La marcha patriótica y el eterno retorno

Santos ha vuelto a poner en el escenario las mismas ideas y los mismos personajes que nos arruinaron.

Los vuelos retrasados suelen hacernos emprender lecturas impertinentes. Comienza uno por hojear el libro que tiene entre manos; pero, como no hay forma de concentrarse, pasa a ojear los periódicos.

En esas estaba el pasado domingo cuando, oh sorpresa, encontré en El Espectador esta frase: "Hace 10 años éramos casi un Estado fallido, al borde de la suspensión de pagos". Me impactó que quien lo confesaba era Juan Manuel Santos. Es que él, hace 10 años, era el ministro de Hacienda.

La mente es juguetona. El ocio aeroportuario me puso a especular con esa frase de Santos. La asocié con Borges y sus disquisiciones sobre el "eterno retorno", el "tiempo circular": "(…) el universo tiene que repetirse. De nuevo nacerás de un vientre, de nuevo crecerá tu esqueleto, de nuevo arribará esta misma página a tus manos iguales, de nuevo cursarás todas las horas hasta la de tu muerte increíble".

En el 2002, la Providencia quiso que Colombia pudiera rectificar, corregir el rumbo trazado por gobiernos anteriores. Desde el 2002, Uribe enfrentó a los enemigos internos y externos de la sociedad y del Estado y acabó con el embeleco de que había que esperar la paz por vía de una "solución negociada" con el enemigo, cosa que nos había convertido en una sociedad sin seguridad, totalmente anarquizada. Uribe fue el primero, en décadas, que aceptó con hombría el mandato constitucional de ejercer con firmeza la autoridad estatal.

Una columna periodística no es el espacio para hacer el resumen histórico de lo que la presidencia de Uribe supuso para Colombia.

Sinteticémoslo, simplemente, con dos conceptos muy autorizados sobre "el antes" y "el después". El antes: en el 2002, la revista Foreign Policy nos incluyó, al lado de Haití, entre doce Estados fallidos del mundo.

¡Claro! ¡Cómo no, si los gobiernos se negaban a enfrentar al terrorismo porque estaban "a un cacho" de negociar con ellos!

El después: en el 2010, el presidente del HSBC reconoció los efectos de practicar una política antagónica a la de "solución negociada". Dijo que Colombia encabezaba los CIVETS (con Indonesia, Vietnam, Egipto, Turquía y Sudáfrica), los países con mejor proyección después de los BRIC.

Por qué si Santos había vivido como ministro el efecto de plegarse a la consigna de la "solución negociada" de las Farc (él fue quien tuvo que entregar a Uribe ese Estado fallido y al borde de la cesación de pagos), por qué, pregunto, se le ocurrió regresar a las ideas y las prácticas que en el 2002 nos tenían arruinados.

¡Ah! ¡El tiempo circular! Santos ha vuelto a poner en el escenario las mismas ideas y los mismos personajes que nos arruinaron. Él cree justo concederles a los terroristas, por la sola promesa (falsa) de que abandonarán las armas, las reivindicaciones (absurdas) que ellos nunca pudieron alcanzar con las armas.

¡Ah! ¡El eterno retorno! Santos, como Pastrana y antecesores, vibra por que las Farc sean otra vez protagonistas de la política (eso, cree, legitimará sus negociaciones de paz). Raro que no recuerde la clase de bestia que está metiendo en la casa. Desde el 21 de abril, hasta finalizar el mandato, en el 2014, las Farc le van a hacer la vida imposible. Un alto funcionario me hizo conocer un correo cruzado entre 'Iván Márquez' y 'Cano'. Se lee allí que acordaron crear un gran movimiento de masas para aprovechar el "espacio político que le ha abierto Santos". Lo bautizaron 'Marcha Patriótica'. Su intención es arrebatarle protagonismo en temas como tierras y víctimas, y en el 2014, dicen confiados, serán un gobierno más del Alba, donde están sus "verdaderos y viejos mejores amigos". Amigos siempre dispuestos a desestabilizar al gobierno de Colombia, sea Uribe o Santos quien lo presida.

Artículo de José Obdulio Gaviria
Publicado en El Tiempo, 17/04/2012

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