‘Youtubers’ o escritores

¿Qué le depara al mundo de la literatura cuando las nuevas celebridades de las letras nada tienen que ver con ese mundo?

¿A dónde vamos a parar? ¿Qué destino le espera a la literatura? ¡Se acabaron los escritores de verdad! Estas expresiones y otras del mismo talante hicieron parte del menú de este fin de semana en la Feria del Libro de Bogotá, luego de que Germán Garmendia, el famoso youtuber HolaSoyGermán, convirtiera a Corferias en una pesadilla para los visitantes de la feria de marras.

Nunca se había visto algo así en una feria de este tipo: un inmenso tumulto tanto adentro como afuera; la pesadilla del ingreso bloqueado al centro de exposiciones y, lo más sorprendente, una turba enloquecida por la presencia de una celebridad del mundo digital. Atrás quedaron los días tranquilos en que uno podía recorrer los pasillos de Corferias con calma, mientras paraba en uno y otro stand para mirar los libros de algunas editoriales que no son tan fáciles de conseguir en las librerías tradicionales. Ahora hay que irse abriendo espacio entre visitantes, puestos de comidas, carritos de cerveza y hasta animadores disfrazados de personajes o animales que nada tienen que ver con el mundo de los libros y más bien parecen sacados de un circo.

Sin embargo, más allá de la excesiva presencia de público, que no sé si sea bien o mal vista desde la perspectiva del mundo editorial, el verdadero fenómeno de esta feria del libro (y también de la anterior edición) fue la presencia de una nueva generación de escritores que no son escritores, que no tienen aspiraciones literarias, sino que son los famosos de internet que fueron descubiertos por las empresas editoriales como perfecto gancho para vender muchos (muchísimos) libros a sus jóvenes seguidores.

Y es ahí donde las preguntas del comienzo de este artículo toman sentido. ¿Qué le depara al mundo de la literatura cuando las nuevas celebridades de las letras nada tienen que ver con ese mundo? ¿Serán los libros de Germán Garmendia, El Rubius o Sebastián Villalobos la puerta de entrada para que muchos jóvenes lectores se animen a comprar más y mejores publicaciones? ¿Son los youtubers-escritores un incentivo a la lectura?

Si partimos del hecho de que muchos de los seguidores de estas celebridades de internet fueron a Corferias a ver a sus estrellas más que a comprar libros, creo que ya podemos concluir que los youtubers-escritores no son la panacea. De hecho, muchos editores se quejaron de las malas ventas en aquel día que Germán y sus fans se tomaron el recinto ferial, que por una tarde estuvo más cerca de ser un festival para adolescentes consumidores de contenido digital, antes que de personas realmente interesadas en aprovechar la fiesta del libro por sus descuentos y conversatorios.

No discuto que se debe destacar que la feria del libro se haya convertido en un evento tan masivo como un concierto o un partido de fútbol, más aún estando en un país donde la tasa de lectura no supera el promedio de los 2 o 3 libros al año por persona. Sin embargo, hay que definir de una vez por todas si el objetivo de dicha feria debe ser el de llenar hasta los balcones a un espacio como el de Corferias en lugar de garantizar una programación de mayor calidad en términos culturales y editoriales.

No digo que los youtubers no deban publicar, ni tampoco que no puedan promocionar sus libros. Sin embargo, sí vale la pena preguntarse si la feria del libro lo aguanta todo y debe convertirse en una especie de feria del hogar donde lo que cuenta es el número de entradas vendidas y la cantidad de dinero facturado, antes que un espacio calificado por propios y extraños al mundo editorial como una apuesta válida.

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