Pensar en un rompimiento entre el ex -Presidente Uribe y el presidente Santos, a raíz de las opiniones o posiciones asumidas por ellos sobre aspectos de importancia para la continuidad de políticas muy apreciadas por los colombianos, solo puede entusiasmar a quienes aspiran a verlos enfrentados como jefes de dos supuestos bandos donde confluirían las principales vertientes que se disputan el liderazgo de la política colombiana.
En este sentido no son casuales las palabras del expresidentes Samper, expresadas en entrevista a un medio informativo de la Costa Atlántica , cuando afirmaba que serán muy significativas las elecciones de Octubre del 2.011 para saber hacia donde se inclina la balanza política que hoy existe en el país.
Algunos especulan que se podrían formar hacia futuro dos ejes en la política nacional, guardando alguna correspondencia con la geopolítica del continente en las relaciones con los EE-UU y los gestores del “ Socialismo del Siglo XXI “, lo cual incidiría en la conformación de dichos bloques : uno de centro – derecha y otro de centro – izquierda.
A esta división, y apostándole a pertenecer al segundo, le juegan todas aquellas fuerzas que, debilitadas y desprestigiadas por sus posiciones a favor de los movimientos extremistas, vislumbran algún futuro político para sus menguadas filas en la posibilidad de la conformación de dichos bloques, para lo cual, y de manera furtiva, estarían ambientando una nueva negociación con los grupos narcoterroristas.
Aprovechando la libertad de opinión y de prensa existentes, el embate sin cuartel de la llamada “intelectualidad de Izquierda” contra el Uribismo, trata de aprovechar algunas fisuras, naturales por cierto entre los dirigentes que militan en las filas de esta corriente democrática, ampliamente mayoritaria , con el propósito de crear opinión política a favor de la creación de los “ dos bandos“.
A la política de Seguridad Democrática, cuya esencia ha sido la defensa de la institucionalidad del país para garantizar los derechos fundamentales a todos los colombianos, se la bombardea permanentemente desde diferentes posiciones por parte de esa “intelectualidad”, en procura de debilitar el ejercicio constitucional del monopolio de las armas por parte de las fuerzas armadas , hoy reconocidas y respaldadas por la inmensa mayoría del pueblo colombiano en su lucha sin cuartel contra las bandas criminales que habían minado dicha institucionalidad.
De allí la sensibilidad de los colombianos sobre todo acto del Gobierno, del Congreso o del Poder Judicial que pueda debilitar dicha política, la cual sirvió para darle viabilidad económica y social al país y credibilidad ante el mundo entero en un momento muy difícil de su historia contemporánea. Ese estado de alerta contribuye a la defensa permanente de las políticas que le han devuelto la confianza al pueblo colombiano en sus instituciones.
La oportunidad histórica brindada al Presidente Santos para continuar construyendo una Colombia grande sobre la base de un legado que le ha costado sangre y dolor a la nación, solo inquieta a quienes le apostaron y le apuestan a vernos divididos en bandos sin futuro al estar en contravía de la tendencia democrática mayoritaria que ondea a lo largo y ancho del país para bienestar de todos los que lo habitan.
La historia la construyen los pueblos sobre hechos que correspondan a sus aspiraciones y realidades, las cuales no pueden girar sobre las voluntades de dirigentes que respondan a intereses mezquinos. Solo así se levantan ante ella como líderes en momentos en que la humanidad reclama democracia para luchar por un mundo mejor, libre de todo tipo de terrorismo y dictaduras.
Esa misma historia nos ha enseñado a los colombianos que seguiremos apoyando decididamente a quienes interpretan cabalmente nuestro sentir democrático sin caer en falsas o fatales divisiones y más ahora cuando el país ha dado un salto hacia un futuro promisorio al que hay que mantenerle el rumbo sin ninguna vacilación.
Por Alfonso Lorza González Miembro del Centro de Pensamiento Primero Colombia Bogota Abril 28 de 2.011.