Votar ‘no’

Que el plebiscito es una farsa, sin duda. Pero mejor participar que abstenerse.

Recordé a Chávez y la oposición venezolana. Para dejar constancia ante el planeta de que el coronel era un dictadorzuelo, los opositores no concurrieron a las elecciones legislativas del 2005. El resultado fue una Asamblea unicolor. Con el paso del tiempo, al mundo se le olvidó la razón.

Por eso cambié de opinión. Que el plebiscito es una farsa, sin duda. Que el Gobierno y los suyos cuentan con todos los recursos y los críticos con nada, también. Que comprarán voluntades a mansalva y las Farc harán campaña con armas, lo sabemos. Pero mejor participar que abstenerse. Así sea para marcar el gol del honor, igual que el voto en blanco. En democracia no se hace el ridículo por votar en conciencia. Llevo perdidas todas las elecciones desde que me hice colombiana, y da igual. Y ahora hay motivos para el ‘no’. Van algunos.

  1. La amenaza de Santos fue falsa, las Farc no volverán a lo mismo. Aunque quisieran, no podrían hacerlo. La salida sería renegociar varios puntos de la agenda que son intragables. El resto de sapos habrá que engullirlos.
  2. Nada de cultivos de lechugas como castigo por crímenes atroces. Los jefes deben pasar por la cárcel de 5 a 8 años. Y no dar el salto a la política. Sería su escuálido “sacrificio” por la paz.
  3. Es hora de la verdad, no más altanería ni mentiras. ‘Timochenko’ asegura que no hicieron nada malo; ‘Márquez’ dijo en febrero del 2015 que soltarían a los niños y aún andan diseñando una innecesaria hoja de ruta (fueron miles los menores desmovilizados sin parafernalia); otros capos afirman que no maltrataron guerrilleras, que los abortos forzados son invento, y así hasta el infinito.
  4. Aún no han aceptado, como mínimo gesto de paz, que cometieron crímenes ni han pedido perdón. Dejar de asesinar no supone una concesión a los colombianos, es una obligación.
  5. No puede permitir un Tribunal Especial por encima de las altas cortes. Ni un cuerpo legislativo que se incorpore al bloque constitucional, ni leyes habilitantes para el Presidente. Si la paz de Santos es tan buena, por qué temerle al debate en el Legislativo y al Poder Judicial. Si le torcieron el brazo a la democracia, será porque hay cosas oscuras que ocultar.
  6. Venden la ignominiosa oferta a los militares de que les conviene la paz porque amnistiarán los ‘falsos positivos’. Hay uniformados rectos, como el capitán Durán Caselles –condenado de manera vil por dar de baja a un guerrillero secuestrador–, que no pretenden regalos deshonrosos sino un juicio imparcial para probar su inocencia. Los culpables que asesinaron civiles y mancillaron el uniforme, que sigan presos.
  7. El principal problema de Colombia se llama corrupción, está en la raíz del resto de plagas. Para buscar respaldos al proceso de Cuba y a su plebiscito, el Gobierno escogió desde el inicio senderos torcidos, embarrados. Empezando por la falsa premisa de que es una guerra civil cuando en un bando son unos 30.000, financiados con narcotráfico, minería ilegal, extorsión y secuestro, y en el otro, 44 millones.
  8. Es un plebiscito politiquero a favor de Santos, no de la paz, anhelo de todos los colombianos salvo de Farc, Eln, Epl y ‘bacrim’.

Que hay que negociar, sin duda, imposible derrotarlos mientras haya narcotráfico, corrupción desbordada e instituciones débiles. Pero bajo otras condiciones, no otorgando tal cúmulo de derechos y prebendas a los capos.

Votar ‘no’ es emitir una señal de alerta.

NOTA: a partir de agosto, en mi Facebook: saludhernandezmora1

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