Pequeña constituyente (II)

El único camino para hacer una reforma de la justicia que corrija el rumbo es convocar una constituyente. ¡Ya!

Los constituyentes del 91 proclamaron que los viejos congresistas debían ser llevados a la hoguera; que las cortes, empoderadas por la Carta, entrarían a los feudos podridos de la politiquería -como las contralorías, la Procuraduría, la nueva Fiscalía- para desterrar las roscas, los viajes parlamentarios, el carrusel pensional, los auxilios, las alzas de salario autodecretadas y demás prebendas que succionan al erario.

El pez-león es especie venenosa y depredadora oriunda de los mares de Asia. Cierto acuario del Caribe importó algunos ejemplares para mantener en cautiverio. Pero un huracán sin remilgos ambientalistas destruyó las barreras del acuario y liberó a esos leones de mar. La especie forastera se está reproduciendo en proporciones de catástrofe y amenaza con hacerse dueña del vasto mar Caribe. Las especies nativas parecen no tener esperanza frente al avance del veneno asiático. Pues bien, los políticos son especie expansiva. Como los peces leones en el desguarnecido mar Caribe, ellos abordaron desde un principio el Consejo Superior de la Judicatura. Controlado ese baluarte, siguen escalando su ambición de poder. Songo zorongo, las cortes irán quedando íntegras en su poder (mirar un caso concreto en la CSJ http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-3698865).

Después de 20 años de vigencia de la Constitución, la politiquería tiene semidesmantelada la rama judicial. Cada vez más vacantes son cubiertas por los validos y recomendados de directorios y las cortes y tribunales negocian con los nominados a contralorías y Fiscalía porcentajes de cupos en esos organismos ('roscograma' lo llamó 'El Espectador'). Créanme: a ese paso, en otros 20 años, Colombia no tendrá quién imparta justicia, sino que habrá un remedo de tribunales y un tráfico impúdico de sentencias.

La Constitución del 91 nos dio el sistema judicial más inoperante de Occidente (lo certifica un estudio del Banco Mundial). Resolver una controversia sobre contratos dura lo que la vida probable de las partes. Un juicio electoral, en ningún caso se resuelve dentro del período del cargo en cuestión. Las dos instancias de procesos de nulidad de actos administrativos puede tardar 10 años o más. Los particulares ni intentan iniciar las pequeñas causas…

¿Por qué tanta mora? Dicen que los jueces son insuficientes y piden más plata para nombrar burocracia en la rama. No hay tal. Nueva York, con 20 millones de habitantes, tiene 350 jueces que resuelven pronta y cumplidamente desde la suerte de quien robó un celular hasta un contradictorio que les planteen por 100 mil millones de dólares. Bogotá, en cambio, tiene 534 jueces. Nada o poco resuelven -y nunca prontamente-.

En junio del 2005, Juan Manuel Santos escribió, refiriéndose a las decisiones de la Sección Quinta del Consejo de Estado, que le daba "mucha pena, pero (…) son una vergüenza las demoras (…) Ya se habla hasta de plata de por medio, y lo peor es que, por unos pocos, todo el Consejo (y la justicia en general) está siendo salpicado". ¿Hubo autocrítica?¿Investigaciones? ¿Expresión de un propósito de enmienda? ¡Nada! Una denuncia penal fue lo que le zamparon a Santos por metiche y 'disociador'.

Una justicia politizada, como la que estructuró la Carta de 1991, se irá integrando con magistrados que cada vez tendrán un nivel profesional e intelectual más bajo. Por eso es tan normal que protagonicen hechos mucho más bochornosos que los de los parlamentarios de aquel congreso al que alegremente le revocaron el mandato en 1990. Las faltas de ellos eran pecados veniales comparadas con las francachelas y amistades de algunos magistrados de hoy.

Entonces el único camino para hacer una reforma de la justicia que corrija el rumbo es convocar una Constituyente. ¡Ya!

José Obdulio Gaviria

El Tiempo, octubre 11 de 2011

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