Vladimir Putin y Latinoamérica

La Guerra Fría de la Unión Soviética contra los Estados Unidos en Latinoamérica se inició en los años 50 del Siglo Veinte con las becas otorgadas a algunos de nuestros jóvenes en Moscú, para que retornaran luego a dirigir las universidades, los sindicatos, los partidos comunistas y los movimientos guerrilleros. No olvidemos que Fidel Castro nos atizó esta Guerra desde Cuba.

Tras el fracaso del comunismo en 1991, en tiempos de Mijail Gorbachov, las relaciones entre Cuba y la Unión Soviética se terminaron. Siempre se ha comentado que Fidel se puso furioso con el Kremlin, por culpa de la terminación de los subsidios que recibía.

En 2008, el primer ministro ruso, Igor Sechin, trató de restablecer la cooperación en gran escala sin ningún éxito. Esta enemistad perduró hasta cuando se conocieron los problemas financieros recientes de Venezuela y Castro tomó nota de que estos subsidios también se terminarían.

Tras dicho colapso, numerosas naciones oprimidas de la antigua Unión Soviética, a saber: Polonia, Letonia, Lituania, Estonia, Croacia, Macedonia, Albania y ahora Ucrania, se alinearon con Europa Occidental en la NATO. Su progreso sin el yugo soviético ha sido milagroso, en tanto que el PIB de Rusia se ha reducido y es hoy igual al de Italia.

Esta deserción parece estar motivando a Vladimir Putin a intentar restablecer sus antiguos dominios y a vincularse, además, con no pocos países de Latinoamérica, comenzando por Cuba, aprovechando la indolencia de Barack Obama y su incapacidad para entenderse con el partido republicano.

En febrero de 2013, otro primer ministro ruso, Dmitry Medvedev, le arrendó a Cuba unos aviones de combate avaluados en 650 millones de dólares. En febrero de este año, el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, anunció la creación de bases militares y navales en Venezuela, Nicaragua y Cuba. Por esos días, aviones rusos cruzaron sobre Colombia sin solicitar autorización alguna.

En mayo pasado, afirmó el secretario de seguridad ruso, Nikolai Patrushev, “la situación del mundo está cambiando en forma rápida y dinámica, motivo por el cual debemos reaccionar de inmediato”. De inmediato se apoderaron de la península de Crimea y atizaron la guerra de los separatistas ucranianos pro Rusia. Occidente ha respondido con sanciones que, al decir de algunos, tan solo han servido para revivir el nacionalismo ruso.

El mes pasado Vladimir Putin visitó Cuba y le perdonó una vieja deuda por 32.000 millones de dólares. Ya ha firmado él acuerdos de alcances sospechosos con Nicaragua, Venezuela, Argentina y Brasil. También se entrevistó con el presidente Santos para apoyarle su paz, ¿a cambio de qué? Su intento de colonizar a Latinoamérica es evidente.

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar