FARC, ¿EN ECUADOR?

Una mañana entró en la Redacción el director de HOY, más conocido como el gringo Mantilla, y preguntó cómo ponemos en contexto lo que está pasando. Se refería al ataque del Ejército colombiano a un campamento de las FARC en Angostura, en territorio ecuatoriano, donde estaba nada más y nada menos que el segundo al mando de ese grupo, Raúl Reyes. En ese momento había un ruido informativo impresionante: la soberanía enfrentada con la realidad. Actuar cómo periodistas o cómo patriotas. La cuestión era informar o perderse en el ruido informativo. La presencia de las FARC en Ecuador era un secreto a voces. Había demasiadas evidencias, demasiadas pruebas, hasta el matrimonio de una hija de uno de los jefes del Secretariado de las FARC en un céntrico hotel de Quito, a una cuadra de las oficinas de la Policía Judicial. Hubo una reunión, después otra, hasta que se me encargó armar una historia, poner en contexto cómo fue que llegamos a lo de Angostura. Mucho se hablaba del ataque del Ejército colombiano y el rechazo fue unánime a la violación de la soberanía territorial del Ecuador, pero una pregunta seguía flotando en el ambiente, cómo es posible que uno de los jefes del secretariado de las FARC, uno de los hombres más buscados por la justicia colombiana pudo haber montado una base con tantas seguridades y cómo es que el Ejército colombiano pudo hallarlo y las autoridades ecuatorianas se enteraron por el bombardeo. ¿Quiénes eran las FARC?Lo primero fue buscar los antecedentes. En las aulas universitarias de Ecuador y en algunos grupos de izquierda, es necesario reconocerlo, todavía hay gente que piensa que en Colombia hay un grupo guerrillero que lucha por la igualdad y la justicia, el ideal del revolucionario que lo deja todo y se va a la montaña a luchar por su pueblo. Una idea aupada sobre todo por el miedo que despertó en Gobiernos considerados de derecha una posible influencia de ese grupo en el Ecuador, dada la experiencia que vivió el país con el aparecimiento del grupo Alfaro Vive Carajo cuyos cuadros fueron entrenados en el Putumayo, en Colombia, y que apareció en el Gobierno socialcristiano de León Febres Cordero (1984-1988). Citó:

La ofensiva diplomática respaldada por todo el Ecuador, sin embargo, ha dejado debajo de la alfombra un hecho que ha sido un secreto a voces en los últimos años: la presencia de las FARC en el Ecuador y sus nexos con grupos que defienden la legitimidad de la lucha armada para derrotar lo que ellos llaman «el imperialismo».

Ese permanente fantasma de las FARC en el país ha llevado a diferentes gobiernos a cometer crasos errores, como el caso del ministro Roberto Dunn Barreiro, en la administración de Sixto Durán Ballén, que el 11 de octubre de 1992 ordenó detener a Andrea Stark, artista alemana; Susana Tapia, recreadora infantil y educadora musical; Amparo Ponce, actriz de teatro; Joan Bague, psicólogo infantil español; Miguel Toscano, periodista del naciente periódico Qué fue…, y a un fotógrafo francés, mientras realizaban la comparsa «500 años, un día antes », auspiciada por la Casa de la Cultura Ecuatoriana, en pleno centro de Quito.

Dunn Barreiro apareció en una cadena de televisión para informar que el Ejército y la Policía detuvieron a artistas sospechosos de estar vinculados con las FARC. «Existen evidencias —gráficas y fílmicas— de que los integrantes del grupo, en lugar de dedicarse a actuar, escribían frases subversivas en las paredes de Quito», dijo el ministro en la mencionada cadena el 13 de octubre de 1992.

Con el paso de los días se demostró que nada de lo que el Gobierno había dicho era cierto.

El Gobierno de Sixto Durán Ballén (1992-1996), que se separó del Partido Social Cristiano para alejarse de la sombra de Febres Cordero y así conseguir los votos de la centroizquierda, sucedía al del socialdemócrata Rodrigo Borja, con el que el grupo Alfaro Vive Carajo firmó una especie de armisticio poniendo fin a la lucha armada en el Ecuador.

El trabajo para poner en escena todo el contexto de la presencia de las FARC en Ecuador era contrarreloj, algo normal en una Redacción. Había mucha información dispersa que necesitaba ordenarse. ¿Desde cuándo entraron las FARC en la agenda noticiosa de los medios ecuatorianos? Pues la respuesta fue sencilla: 1993. Cito:

…el 16 de diciembre de 1993 una patrulla del Ejército y la Policía ecuatoriana fue emboscada por una cuadrilla de las FARC en el sector de Peña Colorada, recodo del río Putumayo que toma ese nombre por el color de un acantilado. Ocho policías y cinco soldados fueron acribillados.

La respuesta del entonces ministro de Defensa, Jorge Gallardo, fue la captura inmediata de diez colombianos y un ecuatoriano, a quienes acusó de ser «guerrilleros de finca». «Se denomina así a los campesinos que si bien no pertenecen a las columnas orgánicas de la guerrilla, han sido reclutados ya sea voluntariamente o bajo presión para colaborar en las acciones que realizan los subversivos, sin dejar de cumplir sus labores agrícolas en las haciendas y plantaciones de la frontera», aseguró el secretario de Estado.

Más tarde se demostraría que fueron torturados para aceptar que eran los responsables de la masacre. Un informe del caso, de mayo de 1994, suscrito por la Consejería para la defensa de los derechos humanos, adscrita a la Presidencia de Colombia, señalaba que «en franca violación a la soberanía nacional, efectivos del Batallón de Selva 55 del Ejército ecuatoriano incursionaron en territorio colombiano realizando detenciones arbitrarias en Nueva Esperanza y Montepa». Lo curioso de ese caso, la defensa de los once supuestos «guerrilleros de finca», fue que las mismas FARC comenzaron a repartir hojas volantes en la ciudad de Nueva Loja, capital de Sucumbíos, atribuyéndose la matanza…

Una matanza quedó en la impunidad, y la noticia ya no era la masacre a los policías y militares sino el atropello contra los campesinos a los que se llamó guerrilleros de finca un proceso largo en el que intervinieron varias organizaciones de Derechos Humanos porque las pruebas de tortura eran evidentes. Además, en corredores se hablaba de un pacto tácito de no agresión entre las Fuerzas Armadas ecuatorianas y las FARC, porque en Ecuador era más importante el resguardo de la frontera sur donde seguía latente el conflicto con Perú que tuvo su punto fuerte en la llamada Guerra del Cenepa, en 1995.

Eso, sin duda, fue aprovechado por las FARC para abrir en Ecuador rutas de abastecimiento a lo largo de toda la frontera: Sucumbios, Esmeraldas, Imbabura y Carchi. Cito:

El tráfico de la muerte continúa y las vías y leyes ecuatorianas dan caminos expeditos para ello», decía un reportaje del suplemento BLANCO Y NEGRO, de Diario HOY, del 17 de marzo de 1996.

El reportaje fue hecho a propósito de la captura por parte del Ejército colombiano de un cargamento de 30 mil proyectiles, un centenar de armas israelíes y 100 paquetes de dinamita, en la población de La Hormiga, en Colombia. Esa carga habría entrado por Tulcán, pasado por Quito y sorteado todos los controles militares hasta llegar a Sucumbíos, hasta el puente internacional sobre el río San Miguel que separa al Ecuador de Colombia.

De hecho, las FARC habían construido en Sucumbíos una red de abastecimiento que incluía a militares ecuatorianos, en servicio pasivo y activo, como es el caso del sargento en retiro Segundo Guartán y los cabos Cando Tintín, Rolando Rodríguez, José Lima y G. Maiguashca, contra quienes se abrió un proceso en el Juzgado Segundo de la Primera Zona Militar, en junio de 1996. La guerrilla les compraba uniformes, fundas de dormir, cinturones de campaña, ponchos de agua, mosquiteros, tulas, carpas, porta alimentadoras, vajillas de campaña, colchones, palitroques, accesorios de vehículos y hasta pañuelos.

En el juicio se determinó que los uniformes eran adquiridos en los mismos destacamentos militares ecuatorianos, como el CAL-13, Grupo de Caballería Yaguachi y la Brigada de Selva Napo. En ese proceso también fueron involucrados Álvaro Calixto, Leonardo Calixto, José Orellana y Patricio González; este último fue mencionado en el reportaje del diario El País de España, del 12 de marzo de 2008 («Las FARC hallan refugio en el Ecuador»), como «el gran proveedor (…), poderoso traficante de armas ecuatoriano que colabora con las FARC desde hace 25 años».

González de hecho apareció en 2003 vinculado más directamente con una red de traficantes de armas que abastecía a las FARC y que fue desarticulada en una operación bautizada como «Marte».

«Las armas, explosivos y municiones eran adquiridas en las provincias de El Oro y Loja, así como en territorio peruano», informó el 27 de agosto de 2003 el entonces comandante de la Policía, Jorge Poveda. Patricio González León, según esa investigación, era el encargado de recibir el dinero de la guerrilla colombiana para la compra del material bélico. Fue detenido junto a Marco González León, el coordinador del transporte; Luis Octaviano Guerrón, arrendatario de la bodega donde se almacenaba el material, al sur de Quito.También fueron involucrados los sargentos del Ejército Kléber Zurita y Fausto Gualotuña.

En la bodega del sur de la capital, la Policía halló seis ametralladoras MAG calibre 7.62 mm, con sellos del Ejército ecuatoriano; dos ametralladoras calibres 7.92 y 30.30, pertenecientes al Ejército peruano, y una ametralladora antiaérea marca Browing US. El armamento, según el informe de la Policía, se transportaba a Quito por vía terrestre, para luego ser enviado por las zonas fronterizas de Carchi y Sucumbíos rumbo a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. La Tercera Sala de lo Penal de la Corte de Justicia de Quito condenó a dos años de prisión a los involucrados, pero recién en septiembre de 2006, y fueron liberados inmediatamente.

Todas las evidencias de la presencia de las FARC en el Ecuador estaban en una serie de procesos judiciales, informes de seguimientos hechos a dirigentes populares, líderes sindicales. En el sexto piso de la Policía Judicial había una serie de pruebas de su presencia. Delegados de ese grupo se movían libremente por el país ya que su lucha armada era defendida por grupos de la izquierda tradicional estructurada desde un partido visible como el Movimiento Popular Democrático, y otros no tan visibles como el Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador (PCMLE), la Juventud Comunista del Ecuador (JCE), la Juventud Revolucionaria Ecuatoriana (JRE), la Federación de Estudiantes Secundarios del Ecuador (FESE) y la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE), grupos que actúan en distintos ámbitos, pero que se unificaron en un frente popular. Fue curioso ver su reacción tras el ataque del Ejército colombiano al campamento de Angostura. El periódico En Marcha, del PCMLE, con circulación regular, sacó inmediatamente un número dedicado a destacar la imagen de Raúl Reyes, al que llamaban comandante.

Con el paso del tiempo se supo que esos grupos que tanto defendían a las FARC fueron piezas clave en el seguimiento hecho hasta el campamento de Angostura a Raúl Reyes por un antecedente que pasó desapercibido, la organización del Congreso de la Coordinadora Continental Bolivariana que tuvo su fecha de nacimiento en 2003. Cito:

En 2003, cerca de 1 000 bolivarianos se dieron cita en Caracas cuando los grupos de izquierda comenzaron a unificarse en torno a la propuesta de la Coordinadora Continental Bolivariana, una organización que «admite personas y organizaciones de derecho y de hecho que actúen en cualquier escenario de lucha». En ese encuentro se resolvió organizar el primer Congreso Bolivariano, en Caracas, en agosto de 2005, donde se dejó claro que los «acuerdos y convenios entre Estados y gobiernos no deben suplantar las alianzas entre pueblos, organizaciones y procesos».

Las FARC comenzaron a participar activamente en ese proceso. En abril de 2007, la cúpula de la Continental volvió a reunirse en Caracas para definir el guión del segundo Congreso Bolivariano. En el acuerdo consta la necesidad de la Coordinadora de «dar un paso más en su práctica internacionalista». Para eso, consideró realizar el segundo Congreso en un país donde sea necesario fortalecer un proceso de cambio. «En este sentido, se analiza como favorable la situación política que se vive en el Ecuador. Se pueden alcanzar importantes logros para el desarrollo de la Coordinadora y el movimiento social ecuatoriano». Y más abajo se apunta que «el proceso de cambios que vive Ecuador requiere de la solidaridad internacionalista», porque se destaca que «existe composición heterogénea en el movimiento que respalda el actual proceso (del presidente Rafael Correa), que genera fragilidades en el mismo». Y se insiste en que «el apoyo del movimiento bolivariano puede inclinar la balanza más a favor de las fuerzas progresistas y revolucionarias ecuatorianas».

En Ecuador había un inusual movimiento de la izquierda. Alianza País, después de todo había llegado al poder, respaldado por movimientos de izquierda dura como el Partido Comunista que firmó un pacto político con el entonces candidato Rafael Correa en la campaña electoral; su dirigente máximo, Gustavo Iturralde, al evaluar el proceso actual en una reciente entrevista aparecida el 26 de enero de 2011 en el portal del comité provincial de Pichincha del Partido Comunista (http://jcepichincha.blogspot.com/2011/01/entrevista-gustavo-iturralde-secretario.html) dice:

Nosotros no firmamos un cheque en blanco, el acuerdo político lo tenemos sometido a nuestra evaluación, pero en realidad hay cierta situaciones que para nosotros son conflictivas porque nosotros somos un Partido que representa la ideología de la clase obrera y en la política laboral es reconocido que ha existido muchos traspiés del gobierno para tratar con el movimiento obrero y con el movimiento sindical, en algunos momentos se ha dejado llevar, el gobierno, por la presencia de dirigentes sindicales ya desgastados que han respondido a mezquinos intereses, incluso de política ajena a nuestra soberanía, como en su momento fue el FUT cuando no dio un pronunciamiento de condena al bombardeo en Angostura, siendo únicamente la CTE (Confederación de Trabajadores del Ecuador) y la FEI (Confederación de Pueblos y Organizaciones Campesinas e Indígenas del Ecuador) las que expresaron su repudio, pero el FUT, no lo pudo hacer porque un dirigente dijo que era por táctica, alegando que existía unas elecciones de algún organismo internacional y que necesitaban el voto colombiano.

Iturralde en esos días fue nombrado director de la Unidad de Análisis Financiero, durante la reunión del Consejo Nacional contra el Lavado de Activos. Es el personaje que en el año 2000 fue el organizador de una rueda de prensa desarrollada en la sede del Partido Comunista para transmitir por video una declaración grabada “desde las montañas” del número dos de las FARC, Raúl Reyes, que básicamente deseaba refutar publicaciones de ese entonces y afirmar que su grupo armado no operaba ni cometía delitos en el Ecuador. En una reciente entrevista realizada por Diario HOY la periodista le preguntó: ¿Sigue siendo amigo de las FARC? Su respuesta: “Estoy muy preocupado por la política del Diario HOY, que repite una comida guardada. En su momento, cuando había una gran arremetida en nuestro país de lo que yo llamé la quinta columna uribista, tuvimos que salir en primer lugar a decir que nuestras relaciones políticas con las FARC existían desde hace muchísimos años, aún cuando nuestra principal relación política es con el Partido Comunista Colombiano”.

En 2007, del 13 al 16 de julio, esas organizaciones de izquierda junto con el MPD y el PCMLE fueron los anfitriones del XI Seminario Internacional: La izquierda en América Latina. La cita fue en la Facultad de Filosofía de la Universidad Central, un reducto del MPD, y acudieron los Partidos Comunistas de varios países con las guerrillas colombianas del extinguido EPL, del debilitado ELN y de las FARC. Cito:

El evento se realizó del 9 al 13 de julio de 2007 y uno de sus principales invitados fue Nicolás (Narciso, fe de erratas) Isa Conde, un dominicano identificado con la lucha armada que llevan adelante las FARC y que es parte de la Directiva de la Continental Bolivariana.

El EPL y el ELN constaban como organizaciones que participaban en el seminario, pero solo las FARC enviaron una ponencia firmada por Raúl Reyes con un mensaje de solidaridad «con los revolucionarios del continente y particularmente con los procesos de cambios iniciados por Venezuela, Bolivia, Ecuador, Argentina, Brasil y Nicaragua».

«Las FARC, en su condición de pueblo en armas y de organización Marxista Leninista, combinan todas las formas de lucha de masas del pueblo por la toma del poder político por la Nueva Colombia, la Patria Grande y el Socialismo», destacó Raúl Reyes en su mensaje. No era la primera vez que el segundo al mando de las FARC llegaba con su mensaje al país…

«Nuestra perspectiva es de unidad y lucha revolucionaria contra el imperialismo y las oligarquías, hacia la conquista del poder político, por la segunda y definitiva independencia», concluía el mensaje de Reyes.

El seminario habría pasado desapercibido de no ser por el reclamo del presidente Álvaro Uribe en ese entonces. “Es grave que se haga una reunión política y se produzca una declaración para apoyar al terrorismo”, dijo el 21 de julio de 2007. La respuesta ecuatoriana fue confusa. Por un lado, la entonces canciller, María Fernanda Espinosa, dijo desconocer por completo ese encuentro de izquierdistas, por haberse tratado de un evento ajeno al Gobierno, y ratificó que su único interlocutor válido es el Estado colombiano. Pero por otro, el entonces ministro de Gobierno y luego ministro coordinador de la Seguridad, Gustavo Larrea y ahora parte de la oposición, hizo una nueva lectura del reclamo de Colombia, la interpretó como una respuesta de Bogotá por la firme posición ecuatoriana en contra de las fumigaciones en la frontera común.

Para ese entonces las FARC ya estaban en la agenda de todos los medios de comunicación ecuatorianos. No hay que olvidar que a comienzos de 2004 fue detenido en Quito, con documentación ecuatoriana Juvenal Ovidio Ricardo Palmera, más conocido como «Simón Trinidad». Había entrado al país el 29 de diciembre de 2003 para atenderse en un centro hospitalario, porque sufría de leishmaniasis. Al año siguiente la Policía descubrió clínicas clandestinas montadas por las FARC en Quito y Nueva Loja, para atender a los guerrilleros heridos. Una de esas clínicas estaba en el barrio La Ecuatoriana y otra en los alrededores del Hospital del Sur. En Nueva Loja había sido adecuada una casa particular con modernos equipos médicos. Unas 17 personas fueron detenidas, ocho ecuatorianos y nueve colombianos, siete fueron deportados a Colombia. El resto fue enviado al penal García Moreno de Quito, pero días más tarde salieron libres tras pagar una fianza de 120 dólares. La acusación que pesaba contra ellos era atentar contra la seguridad del Estado. Un mes después la Policía volvía a golpear a las FARC. Jaime Valdiviezo, Fabricio Morales, Armando Flores y Édgar Berrú eran detenidos en la exclusiva avenida González Suárez, acusados de negociar con las FARC la venta de un lanzacohetes LAW, cinco granadas de mano, 10 alimentadoras M-60, piezas de fusil y municiones.

El lanzacohetes y las granadas eran del Ejército ecuatoriano. Y las municiones tenían el logotipo del Grupo de Caballería Mecanizada 36 Yaguachi, de Ibarra.

Pese a esos golpes en el 2007 las FARC parecían más fuertes que nunca en Ecuador. No solo asistieron como invitados de honor en ese seminario del MPD y el PMCLE, sino que también serían los invitados de honor al Segundo Congreso de la Coordinadora Continental Bolivariana en Quito, en cuya organización participó activamente la entonces asambleísta por el movimiento Alianza País, María Augusta Calle. Cito:

Ella había sido fotografiada en las afueras de la capital con Lidia Carmenza Devia Coyados, hija de Raúl Reyes. El 10 de noviembre de 2007, Calle y Gerardo Rubio se dirigieron al secretario de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, José Regato Cordero: «Reciba un cordial y bolivariano saludo de quienes conformamos la Coordinadora Continental Bolivariana. En el marco de su accionar internacionalista, nuestra organización ha planificado realizar el seminario internacional “Actualidad de Bolívar y los Próceres de la Independencia”, así como el “Segundo Congreso Continental Bolivariano” (…) Dichos escenarios pretenden ser un espacio para el debate constructivo (…) y algunos temas de importancia en la lucha antiimperialista de los pueblos. En este evento participarán personalidades como: James Petras, Narciso Isa Conde, Amilcar Figueroa (…)».

Calle dijo más tarde que «unos pelados » le pidieron su firma para apoyar la realización del Congreso y que ella aceptó encantada. Entre los auspiciantes de ese encuentro estaban el Municipio de Quito y el Consejo Provincial de Pichincha.

Los invitados 400 dirigentes de movimientos y partidos de izquierda del continente. Comenzó el 24 de febrero de 2008, luego de escuchar un corto mensaje enviado por Raúl Reyes, y que fue subido a la página web del movimiento www.conbolivar.org. Después de eso vino lo de Angostura y luego las tensiones diplomáticas.

Por: Juan Tibanlombo

Editor www.hoy.com.ec

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