron este delito por lo que podría decirse que este es el caso de un falso positivo de los medios en contubernio indecoroso con las instancias del poder.

A raíz de la contienda electoral y en el momento justo estalla el escándalo del hacker cuyos actores son: el hacker, el español, las víctimas Zuluaga y Hoyos, la revista Semana y otros medios, la Fiscalía General de la Nación, el Presidente Santos, el Expresidente Uribe, etc.

El medio para ‘probar’ el delito es un escenario montado en un video en donde periodistas de todas las pelambres pretenden crear una flagrancia inexistente. La Fiscalía niega el montaje en el video para favorecer el escenario; ordena un peritazgo que confirme su hipótesis inicial, los medios reproducen el dictamen; pide otro ante la insistencia de analistas  privados que publican las evidencias estructurales del engaño corroborando que sí hay montaje. Además, el testigo protegido de la Fiscalía, el ciudadano español Rafael Revert, confirma lo que dicen los analistas privados. Entrevistado  por El Tiempo afirma en ‘Grabé lo que hacía Sepúlveda para empezar a montar mi defensa’ El Tiempo, Mayo 21, 2014: “Óscar Iván Zuluaga dice que el video es un montaje y que ustedes le montaron una celada” Responde Revert: ‘Todo eso es falso (Niega lo de la celada). Pero sigue: ‘Yo grabé esa conversación con un celular a las 6 y 30 de la tarde de ese día. Lo que se reveló ilegalmente además, son videos parciales de la conversación completa.’

Si los ‘videos parciales’ fueron presentados en un video como si fuera la ‘conversación completa’ el video fue editado, por lo tanto es un montaje, desmintiéndose así lo que dice la Fiscalía. Además dicha presentación a través de RCN corre paralela con los  artículos de Semana ‘El video del hacker’ y ‘Siguiendo el rastro’, ambos desvirtuados por quien esto escribe, lo que constituye ante la opinión un productivo ‘concierto para difundir desinformación’ propio del oligopolio del escándalo.

¿Por qué utilizo el argumento del agente provocador? Porque es un hilo probatorio y argumentativo claro. ¿Por qué? Porque el propósito del ‘concierto para difundir desinformación’ es INDUCIR A LA OPINIÓN A QUE SE PIENSE QUE HAY UN DELITO COMETIDO POR ALGUNOS MIEMBROS DEL CENTRO DEMOCRÁTRICO, en medio del ambiente que favorece el complot  creado por los distractores de: ‘guerra sucia’, ‘montaje’, ‘pruebas’, ‘renuncie’ ‘somos pulcros’ (Peñaloza) ‘OIZ miente’ (Santos), ‘estamos cansados’, ‘me da asco la política, etc., comentarios que no aportan argumentos, solo descontento.

¿Cómo es el complot contra Zuluaga? Creación de un escenario: video manipulado, obtenido ilegalmente, con autoría incierta, vendido ilegalmente a Semana  con aseveraciones neutras para inducir sospechas sobre OIZ pero que comprometen a organismos del Estado, servicios de inteligencia, etc. Es decir, que la estupidez de los conspiradores creó una sopa de anzuelos que se les atraviesa en la garganta; artículos de Semana con el mismo propósito; repetición del guión de Semana por parte de Santos: “Criticó duramente a Zuluaga por no reaccionar ante la POSIBLE información ilegal que había obtenido Sepúlveda,” que como loro repite Julio Sánchez Cristo de la W.

No nos sorprende que los dueños de los medios quieran ponerlos al servicio de sus simpatías o intereses políticos. La forma disimulada es involucrar a los empleados periodistas en objetivos políticos alejados del bien común; sin embargo, en la estructura de la noticia o la información se ve la intencionalidad aviesa, divorciada del objetivo de informar.

En este escenario hay necesidad de un hilo conductor para afrontar la desinformación al servicio de intereses que no son trasparentes. Cuando la opinión no tiene la oportunidad de escuchar o leer a personas entrenadas en pensamiento crítico enfrentadas a los desorientadores de opinión, (Es el caso del debate en radio entre el Dr. Jaime Lombana con las fieras enjauladas de la W y que quedaron domesticadas por el fuete dialéctico que recibieron) entonces el público, desorientado, ayuda a mantener el montaje del escenario público, dudando sobre la mentira que intuitivamente han percibido. Se está cometiendo en público el delito del agente provocador, perpetrado por los medios, que induce al error para perpetuar el delito de un engaño y castigar al supuesto culpable, social, política o físicamente, porque se cree que se le ha sorprendido en una flagrancia que es manipulada.

En la edición de Abril 6 – 13 de 1998 de Cambio 16 leemos la confesión de Luis María Ansón, ex director del diario español ABC, en el sentido de que hubo un concierto entre los diversos factores de poder y los medios para hacerle la vida imposible a Felipe González. En Colombia, el concierto para desinformar y hacerle la vida difícil a OIZ, Uribe y el CD, lo conforman medios, justicia, las Farc y sus cajas de resonancia. Pero eso no es guerra sucia.

El problema que vemos en Colombia con los medios arrodillados ante el Presidente y sirviendo de agente provocador, es que cuando se abandona la misión informativa, veraz, objetiva, sin entregas políticas, se allana el camino para que unos aventureros que piensan como marxistas, gobiernan como estalinistas y quieren vivir como Rockefeller a costilla de los bobos, están creando la mentalidad de borregos que es el preámbulo de esa pesadilla. Esa es la guerra sucia y miedosa de los medios fungiendo como agente provocador.

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